Namak

Madrid ha tenido en los últimos años una abundante oferta de restaurantes de cocina india, pero pocos han marcado un nivel mínimo. Apenas Benares o Bangalore han intentado ir por el camino del refinamiento, pero sin acabar de rematar. Por eso es una buena noticia la apertura de Namak, restaurante que trae a la capital una cocina más refinada, fuera de lo habitual. Proyecto del cocinero Nadeem Siraj, al que los aficionados a esta cocina conocen bien porque regenta el que podríamos considerar mejor comedor indio de Madrid, Tandoori Station. Tras dos décadas en España, este paquistaní ha dado un paso más para ofrecer platos diferentes en los que un acertado equilibrio de especias, y los sabores y aromas de allí, arropan al producto español. Una fusión que lleva a utilizar carnes de vacuno o de cerdo en algunos platos, algo insólito. Apuesta arriesgada que, por lo visto estos primeros días, da buenos resultados.

Namak ha abierto en una de las zonas más cotizadas de Madrid, con un montaje acorde. Comedor lujoso y amplio, decorado con gusto y con buenos detalles, entre otros manteles de lino. Y con un equipo de sala a la altura. Todo sin que los precios se disparen. De hecho, el atractivo menú degustación cuesta 55 euros. Y la carta de vinos, breve pero bien seleccionada por la sumiller Anna Martínez-Abarca, se mueve también en precios razonables.

Ya el trío de ‘chutneys’ del aperitivo, especialmente el de menta, indica que no es un indio convencional. Lo mismo ocurre con los panes ‘naan’ (entre 4 y 6,60 según tipo). Muy logrados los ‘pani puri’ callejeros (12), rellenos con un sabroso guiso de rabo de toro al estilo ‘vindaloo’. En la misma línea los ‘momos’ (‘dumpling’) de secreto de ibérico con su caldo (14), con otro magnífico ‘chutney’ de tomate deshidratado. Sorprende de forma positiva un guiso de judiones de La Granja al estilo ‘massala’ (18), con alcachofas y mango, aunque uno de los mayores aciertos es el ‘massala baingan bharta’ (12,50), picadillo de berenjena asada que Nadeem aprendió de su madre. Los pescados no son muy habituales en los restaurantes indios de por aquí. Por eso vuelve a sorprender para bien el cocinero con el lenguado al estilo Calcuta (24), una pieza de calidad desespinada, marinada en hierbas y terminada en el ‘tandoori’.

Bajón importante con la versión del ‘butter chicken’ (21,50), completamente insípido. Pero se recupera el nivel con el estupendo ‘dal makhani’ (12,50), curry de lentejas que siempre es buen indicador de la calidad de estos restaurantes. Para terminar, otro buen curry, muy equilibrado, de jarrete de cordero con jengibre seco y azafrán (22), acompañado de arroz con comino, cardamomo y azafrán (8,50). En los postres, al ‘kulfi’ de melón (14) le sobra una absurda esfera de queso idiazábal. Mejor, aunque también prescindible, el chocolate con sal, pistacho y té verde (14). Un buen carro de infusiones pone el punto final.

Menú degustación: 55 €.

Cierra domingos noche.