Al menos un muerto y dos heridos en un atentado con cuchillo en Francia: el atacante estaba vigilado por terrorismo

François Bayrou, primer ministro, reaccionó en los mismos términos: «El Gobierno se ha movilizado para combatir con todos sus recursos un nuevo ataque del fanatismo islámico que nos persigue desde hace años».

Según Nicolas Heltz, fiscal del estado en Mulhouse, el autor del atentado es un hombre de 37 años, argelino, en situación dudosa, que gritó «¡Alá es el más grande!» antes de lanzar su ataque a cuchilladas. El agresor está fichado desde hace años como individuo radicalizado, islamista peligroso. Arrestado con relativa rapidez, la detención provisional puede durar dos días, antes de su previsible inculpación por los delitos de asesinato, intento de asesinato y odio violento, criminal.

El atentado provocó una conmoción grande, cuando todavía está reciente el décimo aniversario de las matanza perpetradas contra la redacción del semanario 'Charlie Hebdo' y el próximo mes de noviembre se cumplirá el de la sala de fiestas Bataclan, que provocaron, en su día, una gran conmoción nacional e internacional.

Establecida la naturaleza terrorista islámica del crimen, el fiscal del Estado y la Policial judicial deberán establecer si fue un crimen aislado o pudo tratarse de un atentado en el que pudieron intervenir varios cómplices. Desde hace años, Francia sufre de atentados de ambas naturaleza.

El hombre asesinado es un portugués de 69 años, que llevaba muchos años trabajando en Francia. Uno de los policías fue herido «a la altura de la carótida». El segundo policía herido de gravedad fue apuñalado en el pecho. Otros dos policías fueron heridos con menor gravedad.

El asesinato terrorista se cometió hacia las cuatro de la tarde, al margen de una manifestación multicultural organizada por la oposición política de la República Democrática del Congo refugiada en Francia. El asesino se disponía a irrumpir contra la cabeza de la manifestación, cuando el hombre asesinado intentó interponerse.

Una vez establecido el carácter terrorista islámico del ataque, denunciado personalmente por el jefe del Estado, los procedimientos policiales y judiciales seguirán su curso, para respetar las normas más estrictas. Bruno Retailleau, ministro del Interior, dirigirá personalmente los primeros trabajos, en estrecha colaboración con el fiscal del Estado y la Policial judicial. Los servicios policiales franceses tienen fichados a unos 5.000 sospechosos de «tentaciones terroristas islámica». Pero, desde hace años, no es fácil vigilar permanentemente a esos individuos, que gozan de una libertad de movimientos absoluta, contando evidentemente con complicidades entre una población musulmana mal integrada. Entre siete y ocho millones de los 68 millones de franceses son musulmanes más o menos practicantes.

Se trata de una población mayoritariamente pacífica, pero dividida entre las tentaciones de extrema izquierda y el aislamiento cultural, facilitando la complicidad directa o indirecta con los individuos seducidos por la violencia criminal.

Esa plaga trágica y ensangrentada ha tomado unas proporciones excepcionales durante la última década: Francia sufrió diez atentados terroristas durante el año 2015, que comenzó con la matanza de 'Charlie Hebdo', con un total de varios centenares de muertos a lo largo del año. Desde entonces, han tenido lugar más de una treintena de ataques, con más de un centenar de víctimas.

Ante esa tragedia recurrente, el primer atentado de este año es percibido con una amenaza recurrente. La crisis de gran calado entre Francia y Argelia atiza la hostilidad de 'influencers' argelinos residentes en París. Las guerras civiles en Siria y la guerra de Hamás en Gaza también tienen repercusiones indirectas. Desde hace una década, todos los atentados cometidos en Francia tuvieron raíces islámicas que se perdían en el Magreb y Oriente Próximo.

En el caso del atentado de este sábado en Mulhouse, la crisis entre Francia y Argelia, muy reciente, estaría detrás de una manera indirecta. Argelia ha percibido las relaciones de Macron con el Rey de Marruecos como una «amenaza nacional». Sin duda, los terroristas tienen motivos propios, pero esa crisis diplomática es vista como un caldo de cultivo peligroso y fanático.

Consciente de esa realidad, Macron ha comenzado por lanzar una alerta nacional. Desde hace días, el jefe del Estado había anunciado y reclamado más recursos presupuestarios de carácter militar, defensivo y policial.

En plena crisis presupuestaria, con los déficits y deudas más grandes de su historia, el presidente ha advertido de que Francia debe «prepararse» para «nuevas amenazas», comenzando por Ucrania. El atentado islámico de Mulhouse recuerda que la amenaza terrorista está siempre muy presente. Y puede volver a golpear de manera imprevisible..

.