Por lo que sea

El ruido y la furia y las charos

«El Diccionario Oxford ha elegido como palabra del año 2025 'rage bait', que viene a señalar esos mensajes difundidos en redes con el único objetivo de provocar ira, indignación o frustración»

Microinfidelidades

La ministra de Igualdad, Ana Redondo EFE

El Diccionario Oxford ha elegido 'rage bait' como palabra del año 2025. 'Rage bait' viene a señalar los mensajes difundidos en redes sociales para provocar ira, indignación o frustración, como esos vídeos en los que un agente inmobiliario imberbe te vende un apartamento en ... el centro de Madrid «perfecto para independizarte», con su mesa de comedor y todo, «por solo un millón y medio de euros». O como ese tuit que dice que los jóvenes no tienen casa porque se lo gastan todo en aguacates. O como todos esos comentarios xenófobos, machistas o autoritarios que te encuentras por ahí sin saber muy bien por qué y que te dejan pensando en que a lo mejor eres un sonámbulo fascista y el algoritmo lo sabe o lo intuye o lo promueve. ¿No iba de eso 'El club de la lucha'?

'Rage bait' podría traducirse como 'cebo de ira', una estrategia online que busca llamar la atención a lo bruto, como hacen los niños cuando lloran sin dolor o tiran lo que tienen en las manos. Son mensajes diseñados para despertar lo peor de nosotros: no buscan la aceptación, sino el rechazo, la respuesta en caliente, que ayuda a la difusión. Hace mucho que los comunicólogos descubrieron que el odio mueve más que la empatía, al menos en las redes, por eso tenemos el internet que tenemos... Pero la raíz del 'rage bait' es anterior a la digitalización. El escándalo ya era noticia cuando solo leíamos periódicos en papel. Con diecinueve años, Ruano se presentó en el Ateneo de Madrid vestido con un chaleco de mujer amarillo chillón y el pelo teñido de rubio. Era la primera vez que estaba allí. En su conferencia, recordó que Cervantes era manco, por eso escribía con los pies. También llamó cejijunto a Ortega y Gasset. Lo expulsaron, claro: fue el primer paso de su camino a la fama.

Ahora que la incorrección escasea en la literatura, que ha pasado a ser un trabajo de relaciones públicas, el escándalo lo ponen los políticos o sus satélites. Por ejemplo, el Instituto de las Mujeres, que ha convertido charo en la palabra oficiosa del año gracias a un informe de 19 páginas. Abramos las comillas para que entre la luz: «El uso del término 'charo' como insulto comenzó a popularizarse en (...) Forocoches. El primer registro documentado data de 2011. En aquel momento, un usuario describía a una 'charo' como 'una mujer soltera o divorciada, de más de 30 o 35 años, generalmente sin hijos, siempre amargada y viviendo sola'. En esas mismas fechas, otra publicación caracterizaba a las 'charos' como 'funcionarias de la administración –local, comarcal o estatal– y del ámbito educativo, fans de Carmen Machi, Lucía Etxebarría o Maruja Torres, y seguidoras de 'El país' y la Cadena SER'». Es uno de esos insultos que han terminado por ser un chiste transversal, también autoparódico, como cayetano. Por eso quieren restaurar el cabreo, mucho más rentable. El informe se titula: 'Análisis del discurso misógino en redes. Una aproximación al uso del término 'Charo' en la cultura del odio'. Divide y venderás.

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