Quebec
El lugar donde el referéndum de independencia fracasó dos veces y media
En Quebec el «no» ganó en dos ocasiones y la perspectiva de una tercera consulta arrebató al partido nacionalista la posibilidad de celebrar un tercero
eva pastrana
Montreal es la ciudad más importante de Quebec y el turismo es uno de sus grandes activos. Dicen que para poder probar al menos una vez en todos sus restaurantes habría que pasar al menos 13 años comiendo fuera de casa. Uno de esos restaurantes ... es el italiano Bounanotte. Como tal, en su carta ofrece «pasta», «antipasto» o «calamari» como platos estrella. Sin embargo, su dueño olvidó poner la traducción francesa junto a los platos, algo que en Quebec va contra la ley. Los inspectores de la Oficina del Lenguaje, conocidos por la prensa de Quebec como la «policía lingüística», obligaron al dueño de este restaurante a pagar una multa por su actuación.
La normativa de Quebec exige que en todos los carteles comerciales se utilice el francés como primera lengua. Si el mensaje aparece en otra lengua, como el inglés, el otro idioma oficial del país, deberá ser un 30% más pequeño que la versión francesa. El gobierno de Quebec puso en funcionamiento la Oficina del lenguaje, con un cuerpo de inspectores a su servicio para velar por el cumplimiento de esta norma.
El «pastagate» como lo bautizaron los medios, da fe de lo extrema que puede llegar a ser la política lingüística en la provincia francófona. En este caso, incluso el Partido Quebequés (PQ), partido nacionalista en el Gobierno, consideró que en este caso la policía lingüística había llegado demasiado lejos.
En otra de sus manifestaciones el proteccionismo lingüístico obliga a los inmigrantes que quieran vivir y trabajar en Quebec a tener un nivel avanzado de francés. Además, si quieren apuntar a sus hijos a una escuela pública anglófona, deberán justificar ante el Gobierno las razones que los mueven a ello y lo más habitual será que se les niegue la posibilidad y se les obligue a matricularlos en un centro francófono, incluso en el caso de los hijos de ciudadanos anglófonos. El Gobierno argumenta que esta es la única manera de asegurarse que los hijos de los extranjeros terminan la escuela sabiendo francés.
En Quebec el 78.9% de la población tiene el francés como lengua materna, el 8,3% el inglés y el 12,8% otros idiomas, según datos de 2011 contenidos en el último informe del Consejo Superior de la Lengua Francesa.
El fin de esta agresiva política es consolidar al francés como lengua dominante en la región, frente a la amenaza del inglés, primer idioma de Canadá y de Estados Unidos, país limítrofe con el estado de Quebec. La problemática que presenta este proteccionismo es que en la actualidad el inglés es la tercera lengua más hablada del mundo, el francés es la décima. Además, para una economía sustentada en el sector servicios, camuflar los mensajes en inglés no parece la mejor idea.
Dos referéndums (y medio) fallidos
El nacionalismo lingüístico tiene su reverso político. Quebec lleva dos referéndums de independencia fracasados y la posibilidad de celebrar un tercero condujo a la nacionalista Pauline Marois de una holgada mayoría a perder las elecciones frente al Partido Liberal.
El 20 de mayo de 1980 esta provincia preguntó por primera vez a sus ciudadanos si querían dejar de formar parte de Canadá y convertirse en un Estado independiente y francófono. Los independentistas liderados por René Lévesque obtuvieron el 40,5% de los sufragios. El no ganaba por un 10%. La cuestión volvía a plantearse en 1995 y en esa ocasión los independentistas se quedaban a menos de un punto porcentual de lograrlo con el 49,6% de los votos.
Durante la última campaña electoral, sin estar en el programa electoral, Marois puso sobre la mesa la cuestión independentista , dando la impresión de que podría promover la convocatoria de un «Quebec da a los emigrados catalanes trato preferente en algunos ámbitos»tercer referéndum de secesión si lograba la amplia mayoría que buscaba. A raíz de la aplastante derrota, poco después Marois dimitía de su cargo. ¿Podría estar Artur Mas inmolándose políticamente como Marois? De momento, los resultados electorales de las Elecciones Europeas demuestran que la deriva independentista está alimentando a ERC y no a CiU. Los republicanos ganan con el el 23,6% de los votos, CiU se queda en segunda posición con el 21,3%
Cataluña y Quebec
La historias de Quebec y Cataluña corren por caminos paralelos. Quizás por eso, Quebec da a los emigrados catalanes trato preferente en algunos ámbitos de la vida pública. Por ejemplo, los estudiantes catalanes tienen la posibilidad de estudiar en las universidades canadienses al mismo precio que los residentes. Además, los catalanes que viven en Quebec cuentan con varias asociaciones como un club de «castellers» o un Casal Catalán.
El propio Tribunal Constitucional comparaba en la sentencia en la que anulaba la declaración soberanista del Parlamento catalán, el caso de Cataluña con el que planteó Quebec para su independencia de Canadá en 1998 y que fue rechazada por el Tribunal Supremo del país norteamericano.
«En el marco de la Constitución, una comunidad autónoma no puede unilateralmente convocar un referéndum de autodeterminación para decidir sobre su integración en España», indicaba la resolución.
«Esta conclusión -añadía la sentencia- es del mismo tenor que la que formuló el Tribunal Supremo del Canadá en el «Nadie con dos dedos de frente lanzaría un referéndum en Quebec, no ganaría»pronunciamiento de 20 de agosto de 1998, en el que rechazó la adecuación de un proyecto unilateral de secesión por parte de una de sus provincias tanto a su Constitución como a los postulados del Derecho internacional».
¿Hay necesidad de un tercero?
Después de dos referéndums fallidos, la posibilidad de un tercero asustó al electorado de Quebec. ¿Hay necesidad de plantear otro referéndum a día de hoy? Dos de cada tres quebequeses creen que no, que hay cuestiones más prioritarias.
Agustí Nicolau ha pasado 25 años viviendo en Quebec, es vicepresidente del Casal Catalán en la provincia francófona. Conoce bien la realidad de ambos países y considera que en la actualidad la población de Quebec tiene otras preocupaciones, «paro, crisis económica o déficit del Estado están por delante. Ahora mismo nadie con dos dedos de frente lanzaría un referéndum en Quebec porque no ganaría», considera.
En su opinión, la diferencia fundamental entre Canadá y España es que «parten de culturas políticas diferentes». «En Canadá se han celebrado dos referéndums ya, y la ciudadanía ha dicho no. En España no se contempla la posibilidad de realizar esa pregunta».
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