El 'house sitting' llega a Madrid: vacaciones a coste cero a cambio de cuidar a las mascotas de la casa
Este singular movimiento ofrece alojamiento en cualquier ciudad a cambio de vigilar la propiedad de los caseros
Madrid se une a la nueva tendencia para viajar, que se ha incrementado en un 140% desde el fin de la pandemia
Qué hacer con tu mascota cuando te vas de vacaciones
De forma rápida, pero sin hacer mucho ruido, el 'house sitting'–práctica que consiste en alojarse de forma gratuita en cualquier ciudad del mundo cuidando de propiedades y mascotas mientras que sus dueños están fuera– se va haciendo hueco como una manera moderna ... de viajar, sobre todo, para los amantes de los animales y aquellos que buscan una experiencia alternativa para hacer turismo o cambiar de aires durante una temporada. Desde el fin de la pandemia, esta actividad ha vivido un incremento del 140% en España y Madrid forma parte de la lista de lugares más demandados por aquellos que, por vacaciones o trabajo, necesitan salir de la ciudad un tiempo y buscan una opción distinta, más barata que las residencias y más cómoda para sus mascotas.
Joanne vive a escasos metros del estadio Santiago Bernabéu y lleva confiando sus pertenencias más valiosas –su hogar y a Roca– a estos cuidadores desde hace seis años. Por trabajo, tiene que dejar la capital tres o cuatro veces al año durante dos semanas, por lo que la opción más cómoda y barata para ella es buscar a alguien que se quede con su perra en casa. «He llegado a pagar 30 euros para que dieran de comer a mi gata una vez al día», asegura la americana, que descubrió esta solución a todos sus rompecabezas gracias a que alguien le recomendó utilizar la web de 'house sitting' más utilizada en el mundo, TrustedHousesitters.
«Muchos tienen miedo a abrir las puertas de su casa, yo creo que soy una persona que confía en la gente desde siempre», indica a ABC y asegura no haber tenido ninguna experiencia mala las 20 veces que ha hecho uso de este método. «La gente quiere seguir usando esta página y no les compensa tener malas reseñas», afirma la mujer haciendo alusión al centro tanto de Trusted Housesitters como de otras aplicaciones parecidas: las referencias que aparecen en los perfiles. Sin embargo, explica que antes de aceptar cualquier petición, mantiene videollamadas con sus posibles futuros cuidadores de Roca y poder de esta manera asegurarse de que son profesionales y de que es lo correcto.
Leer los comentarios que dejan sobre los usuarios es el primer paso previo a confiar las llaves de sus hogares a completos desconocidos. Además, «todo el mundo debe registrarse con sus documentos de identidad y deben tener referencias de tratos con animales anteriormente», apunta a este diario Angela Law, una de los cofundadores británicos de TrustedHousesitters en 2010 y cuya pasión por los animales le ha permitido alojarse en distintos lugares alrededor del mundo en más de 200 ocasiones.
Sin embargo, la imagen que se ofrece en los perfiles es «lo más importante», indica Joanne. «Con el tiempo he ido aprendiendo a evaluar a la gente y la forma en la que se presenta, si lo hacen con o sin animales, si tan solo hay imágenes de los lugares que ha visitado en el mundo o si dicen buscar un tiempo para desconectar. Con Roca va a ser imposible que esto pase pues hay que sacarla cuatro veces al día a pasear. Todo esto da pistas que pueden resultar muy importantes», indica la americana, residente en Madrid desde 2005.
Para poder acceder a las páginas web que ponen en contacto tanto a dueños como a cuidadores, hay que pagar una suscripción que ronda los 150 euros.
Esta actividad no solo consiste en conseguir alojamiento gratuito, sino también en cumplir con la responsabilidad que les es asignada. El tiempo de la estancia implica estar pendientes de las mascotas y seguir las instrucciones de los caseros. «Esta empresa nació con la intención de garantizar la comodidad tanto de personas como de mascotas. No es gratis para tan solo una de las partes sino que la balanza está equilibrada y todo el mundo gana», señala Law.
Estas empresas trabajan con un modelo de suscripción. Una vez se realiza el registro, se paga una tasa anual de en torno a 150 euros al año o 13 euros al mes para formar parte de esta comunidad y conseguir acceso completo a todas las opciones que ofrece la web. La edad mínima para poder utilizar este servicio es de 21 años, aunque los cuidadores que se acercan a los 30 «tienen más éxito», asegura la británica. Joanne considera además que esta franja de edad garantiza, en la mayoría de los casos, madurez: «Es menos probable que se pasen la noche de fiesta».
Actualmente, en España hay 2.777 miembros, un 140% más a finales de 2019. Law achaca este incremento a la pandemia: «Durante el confinamiento, la gente adoptó mascotas para no sentirse solos en casa. Ahora que se puede volver a viajar, los sueños encuentran en esta actividad una opción para que sus mascotas estén seguras y felices», explica la cofundadora de esta empresa.
«Se busca garantizar la comodidad de todas las personas. No es gratis para solo una de las partes. La balanza está equilibrada»
Madrid forma parte de las ciudades españolas con mayor demanda y con tan solo una búsqueda rápida en Google es posible dar con decenas de mascotas que buscan compañía tanto en los puntos más céntricos de la capital como en exclusivas urbanizaciones a las afueras. Sin embargo, Madrid es también el origen de centenares de cuidadores dispuestos a viajar a lugares de lo más remotos durante un tiempo.
Ignacio forma parte de este grupo. El madrileño ha pasado todo el verano alternando entre estancias y cuidando desde perros y gatos hasta gallinas en cuatro países distintos. Siempre y cuando el trabajo se lo permite –aunque teletrabaja la mayoría del tiempo, en ocasiones debe volver a la capital– se instala en diferentes casas por Europa para hacerse cargo de estos animales.
No son empleados
«La experiencia siempre ha sido buena y si te gustan los animales es perfecto», indica el empresario a este periódico. Sin embargo, al igual que hay que tener cuidado a quien dejar acceder a tu propiedad, también es importante, por parte de los viajeros, tener claro su papel. Ignacio avisa de que los cuidadores «no son sus empleados» y que, al fin y al cabo, «quien más sale ganando» son los dueños de estas mascotas. Tener más de un perro o un perro y un gato puede resultar costoso en la búsqueda de un lugar asequible para dejarlos durante el tiempo que no estás en casa, por lo tanto salen beneficiados con todo lo que se ahorran. Este sería el caso más normal pues «hay quien tiene hasta granjas y pretende que te hagas cargo de sus caballos o cerdos», asegura el joven.
La edad mínima para utilizar este servicio es 21 años. Esto busca garantizar madurez, sobre todo a aquellos que confían tanto a sus mascotas como su propiedad.
Conoció el 'house sitting' hace un año a través de un anuncio y decidió embarcarse en esta aventura, siendo su primer destino Londres. Desde ese momento, ha viajado en varias ocasiones a numerosos lugares de Reino Unido, Francia y Andorra, esta última ubicación junto a su mejor amiga, Anastasia. Encuentra en estas estancias un lugar para trabajar y, principalmente, escribir.
Por ello, tiene preferencias por las casas grandes a las afueras. Esto permite conocer mundo mimetizándose con los ciudadanos locales, lejos del turismo masificado tradicional en el que se busca ver la mayor cantidad de monumentos en el menor tiempo posible. Sin embargo, el tiempo que dedican descubriendo lugares puede ser limitado pues también «depende de las obligaciones que tengas con las mascotas», explica.
Ignacio entró en Reino Unido sin visado, tan solo como turista y no tuvo ningún problema. Sin embargo, existen ciertos países en los que en las fronteras se pueden presentar problemas, pues viajar para realizar esta actividad puede ser considerado trabajo, por lo que se puede requerir un visado especial. Desde TrustedHousesitters se ofrecen cartas para presentar en el caso países como Canadá, Australia, Estados Unidos o Reino Unido y en el que se explica el fin del traslado. Por ello, también se hace hincapié en consultar las normas de inmigración de cada país al que se viaja para evitar problemas en las fronteras.
En lo primero en lo que se piensa cuando se busca viajar buscando un cambio de aires durante una temporada es en el alojamiento. «Con esto no solo tienes esto cubierto, sino también todos los beneficios que consigues estando en un hogar como el wifi, cocinarte tu propia comida y hacer la colada. Es estar en una casa y vivir como lo hace alguien del propio lugar», afirma Angela Law que, llegó a estar seis años acumulando estancias y sin tener una casa propia.
Todos estos beneficios implican además que los cuidadores sean amantes de los animales y sepan a lo que se enfrentan en cada caso. Por ello, no recomiendan elegir una casa o un apartamento en función de su ubicación, sino por el tipo de animales. «Si nunca has cuidado de perros grandes, por ejemplo, es mejor buscar otro destino», considera Law, que añade que los principiantes prueben a cuidar de mascotas en un lugar cercano, «para conocer tus capacidades y el nivel de confort adecuado».
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