Péptidos: qué son y por qué cada vez son más habituales en los cosméticos

La farmacéutica Gema Herrerías, titular de A5 Farmacia y fundadora de la firma gh, explica que «el envejecimiento de la piel produce una pérdida de la densidad en la dermis, una capa más profunda de la piel, y también la disminución de la actividad de los fibroblastos, que son las células dérmicas que sintetizan colágeno y elastina. Además, determinadas enzimas degradan el colágeno y la elastina. Es aquí donde van a intervenir los péptidos si hablamos de combatir el envejecimiento, al ser altamente eficaces en tratamiento de arrugas y flacidez».

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En su libro 'La guía definitiva para el cuidado de la piel', Gema Herrerías explica que los péptidos se clasifican en 3 grupos: péptidos de señal, que activan los fibroblastos e inhiben la colagenasa, por lo que aumenta la síntesis de colágeno, elastina…con eficacia en el tratamiento de las arrugas y la flacidez. Además, reparan tejidos y mejoran la cicatrización. Los péptidos transportadores son sustancias necesarias en reacciones enzimáticas, aumentando la síntesis de colágeno tipo I, la elástica, etc. Las funciones que se les atribuyen son antioxidante y antiinflamatoria. Finalmente, los péptidos inhibidores son sustancias que inhiben la liberación de neurotransmisores, disminuyen la movilidad muscular y la contracción de los músculos faciales, por lo que mejoran las arrugas de expresión».

Según explica la farmacéutica, «en cosmética se emplean los péptidos obtenidos por síntesis que actúan mediante estimulación biológica y pueden ser desde activos en el tratamiento de las bolsas debajo de los ojos, antiarrugas, antibacterianos o hasta anticelulíticos».

Al contrario que otros activos, como los alfahidroxiácidos o los retinoides, que pueden tener efectos secundarios indeseados, los péptidos no tienen ninguna contraindicación, son seguros y bien tolerados incluso por las pieles más sensibles. Gema Herrerías señala que «los péptidos pueden ser universales en todas las rutinas, ya que tratan los signos de envejecimiento más comunes que son arrugas y flacidez. Se deben aplicar en pieles jóvenes, a partir de una edad aparente de 30 años, aproximadamente, como medida preventiva, y en pieles maduras, como tratamiento».

Lo que sí hay que tener en cuenta es que estén formulados bien para piel grasa, bien para piel seca, y elegir el más indicado en cada caso. Según Gema Herrerías, la textura más apropiada para disfrutar de todos los beneficios de los péptidos es el sérum. Se pueden aplicar tanto por la mañana, como por la noche, en el rostro, y también en el cuello y en el escote, dos zonas que suelen olvidarse a menudo.

A la hora de encajar un producto con péptidos en el ritual diario, Gema Herrerías recomienda usar «lunes, jueves y sábado un producto con retinol, martes y viernes, un producto de transición como los péptidos, y miércoles y domingo, un renovador con exfoliantes como el ácido glicólico o la gluconolactona, en piel sensible».

La experta añade que «el retinol puro a concentraciones desde 0,3 %, sí podrá mejorar no solo arrugas y manchas sino también la elasticidad de la piel con el uso continuado. Hay distintos tipos de péptidos que pueden ejercer distintas funciones biológicas, pero en caso de arrugas y firmeza, si se alternan con el retinol en la rutina se genera una sinergia y una mayor eficacia antiedad. Si hablamos de concentraciones menores de 0,3 % de retinol puro, solo actuarán en la superficie de la piel mejorando el aspecto de arrugas superficiales y manchas, y no consiguiendo el efecto de los péptidos».

Para concluir la farmacéutica recuerda que «no nos aplicamos ingredientes en la piel, sino cosméticos que contienen distintos ingredientes y a diferentes concentraciones». A pesar de que la tendencia sea buscar determinados activos cosméticos que triunfan en las redes sociales, lo más sensato es buscar productos que se adapten a las necesidades de la piel en cada momento y que cuenten con una fórmula con evidencia científica.