Miriam, ginecóloga: «No hemos dejado de tener tabués sobre nuestra sexualidad, solo se han ido transformando»
Miriam Al Adib Mendiri explica las razones que le han llevado a escribir un poemariosobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres
La autora muestra en su libro a la mujer mística, sensual, erótica, compasiva, rebelde y reivindicativa
Por su profesión, Miriam Al Adib Mandiri está acostumbrada a ver la felicidad de muchas parejas al anunciarles que van a tener un bebé, pero también a sentir el corazón encogido cuando ese bebé que esperan fallece. Por la consulta de esta ginecóloga pasan ... muchas mujeres. Cada una con una historia diferente y muy personal. En paralelo a las soluciones que durante 20 años esta doctora les aporta desde un punto de vista científico y médico, Miriam Al Adib Mandiri consideró hace unos meses que le había llegado el momento de dar luz desde un enfoque humanista a la expresión de esos sentimientos que toda mujer tiene a flor de piel por su condición femenina.
Así es como escribió `Mosaico; rojo, negro, blanco. ¿Por qué amamos los poemas que nos hieren?`, un libro de poesía sobre la salud sexual y reproductiva que muestra a la mujer como un ser místico, singular, mamífero, sensual, erótico, compasivo, rebelde y reivindicativo.
«Yo le pongo mucho corazón, el alma, a mi trabajo —confiesa a ABC— y es habitual que me coloque en el lugar de mis pacientes, por lo que sufro y disfruto mucho. Tenía ganas de poner también el corazón en estas vivencias para contarlas de forma poética y romper así el silencio que todavía existe respecto a la sexualidad y reproducción femenina. No hemos dejado de tener tabués respecto a nuestra sexualidad, sino que se van transformando. Todavía hay muchos aspectos no comprendidos que generan un sufrimiento extra y que, en muchas ocasiones, se abordan a golpe de medicamento. Por ello hablo del amor, del erotismo, del placer, del dolor, de la pérdida de un hijo, del envejecimiento..., en definitiva, de la vida y de la muerte».
Para hacer esta transición desde la llegada del ciclo menstrual, la edad fértil, la maternidad y la madurez, la autora ha estructurado el libro en cuatro partes que coinciden con las cuatro fases de la luna: creciente, llena, menguante y negra.
Entre los muchos temas que aborda se encuentra también el sufrimiento por la esterilidad de aquellas mujeres que desean ser madres. Así lo expresa en sus páginas:
Se lava la cara, se pinta los ojos,
los labios... pero, como cada mes,
sangra.
Seca sus lágrimas, trenza esperanzas,
y bajo la luna que mece su pecho,
sangra.
Su útero, templo impoluto,
entre sueños y sábanas de alcoba,
sangra.
En la ausencia del hijo, en la nostalgia
de su tez y la ardiente quimera de su llanto,
sangra.
Y es su vida ese río de sangre,
desesperación que ya emerge
entre sus piernas.