En Observación
Sin público infantil no existiría 'Barrio Sésamo'
El infantilismo al que recurre Sánchez cuando escribe cartas de amor se sostiene sobre una amplia base social que la tolera, consume y replica
No te vayas, presi, eres un icono
El zulo como solución habitacional
A José María Aznar le montaron un tiberio -fue a mediados del pasado septiembre, no hace tanto- por clamar '¡Basta ya!' frente al proyecto de amnistía negociado entre Pedro Sánchez y los promotores del 'procés'. «Es de absoluta gravedad que un expresidente del Gobierno ... haga este tipo de declaraciones, más propias de comportamientos antidemocráticos y golpistas que de un expresidente y que son, desde luego, incompatibles con los valores democráticos y constitucionales de nuestro país», sentenció de inmediato la portavoz del Gobierno. 'Basta ya', expresión de comportamientos golpistas y antidemocráticos el pasado septiembre, fue exactamente lo que este sábado gritó la vicepresidenta primera del Gobierno en Ferraz. Ni más ni menos. Con todas las letras.
Este proceso semántico de dar la vuelta y sacar punta a las palabras se conoce como resignificación en el argot de progreso. Lo que en septiembre fue una intolerable manifestación de carácter golpista se convierte en María Jesús Montero en una llamada cívica para salvar la democracia y frenar el golpe de Estado que pretende ejecutar la 'galaxia ultra' que amenaza la permanencia del sanchismo. Nos enfrentamos a la operación Galaxia, episodio II, por la gloria de Darth Vader, con tricornio. Un pequeño paso para el hombre y un gran salto para los que están en la Luna, mirando el dedo que la señala, que es el de la astronauta Montero.
Por la ministra de Hacienda sabemos que «Begoña es una mujer moderna» y por las lágrimas en la lluvia de los congregados en Ferraz conocemos que el infantilismo al que recurre Pedro Sánchez cuando escribe cartas de amor se sostiene sobre una amplia base social que la tolera, consume y replica. Sin ese público objetivo, tutelado por el mundo de la cultura y el periodismo de compromiso, no habría espacio para semejantes majaderías.
María Jesús Montero, como Coco en 'Barrio Sésamo', nos explica lo que son la derecha y la ultraderecha, y lo que significa ir adelante y atrás. Nos hacemos niños porque queremos y porque aceptamos un trato basado en la condescendencia y la desconsideración. No es una simple cuestión de edad, sino de falsa inocencia y de desamparo voluntario, como reconocía una pobre mujer que fue a mojarse a Ferraz para ver la programación de Ferraz en las pantallas que Pedro Sánchez puso en la calle para que cualquiera pudiera volver a sentirse un niño. Si el presidente del Gobierno monta un parvulario intensivo de cuatro días, campamento de primavera, es porque sabe de antemano que llena la guardería.
Determinar si fue primero el huevo o la gallina, si esto comenzó con la involución de la opinión pública o fue la clase política, también la del PP, la que se tiró al barro y al fango de la 'democracia real', ya normalizada, es tarea de gente con estudios. Aquí estamos para aprender, con Coco, dónde está la derecha y qué hay más allá, justo al lado de Darth Vader, con tricornio. Adelante, atrás. Arriba, abajo. Todo eso tan complicado.