Occidente: silencio, expectación y dudas ante el pulso de Prigozhin

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Al salir de la Casa Blanca, al mediodía, Biden no hizo comentarios. Su equipo facilitó un mensaje en que anunciaba que el presidente habló con sus homólogos en Alemania, Olaf Scholz; Francia, Emmanuel Macron, y Reino Unido, Rishi Sunak, sin dar más detalles que el de su apoyo continuado a Ucrania ante la invasión.

A principios de este mes, funcionarios rusos y estadounidenses asistieron a conversaciones para la desnuclearización mutua, a pesar de la tensión generada por la invasión de Urania. Rusia protestó por el envío de cazas norteamericanos F-16 con capacidad nuclear a Ucrania.

Los ministros de Exteriores del Grupo de los Siete -G7- se reunieron ayer para discutir la situación en Rusia, después de que Evgueni Prigozhin, el jefe de los mercenarios Wagner, lanzara su rebelión armada el viernes. A los cancilleres de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y EE.UU. se unió el alto representante de Exteriores de la Unión Europea, Josep Borrell.

El departamento de Estado de EE.UU. dijo que el jefe diplomático norteamericano, Antony Blinken, «reiteró que el apoyo de EE.UU. a Ucrania no cambiará». Aseguró además que EE.UU. «permanecerá en estrecha coordinación» con los aliados y socios a medida que se desarrolle la situación.

Ya en enero, la Casa Blanca admitió que tenía datos de inteligencia sobre una brecha entre la cúpula militar rusa y el grupo Wagner, que tenía 50.000 hombres luchando en Ucrania, 40.000 de ellos reos excarcelados para la guerra.

Según dijo entonces un portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, Prigozhin estaba intentando avanzar en sus propios intereses en la región, y Wagner está tomando decisiones militares basadas principalmente en los intereses del propio Prigozhin. «Si escuchas al señor Prigozhin y lees sus comunicados de prensa, te haría creer que él solo está logrando todas las victorias militares en Ucrania», dijo Kirby entonces.

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Es obvio que el pulso que mantiene el líder de los Wagner con el Kremlin también genera dudas en los aliados de Ucrania, ante un posible descontrol de la situación.

Biden, antes de ir a Camp David, se vio en la Casa Blanca con sus ministros de Exteriores, Blinken; y Defensa, Lloyd Austin, y con el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, y la embajadora ante Naciones Unidas, Linda Thomas Greenfield. Estos seguirán informando al presidente durante el fin de semana.

Desde Londres, el Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió sobre el riesgo de disturbios en toda Rusia: «Hay informes de tensiones militares en la región de Rostov y el riesgo de más disturbios en todo el país. Además, hay una falta de opciones de vuelo disponibles para regresar al Reino Unido».

Por su parte, Francia teme que el enfrentamiento armado entre las milicias «privadas» Wagner, Yevgeni Prigozhin, y las fuerzas armadas fieles a Putin puede agravar la incertidumbre sobre el futuro de Ucrania, multiplicando los frentes de crisis ensangrentadas en Oriente Medio y el corazón África, dejando en suspenso el riesgo de una guerra civil rusa.

Prudente y consciente de ese horizonte de amenazas desestabilizantes, Emmanuel Macron comenzó por declarar: «Seguimos atentamente la situación en Rusia, sin inmiscuirnos. Pero deseamos concentrarnos en el apoyo a Ucrania».

Por su parte, el gobierno italiano se mantuvo ayer en alerta para seguir el caos en Rusia. La primera ministra, Giorgia Meloni, anunció la convocatoria de «los ministros competentes y los servicios de inteligencia para tratar de obtener más información y analizar la crisis».

En una nota de Palacio Chigi, sede de la jefatura del Gobierno, se destaca que Giorgia Meloni «sigue de cerca los acontecimientos que tienen lugar en Rusia y que testimonian cómo la agresión contra Ucrania provoca inestabilidad incluso dentro de la Federación Rusa».

Por otro lado, Meloni reconoció que, de momento, «es difícil hacer valoraciones». Los hechos de las últimas horas, según la primera ministra, «son el reflejo del caos que se vive en la Federación Rusa». «Una situación -añade Meloni- que choca un poco con cierta propaganda que hemos visto en los últimos meses. Estamos en contacto con los aliados internacionales», concluyó Giorgia Meloni, al término de un encuentro bilateral con el canciller austriaco, tras intervenir en el Europa-Forum Wachau en la Abadía de Göttweig, Austria.

Desde Italia, Andrea Margelletti, presidente del Centro de Estudios Internacionales de Roma, alude a la comparativa histórica para explicar que «estamos como en la época de Julio César: cuando el poder central pierde el liderazgo por una guerra imposible de ganar, desde las periferias llegan los que están dispuestos a derrocarlo. Siempre ha sido así. Wagner no es solo una fuerza militar, sino también, ya desde hace años, representa un poder político».