La madre del adolescente asesinado en Francia lanza un llamamiento a la «revuelta» y una «marcha blanca» de solidaridad
Consciente de que la crisis puede agravarse de manera imprevisible e inflamable, el Ministerio del Interior ha movilizado a otros 2.000 policías especializados
La reacción de Mbappé en redes sociales tras la muerte de un menor a manos de la policía francesa
El asesinato a tiros de un adolescente 17 años, Nahel M**, que se negó a detener su coche, como le ordenaba un policía de servicio, ha provocado reacciones duras y graves, desenterrando un campo de minas políticas y sociales. La madre del muerto ha lanzado un llamamiento a la «revuelta» y una «marcha blanca» de solidaridad.
Emmanuel Macron, presidente, ha insistido en su «emoción». Gérald Darmanin, ministro del Interior, fue el primero en reaccionar, oficialmente: «El policía fue detenido. Los vídeos que conocemos son muy chocantes, con gestos injustificables, en cualquier caso. Pido la calma, la justicia debe seguir su curso y sacaremos las consecuencias, tras la investigación judicial». Olivier Véran, portavoz oficial del Gobierno de Emmanuel Macron, insiste en la misma prudencia: «Ante la muerte de un joven en condiciones brutales compartimos la emoción con la familia y toda Francia».
La prudencia de la reacción ha atizado reacciones de cólera.
Klylian Mbappé, uno de los jugadores de fútbol más famosos de Francia y Europa, ha declarado: «Me duele Francia. Vivimos una situación inaceptable. Estoy con la familia y los amigos de Nahël, un ángel que se ha ido demasiado pronto«.
Omar Sy, uno de los actores más famosos de Francia, protagonista de grandes éxitos cinematográficos, como «Intocable» (2011) ha declarado: «Una justicia digna de ese nombre debe honrar la memoria de un niño asesinado».
Mbappé y Sy, famosos y ricos, nacieron, crecieron y conocen a la perfección la situación muy grave, rozando lo dramático, que se vive en los barrios más modestos y multiculturales de las grandes ciudades franceses. Sus testimonios y comentarios tienen el valor de un «indicador de tendencia».
En la prensa escrita, la radio y la tv, se suceden análisis, comentarios y tertulias, poniendo el dedo en la misma llaga ensangrentada.
Varias organizaciones humanitarias han avanzado oficiosamente una cifra dramática: durante los últimos doce meses, trece jóvenes habrían muerto, a tiros, por negarse a obedecer a los policías que les ordenaban detenerse.

Tras una noche de incendios y violencias, en Nanterre y otras ciudades de la periferia, suburbios, la «banlieue» de París, la policía detuvo a 31 jóvenes que participaban en actos de vandalismo y acoso contra las fuerzas del orden.
El Gobierno y los alcaldes de una docena de ciudades periféricas han lanzado llamamiento a la calma, intentando pacificar los ánimos.
Consciente de que la crisis puede agravarse de manera imprevisible e inflamable, el ministerio del Interior ha movilizado a otros 2.000 policías especializados en Nanterre y otras ciudades de la periferia parisina, esperando que esa fuerza disuasiva evite la propagación del incendio social.
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