Beatriz Martín Padura, sobre móviles y menores: «La presión de grupo ha existido toda la vida»
La directora general de Fad Juventud recuerda que legislar no es la solución y aboga por acompañar y educar al menor hacia una vida digital sana
«Me alegro que le hayas quitado tú el móvil porque yo en casa no me atrevo»
MADRID
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión«Se ha demostrado que la prohibición, sobre todo con los adolescentes, tiene un efecto negativo. De hecho, suelen tener más curiosidad hacia lo prohibido. Por eso, desde Fad Juventud creemos que sin duda hay que educar, en vez de prohibir». Así de sincera ... se muestra Beatriz Martín Padura, directora general de la Fad, en torno a móviles y menores tras los últimos acontecimientos.
Y es que tras el revuelo organizado en torno al nacimiento de grupos de madres y padres que apuestan por aliarse para prohibir o retrasar la entrega de un smartphone hasta al menos los 16 años, la Asociación Española de Pediatría (AEP) se ha pronunciado al respecto: «Los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes». Insisten en que «la clave es aprender a hacer un uso saludable de los dispositivos digitales a cualquier edad».
-
«No dar un móvil hasta los 16 años es excesivo»
Ana I. Martínez
En este sentido, Martín Padura recuerda que hay que diferenciar entre la prohibición y los límites. «Estos últimos son necesarios», puntualiza, «pero prohibir va mucho más allá», puesto que podría afectar al derecho de acceso al entorno digital de la infancia. «Estamos olvidándonos de un derecho que tiene que ver con tener formación y una vida digital sana», subraya la experta.
Por eso, desde Fad Juventud llevan años investigando la relación de los jóvenes y menores con las nuevas tecnologías, organizan talleres y ofrecen cursos para las familias con el objetivo de que puedan educar a sus hijos en el buen uso.
«En mi opinión, el debate que se está produciendo es muy confuso -continúa la responsable-. Es fundamental que dejemos de centrarnos en un solo dispositivo. En caso contrario, ¿qué pasa con las tabletas o los ordenadores? ¿No vamos a dejarles que busquen información online para que puedan hacer un trabajo? Incluso el ocio es digital: ¿tampoco les vamos a permitir escuchar música? El móvil no es solo un canal de acceso a contenidos que preocupan».
Tal y como reseñan también otros expertos, más allá de dar o no un móvil, se trata de un asunto que conlleva la responsabilidad de muchos actores porque tal y como recuerda la AEP, «el mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social. En la infancia y en la adolescencia también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje».
Las empresas tecnológicas son, sin duda, grandes implicadas. «Las plataformas deberían capar el acceso de los menores a contenidos inapropiados. Las empresas o quienes creen este tipo de contenido no deberían poder mercadear con ello de cara a los menores porque tienen una responsabilidad. No todo vale», recuerda Martín Padura, que entiende la «ansiedad digital» de las familias, que se sienten sobrepasadas.
El peligro de legislar
Imponer una ley «muy restrictiva, que prohíba, no creo que vaya a funcionar», continua, «porque, además de limitar el acceso, no se va al origen que es la creación del contenido». En su opinión, «la legislación tiene que entender cuáles son los derechos, obligaciones y responsabilidades y trabajar con todos los implicados. No puede limitarse a prohibir porque, además de no ser eficaz, puede vulnerar el derecho a una vida digital sana».
Italia, de hecho, acaba de aprobar una nueva normativa con la que las tarjetas SIM de los móviles de los menores de 18 años bloquean el acceso a ocho tipos de contenidos inapropiados: pornografía, venta de armas, juegos de azar y apuestas, sectas religiosas, drogas, violencia, suicidio y todo lo que promueva el odio o conductas alimentarias de riesgo. Son las teleoperadoras las que directamente activan el sistema de bloqueo, cumpliendo así con las directrices del Garante de las Comunicaciones italiano.
El problema en el país vecino es que la legislación permite que un niño, desde los 8 años, pueda contratar a su nombre una tarjeta SIM. Sin embargo, la mayoría están a nombre de los padres, por lo que muchos expertos dudan de la eficacia de la medida. En España, un menor de 14 años no puede contratar a su nombre una línea de móvil.
Recursos
Por eso, Martín Padura cree que las familias no pueden limitarse a esperar a que una ley les ayude sin haber educado, guiado y acompañado. «Han de saber poner límites», insiste. «Padres y madres pueden usar controles parentales, educar a sus hijos y explicarles por qué no pueden acceder a uno u otro tipo de contenidos, despertar su espíritu crítico... Y no culpabilizarles de todo. Es muy importante conocer la visión de los adolescentes y jóvenes, no sólo ver las cosas desde nuestra mirada. Si no educamos, si no hablamos con ellos en ninguna etapa educativa, estaremos cometiendo un tremendo error con nuestros hijos».
Las familias tienen a su disposición numerosos recursos con los que adquirir las competencias digitales «para el necesario acompañamiento del menor», un camino cuyo objetivo es «la independencia gradual del pequeños y el desarrollo de su pensamiento crítico». Entre ellos, se encuentran el proyecto Educación Conectada de la Fundación Fad, hasta el Plan Digital Familiar de la AEP y la Agencia Española de Protección de Datos o Internet Segura for Kids (IS4K), el centro de seguridad de internet para menores de INCIBE.
Un debate polarizado
«Los adolescentes y jóvenes necesitan educación para hacer un buen uso porque esta no viene de fábrica. Hay que formarles en privacidad, respeto, seguridad, contenidos dañinos... y en cómo les influye el acceso a contenidos inapropiados. Estamos simplificando el problema de las pantallas, quitándonos a nosotros mismos de la educación», dice.
La experta aconseja no alarmarse «porque las noticias malas vuelan» y ello nos lleva «a un debate polarizado, cuando lo que debemos hacer es reflexionar, sin intoxicarnos ni alarmarnos».
MÁS INFORMACIÓN
- Pilar Alegría rechaza prohibir los móviles a los adolescentes: «Sería como poner puertas al campo»
- «Los jóvenes sí saben que un mal uso de las tecnologías influye en su salud mental»
- Móviles y menores: estas son las últimas conclusiones que «deberían tranquilizar a los padres»
- «Los adultos tenemos que adquirir competencias digitales mínimas para poder enseñar a los hijos»
En su opinión, «ser padres y madres es mucho más complejo, rico y bonito. Disponemos de mucha información para poder hacer mejor las cosas y, sin embargo, nos agobia. En esta tarea, hay que ir paso a paso. Nuestra labor es acercarnos y conocer el universo digital de los hijos, sin angustiarse. ¿Hay riesgos? Por supuesto, como el que tiene cruzar la calle. La presión de grupo ha existido toda la vida: 'Es que a Fulanito le dejan salir hasta las 02:00 y yo tengo que volver a casa a las 01:00'. Estamos en un mundo más complejo sí, pero no podemos demonizar la tecnología», concluye.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
SuscribetePeriodista. En ABC desde 2012. Responsable de la sección Viajar. Antes, formé parte de las secciones de Familia, Actualidad, Tecnología y Redes Sociales.
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete