Piscinas con estilo en Madrid: chapuzones con «glamour» para este verano

Oculta, pero accesible a todo aquel que quiera disfrutarla, está la piscina del Hotel Wellington (Velázquez, 8). Un secreto a voces entre sus clientela fiel que visita Madrid que, sin embargo, está abierta a los madrileños con una propuesta que va más allá de darse un buen baño. Aquellos que no estén alojados en él, pueden acceder a través de bonos –de lunes a jueves por 110 euros y viernes, sábado y domingo, por 195– que permiten, además, comer a la carta en su restaurante Raíces . Este espacio gastronómico dirigido por el chef Javier Librero propone una extensa variedad de platos, muchos de ellos elaborados con las verduras que crecen en su propia huerta, situada en la azotea del hotel. Además, durante el baño, el bar de la piscina ofrece la posibilidad de tomar un «dry Martini», un «bloody mary» o un mojito, entre otros selectos cócteles.

De «gran lujo», como la categoría que acompaña al Hotel Urban (Carrera de San Jerónimo, 34), son las vistas que ofrece la azotea de este establecimiento de cinco estrellas. A menos de cinco minutos de la Puerta del Sol y del Paseo del Prado, acoge una de las piscinas más coquetas de Madrid y es de uso exclusivo para los clientes. Este espacio se ha convertido en todo un clásico entre aquellos que buscan un plan romántico en la capital, «incluidos muchos madrileños», destacan desde el hotel. Además de estancias en una de sus espectaculares habitaciones, ofrece experiencias tan seductoras como su Glass Mar –a la entrada del hotel y abierto al público general–. Entrar en este rinconcito es hacer un viaje gastronómico hacia el mar del sur que tanto cuida en sus platos el cuatro estrellas Michelin Ángel León . Un trocito de su Cádiz en Madrid que sabe –parafraseando al célebre «chef del mar»– a «gloria bendita».

Para quienes buscan algo más que remojarse y quieren nadar con el skyline del centro de Madrid de fondo, el Hotel Emperador (Gran Vía, 53) es el lugar idóneo. El verano pasado, su azotea fue renovada por el arquitecto Nacho García de Vinuesa, transformando la décima planta de este hotel en un elegante «beach club» por las mañanas y «cóctel bar» para los atardeceres y noches. El gran tamaño del que presume permite nadar unos largos, así como tomar el sol en un discreto solárium. Un oasis, en mitad del bullicio de la Gran Vía, que abre todos los días de 10 a 21 horas –día completo de lunes a jueves: por 50 euros; viernes, fin de semana y festivos: por 63 euros–. De lunes a jueves, ofrece un bono de entrada más menú –a partir de las 14.30 horas–, por 65 euros.

El Hotel Índigo (Silva, 6) ha vuelto a poner en marcha una de las ofertas más exclusivas para mitigar los calores del verano: el «Acqua Brunch». Una propuesta en la que se mezcla la coctelería y la gastronomía en un ambiente refrescante al borde de su piscina urbana. Situada en la azotea del hotel, desde ella se pueden contemplar las vistas a la Casa de Campo y la Plaza de España. La próxima cita tendrá lugar el 8 de julio, desde las 13 horas, y tendrá un aforo limitado para 20 personas. Precio: 60 euros.

Llamativa, incluso desde la calle, es la «plunge pool» con vistas panorámicas que ofrece a sus clientes el Hotel H10 Puerta de Alcalá (Alcalá, 66). Su terraza «El Cielo de Alcalá» con bar y zona de hamacas, esta abierto al público general.No menos espectaculares son las vistas del VP Plaza España Design (Plaza de España, 5). El flamante establecimiento tiene uno de los espacios más exclusivos de Madrid: el Gingko Sky Bar y su piscina –de uso exclusivo para los clientes alojados– diseñado por el Studio Gronda.