España necesita matronas, una profesión sin reemplazo

Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), España es el cuarto país de Europa en cuanto a ratio de matronas. Por detrás nuestro solo están Hungría, Eslovenia y Rumanía. Esto se traduce en que tenemos 6,1 matronas por cada 10.000 mujeres de una edad comprendida entre los 14 y 65 años (dato 2020). «La media europea está por encima de 9,1 matronas. Es una diferencia importante», aclara Daniel Morillas, vicepresidente de FAME.

Esto nos llevaría, explica Morillas, «a necesitar 5.000 matronas (sin contar jubilaciones, bajas, etc.) para alcanzar la ratio media según los datos aportados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) e igualar las ratios de los países desarrollados».

El increíble motivo para la falta de reemplazo se debe, en parte, a que entre 1987 y 1994 se cerraron las entonces llamadas escuelas de matronas, porque no cumplían los requisitos formativos europeos y hubo nueve años sin nuevas promociones de comadronas.

Y las que se han formado con posterioridad son «insuficientes» para cubrir el 'boom' de jubilaciones previsto, que se calcula que será de un 40 por ciento en los próximos cinco años. «No hay reemplazo previsto», advierte el vicepresidente de la Federación de Asociaciones de Matronas de España.

A su juicio, dicho reemplazo tampoco está asegurado, en parte, por las carencias del sistema formativo. Para ejercer esta profesión, «absolutamente vocacional», apostilla Morillas, se necesita un grado de enfermería, más un examen EIR y dos años de especialidad, y tan solo se convocan entre 400 y 430 plazas anuales. «La formación es un cuello de botella», puntualiza.

En la Comisión Europea existen dos alternativas de estudios. La vía uno, que es a través de un grado universitario, y la vía dos, que es la especialidad en enfermería, que es la existente en España. Desde FAME «proponemos un cambio en el sentido formativo para que las matronas pasen a tener un grado universitario, como hay en Francia, por ejemplo».

A medio plazo, la profesión está batallando porque se vuelva a crear un grado independiente de matrona, como existe para podología o fisioterapia, donde puedan formarse muchas más personas de las que acceden a la especialidad en la actualidad. Pero esta solución requiere de tiempo y llega ya tarde para las jubilaciones previstas en el futuro más inmediato.

Mientras siga existiendo una carencia de profesionales en el sector, advierten desde estas instituciones, «habrá un freno en el acompañamiento del embarazo, parto y posparto de las mujeres en todo el territorio español, especialmente en lo que ya conocemos como 'la España vaciada'».

Por este motivo, las asociaciones exigen que el Gobierno tome «cartas en el asunto y empiece a fomentar la formación de calidad de más profesionales, asegurando un mayor número de plazas en el sistema sanitario, así como la incorporación de ciertas especialidades en los centros de salud».

Si se mejorara la ratio, augura Morillas, «se podría cambiar el modelo de atención al 'one to one', que supone que en los paritorios convencionales la mujer de parto esté atendida por una matrona que siempre está con ella. Está demostrado que esto hace que se disminuyan las complicaciones obstétricas y la medicalización del parto, lo cual genera una experiencia positiva y mejores vínculos entre la madre y el neonato».