Eldelmar: el restaurante de los hermanos Torres con terraza frente al mar en Barcelona

Eldelmar, que así se llama, es un enorme local con terraza incluida y amplios ventanales sobre el mar, con mesas bien espaciadas, en las que se echan en falta los manteles. Numeroso y amable equipo de sala que emplata pescados y mariscos ante los comensales y una buena sumiller italiana, Tiziana Briello, al frente de una notable bodega. El planteamiento aquí de los hermanos Torres es simple. Fundamentalmente producto marino de distintas procedencias, tratado con respeto y sin complicaciones, reforzado por algunos clásicos del picoteo (croquetas, bravas, ensaladilla) más algún arroz.

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Lo importante de esta casa es la calidad de la materia prima, que se evidencia cuando, nada más sentarse, a los comensales se les presenta una gran bandeja con lo mejor del día, desde bivalvos hasta piezas de gran tamaño para hacer a la brasa. En estos primeros meses de rodaje dirige las operaciones Carmine Memoli, jefe de cocina del restaurante triestrellado de los Torres. Eso garantiza que los puntos del pescado sean especialmente precisos. Mientras elijo el menú, abro boca con una muy buena gilda doble (7 euros) para acompañar un negroni.

Para empezar, un brioche con diez gramos de caviar Oscietra, crema agria y cebollino (25), seguido por un par de ostras de calidad (5 cada una), la primera al natural, la segunda con un acertado aliño picante de agua de tomate, piparra y pimiento biquinho brasileño. Entre las sugerencias del día unos erizos que apuran su temporada pero siguen estando estupendos. Crudos, claro. A uno le añaden caviar, absolutamente innecesario aquí. Sobresaliente la ensaladilla rusa (18) con un escabeche casero de atún rojo. Por el contrario, decepcionantes unas almejas gallegas a la brasa muy irregulares, algunas para devolver a corrales.

Llega el arroz. Llevo años reivindicando los arroces individuales, y en Eldemar los ofrecen. Hechos en lata, al horno, con una capa fina. Pruebo el de carabinero, una pieza importante que el camarero abre para estrujar luego la cabeza sobre el arroz. Francamente bueno de punto y de sabor.

Al comer solo no puedo probar alguna de las grandes piezas de pescado y me limito a un lenguado de buen tamaño que el camarero limpia con destreza. Se acompaña con una salsa meunière que, como la donostiarra o el pilpil se cobran aparte (4,50), feo detalle. El lenguado muy bueno, la salsa excesivamente líquida.

Para terminar un merengue con helado de limón que refresca y limpia la boca. Como balance, Eldelmar es un restaurante de producto a la altura de lo que cabe esperar de los hermanos Torres.