Trump ya ha dejado una huella en el planeta que durará décadas
El ganador de las elecciones deberá lidiar con un intrincado régimen de sanciones sobre adversarios y aliados, además de multimillonarios aranceles
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Iniciar sesiónDonald Trump lo dejó muy claro aquel 20 de enero de 2017, cuando, minutos después de jurar el cargo, proclamó en su primer discurso como líder de la primera potencia mundial: «A partir de este momento, América será lo primero». Fue una advertencia al ... mundo. En un solo mandato, el presidente número 45 de EE.UU. ha culminado una de las mayores transformaciones de la política exterior de su país y, por tanto, de las relaciones internacionales, que se recuerdan. Viejas alianzas se han quebrado bajo el peso de aranceles y sanciones; otras son hoy más fuertes que nunca; las dictaduras en Cuba y Venezuela sufren una presión insólita, y China ha emergido como el polo opuesto de EE.UU. en una nueva guerra fría comercial. Gane él o Biden , el de Trump será un legado que pesará sobre el mundo durante años, si no décadas.
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La política exterior del presidente se ha centrado en cuatro ejes: cerrar fronteras; reducir la implicación militar en el extranjero; sancionar a adversarios, y poner trabas al comercio. Hasta ahora, los republicanos habían gobernado desde la ortodoxia de defender el libre comercio, que hasta hace unos años era un eje central del credo conservador en EE.UU. Con Trump eso ha cambiado. El presidente ha dictado aranceles multimillonarios contra China, la Unión Europea , México , y muchos más.
Sus partidarios han intentado justificar este proteccionismo, que no dista mucho del de líderes de la izquierda como el senador Bernie Sanders . Sin embargo, según opina Scott Lincicome , investigador en el instituto Cato , que es de tendencia libertaria, aranceles como los impuestos contra el aluminio producido por un aliado como Canadá «acaban con el mito de que el presidente Trump no es proteccionista».
Los mayores aranceles han sido los impuestos a China, y en ese apartado hay muchos analistas que creen que por fin el presidente ha puesto de relieve los abusos del régimen comunista. Según Colin Duek , profesor de política en la universidad George Mason , «Trump merece crédito por llamar la atención sobre un patrón de abusos chinos contra EE.UU. y sus aliados desde hace tiempo. Las prácticas económicas depredadoras de China incluyen el robo de propiedad intelectual, el delito cibernético patrocinado por el estado, la transferencia forzada de tecnología y el espionaje industrial». Y según Edward Cunningham, profesor en Harvard, es poco probable que Biden cambie esa política: «La presión sobre el comercio directo y el acceso de China a los mercados continuará en gran medida». «Sin embargo, puede aumentar la presión militar», añade sobre Biden.
La guerra comercial también ha afectado a la UE, que ha tenido que lidiar con sus propios aranceles. Sin embargo, no ha sido ese el único frente en una insólita guerra de Washington contra un viejo aliado. De forma casi religiosa, Trump ha denunciado la «morosidad» de Alemania , Italia , España y otras en «sus pagos a la OTAN». En realidad a lo que se refiere el presidente es al compromiso de los aliados de invertir al menos el 2% del PIB en defensa, algo que solo cumplen EE.UU., Reino Unido , Polonia y pocos más. Las quejas del presidente han sido frecuentes, y le han llevado a plantearse salirse de la Alianza, algo que ningún otro republicano se hubiera atrevido a hacer antes. John Bolton , que fue su consejero de Seguridad Nacional hasta hace un año, cree que una victoria del presidente significaría más aislamiento en un segundo mandato: «Tendrá menos gente alrededor como yo y como algunos otros, que le dirían, por ejemplo, que es una muy mala idea retirarse de la OTAN».
Dejando a Europa de lado, Trump ha seguido una política muy inusual en Oriente Próximo , con resultados muy palpables. Él mismo afirma que nadie más podría haber logrado lo que él ha logrado, y lo cierto es que a nadie antes se le habría permitido negociar un acuerdo de paz con la guerrilla talibán , con conversaciones directas de por medio. Tampoco nadie intentó, como él, facilitar acuerdos de paz bilaterales con Israel como los de Emiratos Árabes Unidos y Baréin . Y nadie había osado cambiar la embajada de EE.UU., de Tel Aviv a Jerusalén , indignando a Europa.
Como cada presidente, Trump también ha presentado su propio plan de paz para israelíes y palestinos, pero completamente «sui generis», porque permitía la anexión por parte de Israel de asentamientos de Cisjordania y no contaba realmente con los palestinos, que han quedado completamente descolgados durante su mandato. Esto explica la inmensa popularidad de Trump en Israel, que contrasta marcadamente con el rechazo general de ese país a Obama y Biden. En cierto sentido, muchas de las decisiones de Trump en política exterior han sido un intento de deshacer el legado de Obama y Biden. No hay mejor ejemplo de la salida de EE.UU. del pacto nuclear con Irán , y la reanudación unilateral de durísimas sanciones.
Según Daniel Byman , profesor en la escuela diplomática de Georgetown e investigador en el instituto Brookings , «una nueva administración no podrá hacer retroceder el reloj a la era anterior a Trump, y las represalias de Irán será contra EE.UU., no contra ninguna administración en particular. Las alianzas que los países de la zona están forjando con Rusia y la ruptura entre los aliados tradicionales no pueden remediarse fácilmente».
Nuevas alianzas
Es cierto que las presiones de Trump han dado lugar a nuevas alianzas. La más sonada es la de Teherán y Caracas, sellada con el apoyo militar de la Guardia Revolucionaria Iraní al régimen de Nicolás Maduro y el envío de cargueros de fuel a Venezuela, en claro desafío de las sanciones estadounidenses. En ese sentido, la era Trump deja un eje claro entre Irán, Venezuela y Cuba que inquieta, y mucho, a la diplomacia estadounidense. La respuesta de Trump han sido sanciones y más sanciones, a los tres, agravando su asfixia económica.
Queda en el aire lo que sucederá con Juan Guaidó y su gobierno transicional en Venezuela si Biden gana. El apoyo de Trump fue decisivo para que la comunidad internacional reconociera a Guaidó, y este salió reforzado de su visita en febrero a Washington, donde se vio con republicanos y demócratas. Pero un pronunciamiento militar en abril de 2019 fracasó, y a pesar de las duras sanciones, Maduro ha aguantado. En la recta final de la campaña, el diario «The New York Times» publicó una nota citando a asesores de Biden en la que estos «expresaron poca esperanza de que seguirán tratando a Guaidó, quien no logró persuadir a las fuerzas armadas que rompieran filas con Maduro».
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