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Tomates: olerlos para comprar los mejores no sirve de nada

Desde que la industria entró en la agricultura, la calidad dejó paso a la productividad, diluyendo el gusto ancestral de la hortaliza. Aquí algunas de las mejores variedades de España, su historia y apuntes científicos

Calor y alimentación: ¿está prohibido usar huevo fresco en bares y restaurantes?

Tomate rosa de Barbastro
Adrián Delgado

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No, el olor a tomate –a la planta en realidad, porque su piel es impermeable– no garantiza tener entre las manos un suculento fruto cargado de sabor. Llevarlo a la nariz antes de comprarlo es un gesto en vano. Su organoléptica está ahí, arraigada ... más o menos en nuestra memoria –la edad del comensal influye– y con el calor del verano se activa como un grato recuerdo, pero insatisfecho. Eso sí, por frustrantes piezas tan perfectas y anodinas como insípidas la mayor parte de las veces.

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