El Ministerio Público y la acusación particular han reclamado, en la vista de apelación celebrada en el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), la condena por homicidio de Pedro Fernández Cotelo, de 56 años y vecino de La Coruña, procesado por la muerte de un amigo en un descampado de San Cristóbal das Viñas, en julio de 2012 en la ciudad herculina.

La vista se ha celebrado tras los recursos de apelación contra el fallo de la Audiencia de La Coruña que le condenó a 4 años de prisión, presentados por la Fiscalía y la acusación particular, que representa a la familia de la víctima, y también por la defensa, que reclama la absolución o una rebaja de la condena impuesta. En concreto, se le impusieron cuatro años de prisión como autor de un delito de lesiones ejecutadas como medio peligroso en concurso con otro de homicidio imprudente.

La sentencia, en base al veredicto del jurado, aplicó la atenuante de embriaguez porque los hechos se produjeron tras el consumo de alcohol con medicamentos. Los mismos tuvieron lugar en julio de 2012, en el descampado de San Cristóbal das Viñas, en la ciudad herculina, después de que la víctima, Manuel M.C., de 38 años, recibiese una puñalada.

En el juicio, el procesado negó haber clavado un cuchillo en el tórax a la víctima -lo que, según la Fiscalía y la acusación particular le habría provocado su muerte- y argumentó que el fallecido le dijo el día de los hechos que se iba «a quitar la vida». Tras la agresión, el hombre fue trasladado al Complexo Hospitalario Universitario La Coruña (Chuac), donde falleció dos días después.

«Absurda tesis de suicidio»

Frente a la tesis de Fiscalía y acusación particular, que sostuvieron que murió debido a la lesión causada por el cuchillo, la defensa, que reclamó la absolución, alegó que la víctima murió por sus problemas de salud y no por la herida que presentaba. Sin embargo, en su fallo, la Audiencia Provincial de La Coruña consideró que la prueba practicada excluía «cualquier duda sobre la autoría» de la muerte. También tildó de «absurda» la tesis de «suicidio o autolesión» que planteó el acusado, mientras que calificó de «incoherente» su relato.

En la vista de apelación, tanto la Fiscalía como la acusación particular han defendido que hubo un «homicidio doloso» y que el acusado quiso causar «el mayor daño posible». Así, lo apuntado el letrado de la acusación particular, quien ha incidido en el hecho de que la herida mortal fuese en el pecho «afectando a órganos vitales». Además, ha apelado al «desprecio con el que se actuó hacia la vida del otro».

Por el contrario, la defensa ha vuelto a defender «la hipótesis del suicidio» y ha aludido a la existencia de «múltiples pruebas en el procedimiento». También ha aludido a las declaraciones de testigos de que Pedro y la víctima «eran amigos de años y que se comportaban como hermanos», ha añadido.