A las 6,37 del jueves, Gérald Darmanin, ministro del Interior, hizo público este primer balance de la segunda noche negra: «Noche de violencias insoportables contra los símbolos de la República: alcaldías, escuelas, comisarías, han sido incendiadas o atacadas. Las fuerzas del orden han procedido a 150 detenciones. Apoyo a los policías, gendarmes y bomberos que han hecho frente a la crisis con valentía. Vergüenza para quienes no han hecho llamamientos a la calma».
En los suburbios de París, la «banlieue», una veintena de ciudades han sido víctimas de violencias caóticas. Grupos de jóvenes violentos, entregados al vandalismo, recorrían el centro de ciudades y pueblos, acompañados de «colegas» en moto, pegando fuego a cuanto encontraban.
«Escenas de caos» repiten al unísono las cadenas de radio y tv de información permanente.
Entre 2.000 y 4.000 gendarmes, según las fuentes han intentado contener el vandalismo suburbano, con poco relativo. Las bandas de jóvenes violentos conseguían en muchas ocasiones rechazar los intentos de «pacificación».
A lo largo de toda la jornada del miércoles, la muerte de Nahel se convirtió en un incendio político grave.
Al filo de la media noche del miércoles al jueves, volvieron a estallar tensiones, incendios, enfrentamientos físicos violentos, ataques de cócteles molotov, en las afueras de París y otras ciudades.
En Nanterre, vecinos de la ciudad difundieron vídeos documentando la multiplicación de tiros de morteros de fuegos artificiales, acompañados del incendio de basuras y automóviles. «Caos en Nanterre» afirmaban numerosos testigos, aportando imágenes y vídeos de policías acosados por los manifestantes.
En Toulouse, la tensión era muy viva, igualmente, desde la caída del miércoles.
En Lille, una manifestación de protesta contra las violencias policiales terminó en enfrentamientos sofocados por la fuerza, con cañones de agua.
En la periferia de París, los disturbios tuvieron cierta importancia en ciudades como Val d'Argenteuil, Asnières, Colombes, Suresnes, Clichy-sous-Bois y Mantes-la-Jolie.
La noche del miércoles las escenas de vandalismo y violencia estuvieron concentradas en Nanterre, la ciudad del adolescente asesinado. Durante la segunda noche / madrugada, del miércoles al jueves, la tensiones, violencias y vandalismo se extendieron a ciudades de provincias, como Lille y Toulouse, y a buena parte de los suburbios, la «banlieue» de París.
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