Un turista español, acuchillado en el monumento del Holocausto en Berlín antes de las elecciones alemanas

El primer parte médico, emitido horas después, aclaró que era una herida grave, pero que su vida no corría peligro. Su documentación permitió a la Policía determinar que se trataba de un ciudadano español de treinta años de edad y que había entrado al país como turista. La zona fue acordonada, en pleno centro de la capital alemana y a pocas horas ya del cierre de la campaña electoral más tensa y violenta que se recuerda en mucho tiempo en Alemania. En las últimas semanas, dos ataques perpetrados por refugiados, uno en Aschaffenburg y otro en Múnich, han volcado el peso de estas elecciones en la política migratoria.

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En el lugar se encontró una navaja, pero al cierre de esta edición no se había confirmado si se trataba o no del arma del agresor. Mientras la Policía científica analizaba el lugar de los hechos en busca de pruebas, algunos curiosos se acercaban al borde de la zona acordonada, debido a que los numerosos coches patrulla y vehículo de bomberos llamaban la atención. Un agente de Policía se dio cuenta de que uno de ellos, un varón de mediana estatura y corpulento, con mitones en las manos, tenía varios dedos manchados de sangre.

Dos policía se acercaron a él y le dieron el alto cuando hizo ademán de huir, aunque no presentó resistencia física a la detención. Como no respondía a las preguntas de los agentes, una vez inmovilizado en el suelo fue registrado, pero no llevaba encima documentación alguna que permitiese identificarlo. La conclusión de la Policía fue que el sospechoso como autor del apuñalamiento había regresado a la escena del crimen.

«No está claro si es alemán o no y se está procediendo a su identificación rápida», informaba anoche un portavoz policial, que se refería a la comparación de su huella dactilar con las bases de datos. Todo apunta a que no tenía relación previa con la víctima, pero tampoco había anoche indicios de un móvil islamista o político de los que informase la Policía.

El ataque tuvo lugar en el monumento en memoria a los judíos asesinados en Europa y junto a la Embajada de Estados Unidos, pero lo cierto es que los ataques con cuchillo se han convertido en los últimos años en una plaga para la seguridad en Alemania, independientemente de la zona o la hora del día. En 2023, se produjeron 8.951 de estos ataques, en relación con lesiones corporales peligrosas y graves, y 4.893 más acompañados de robo.

La Oficina Federal de Policía Criminal (BKA) define los ataques con cuchillo como «actos delictivos en los que el ataque con un cuchillo es directamente amenazado o llevado a cabo contra una persona». El mero hecho de llevar un cuchillo, por otro lado, no es suficiente para el registro. Según el gobierno alemán, las personas de Siria (24 casos), Polonia (17) y Turquía (16) dominaron entre las nacionalidades no alemanas de los autores en 2023.