«Los jóvenes sí saben que un mal uso de las tecnologías influye en su salud mental»
Sara Toledano, directora del Área Técnica y de Innovación de Fundación Manantial, ha presentado las conclusiones de la investigación '#Rayadas
Adolescentes: Estas son las razones por las que su salud mental está más dañada tras el confinamiento
Madrid
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónLa Fundación Manantial ha presentado los resultados de su investigación '#Rayadas. La salud mental de la población joven en España», un estudio que incide en el malestar emocional, sus manifestaciones y las posibilidades de ayuda que podemos desarrollar para mejorar la salud ... mental de adolescentes y jóvenes.
Durante la jornada, Sara Toledano, directora del Área Técnica y de Innovación de la Fundación Manantial, destacó, entre otros muchos datos, que los jóvenes reconocen que el uso excesivo de las TIRC (Tecnologías de la Información, Relación y Comunicación) les influye directamente en su salud emocional, de manera que les genera ansiedad y estrés continuo (31,3%), disminución de su nivel de concentración (29,5%) y problemas de sueño (28%).
«Se trata de una conclusión muy significativa -advirtió Toledano- y este malestar se lo produce en mayor medida el temor de ser víctimas de acoso a través de las redes (ciberbullying y grooming) (42%), la posibilidad de adicción al teléfono móvil (41,2%) y la influencia en una autopercepción negativa de su imagen corporal (41,2%)».
Añadió que los docentes y orientadores escolares también están observando que el uso de las TIRC está afectando en su rendimiento cognitivo (capacidad de centrar la atención y razonamiento lógico), en su estado emocional, su autoimagen, autoestima y en sus patrones de sueño.
Lo cierto es que esta investigación destaca que las chicas hacen una valoración peor de su estado de salud mental que los chicos: el 60% de los ellos valora que su salud mental es buena o muy buena, frente al 39,5% de las chicas. Toledano señaló como muy preocupante que ante este malestar, «en un 37% de jóvenes entre 16 y 32 años, en vez de pedir ayuda prefiere aislarse, de tal manera que el 38,3% reconoce sentirse sola siempre o muchas veces. Entre los síntomas que padecen destaca que un 47,1% se siente nervioso o inquieto siempre o muchas veces; un 38,3% se sienten solos siempre o muchas veces; un 11,7% afirman autolesionarse siempre o muchas veces; un 10% reconocen haberse autolesionado alguna vez; el 43,2% no puede dormir con frecuencia o nunca y un 31,5% sufre episodios de ansiedad».
Durante la jornada 'El reto de la salud mental en personas jóvenes' se calificó como un problema «que solamente un 30% de los jóvenes pide ayuda a amigos, familiares o profesionales cuando siente malestar emocional, un 25% no hace nada y la respuesta más frecuente ante el malestar emocional es aislarse, en un 36,6% de los casos».
También se matizó que un 28% de los jóvenes ha utilizado servicios de ayuda para mejorar su salud mental a través de internet o redes sociales y, de ellos, un 51,2% utiliza vídeos, un 40,6% aplicaciones de ayuda psicológica y un 31,8% ha accedido a grupos de apoyo online.
Igualmente destacó durante su intervención que a los profesionales de la Salud Mental les llama la atención que los adolescentes utilicen, cada vez más, para definir su malestar términos de diagnóstico. «Aseguran 'tengo depresión', 'tengo TOC'... y este tipo de respuestas que dan son muy relevantes y les influyen de manera significativa en su malestar».
En cuanto a la medicación, un 22,9% consume o ha consumido psicofármacos para encontrarse mejor emocionalmente y destaca que, de este porcentaje, el 62% son chicas. «Se trata de unos porcentajes muy elevados», matizó Sara Toledano.
Lamentó que «los motivos principales por los que los jóvenes no piden ayuda son el miedo al rechazo y el temor a preocupar a sus seres queridos, familiares y amigos, así como la dificultad para reconocer o asumir que están atravesando una situación problemática relacionada con la salud mental».
Esta especialista matizó que con esta serie de datos, «lo más importante ahora es ayudar a nuestra juventud en su sufrimiento, contribuir a entender su realidad para mejorarla y prevenir que se sientan solos en su dolor». Y, a modo de reflexión, concluyó en la necesidad de «rebajar la exigencia que la sociedad ejerce en nuestros jóvenes. No pasa nada porque saquen malas notas o por no vestir monísimos todos los días para ir a clases. No deben sentirse a tanta presión, que sin duda, no les favorece en su bienestar emocional».
En su turno de palabra, Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, apuntó como a una de las causas de este malestar a la falta de conciliación real en nuestro país porque «sin conciliación no hay salud mental», recalcó. «necesitamos un cambio en el orden laboral. Las familias y las madres necesitamos hacer sentir que somos un lugar seguro para nuestros hijos, pero no tenemos tiempo para hacerlo bien. Es un asunto que tenemos que tomárnoslo muy en serio, necesitamos estar con nuestros hijos, mantener una escucha activa, preguntarles, recogerles del colegio... Si no cambiamos todo esto, no podremos cambiar los datos tan alarmantes del estudio de la Fundación Manantial».
Entre los asistentes a la jornada también intervino José Antonio Luengo Latorre, decano-presidente del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, quien apuntó que hoy sabemos que existe este dolor entre los adolescentes porque se hacen estudios que antes no se realizaban , salvo excepciones como los de la Fundación Fad Juventud. No obstante, matizó que hay que tener cuidado con el mensaje que se transmite porque «una cosas es el dolor y otra bien bien diferente la enfermedad o el trastorno mental. Ojo, no es lo mismo».
Destacó que hay padres que deciden hacer a sus hijos muy felices para que no sufran. «Es muy legítimo, pero esta decisión entraña muchos riesgos porque si no pasan por situaciones difíciles (desengaños amorosos, con amistades, con su propio cuerpo...) no van a aprender ni a entrenarse para las adversidades que les depara la vida. Si les evitamos las dificultades no les ayudamos a crecer adecuadamente. Tenemos que favorecer conductas de afrontamiento. Quizá no es que estemos haciendo hijos blanditos, es que los padres somos blanditos. Hay que reflexionar sobre ello. Muchos progenitores, además, dan un móvil a un bebé de 18 meses, ¡sus padres se lo dan, no el Estado! Hay que reflexionar», insistió.
Del mismo modo, coincidió con Sara Toledano en la necesidad de bajar el nivel de exigencia que tanta presión ejerce en los jóvenes. «Nuestro sistema educativo, los informes Pisa, la OCDE... ponen el nivel muy alto, que es muy legítimo, pero igual hace falta acercarse más a las necesidades reales de nuestros jóvenes. Hay que dar las gracias a los profesores que de forma aislada, y casi siempre anónima, se acercan a sus alumnos y les preguntan cómo están y se interesan por ellos. Les salvan la vida porque les escuchan, les acompañan y representan su modelo de vida».
MÁS INFORMACIÓN
En el encuentro también se celebró la mesa redonda de «Miedos en la juventud» moderada por Pablo R. Roca, psicólogo y creador de Occimorons, que contó con los testimonios de cuatro estudiantes. Catalina Perazzo Aragoneses, directora de Incidencia social y política en Save The Children, fue la encargada de clausurar unas jornadas que buscan reflexionar sobre el tipo de ayuda que podemos proporcionar para promover el bienestar socio emocional, prevenir y atender los problemas de salud mental de jóvenes y adolescentes.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete