Cabeza fría
¿Y si Salazar no acosaba a mujeres?
La ausencia de denuncias lleva a pensar que alguien del PSOE pudo fabricar el caso para dañar a Sánchez
Pedro, la única salida es la puerta
Y Podemos... a hacer caja
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Iniciar sesiónHA pasado una semana desde que estalló el escándalo Salazar y aún no se ha presentado ninguna denuncia por acoso contra el que iba a ser adjunto a Rebeca Torró y pieza fundamental de la operación de regeneración interna de Pedro Sánchez. El caso comenzó ... con testimonios anónimos en 'Eldiario' y continúa con testimonios igual de anónimos en otros medios. Ninguna víctima se ha presentado en sede judicial, ni ha acudido a los canales internos ni tampoco a la televisión, con lo bien que pagan estas cosas. Y si se pregunta a personas que trabajaron con Francisco Salazar resulta que eso de que era un acosador a la vista de todos no es cierto.
Toca preguntarse qué hay de verdad y qué hay de mentira en este caso cuando han pasado tantos días, se ha puesto alfombra roja para que surjan las denuncias y lo único que tenemos es un puñado de relatos de personas que no dan la cara. ¿Podemos de verdad cargarnos la presunción de inocencia de una persona porque «cuando el río suena, agua llueva»?¿Alguien sabe a estas alturas qué es lo que hacía Salazar exactamente? ¿Era un romántico? ¿Daba repelús? ¿Lanzaba piropos? ¿Enviaba órganos masculinos por WhatsApp? ¿Contaba chistes picantes? ¿Agredía sexualmente? Las diferencias entre una cosa y otra son evidentes. Si Salazar es un acosador o abusa de su poder con fines sexuales tiene que pagar por ello. Pero si este caso es una 'vendetta' interna para lograr el control del partido se está destrozando la vida de alguien inocente y mañana le puede tocar a otro.
En contra de lo que pueda parecer, que Paco Salazar pueda no ser un machista retrógrado no es bueno para Pedro Sánchez. Al contrario, revela que internamente está más débil de lo que vimos en el último Comité Federal. Y esto es clave en su estrategia de resistencia porque fueron los suyos –y no la presión externa– quienes lo echaron de Ferraz en 2016. Por eso Óscar Puente se lanzó a la guerra contra Emiliano García-Page ese mismo día cuando pidió moción de confianza o elecciones.
Desde que el escándalo Salazar estalló, le acompañó la sospecha de que había sido detonado desde dentro de las filas socialistas, y no por el presidente de Castilla-La Mancha, que no necesita ocultarse detrás de testimonios anónimos. Pero si el caso Salazar no se detonó por unas dirigentes feministas hastiadas de machismo, sino que se fabricó, la realidad es muy distinta e implica que alguien ejecutó una operación para tumbar la renovación de la Secretaría de Organización. O, dicho de otro modo, que alguien lanzó un ataque directo contra el liderazgo del secretario general.
Si siguen pasando los días y no aparecen denuncias identificadas contra Francisco Salazar será la confirmación de que dentro del PSOE se están produciendo más movimientos y toma de posiciones en contra de Pedro Sánchez de lo que vemos a simple vista.
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