Motoristas de Instagram y TikTok a 300 kilómetros por hora en las carreteras de Madrid
El auge de las redes ha catapultado unas peligrosas prácticas reducidas históricamente a la clandestinidad: caballitos, piques y velocidades que triplican los límites permitidos
Detenido en Parla un motorista que se grabó circulando a más de 300 kilómetros por hora en la M-50
Madrid
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Iniciar sesiónHabía hecho de la M-50 su particular recta para poner la moto a 300 kilómetros por hora. Como si fuera un videojuego, pero llevado a la vida real. Tras ello, publicaba su 'hazaña' en redes sociales, jactándose de adelantar a otros conductores a plena ... luz del día. Entre su abanico de acciones compartidas, también se grababa haciendo caballitos y retando a otros motoristas; unos vídeos que a la postre han sido fundamentales para su detención. Y no es el primero. Plataformas como Instagram o TikTok, con millones de seguidores activos, se han convertido en nuevos espacios de recreo, donde estos 'fitipaldis' exhiben sus cabriolas con el objetivo de ganar el mayor número de seguidores.
El último caso se conocía ayer mismo, después de que la Policía Nacional arrestara en Parla a un sujeto al que primero habían identificado por su usuario de internet. Los agentes comprobaron que el individuo que se escondía detrás de ese perfil tenía a su nombre una motocicleta idéntica a la que aparecía en las secuencias. Misma marca y modelo, blanco y en botella. Fue otro miembro de la red social el que alertó a las autoridades, a través del correo electrónico 'redesabiertas@policia.es', de la existencia de un vídeo en el que se podía observar esta actividad ilícita.
Los agentes de la Unidad Central de Ciberdelincuencia bucearon entonces en el perfil denunciado y descubrieron otras tres publicaciones similares. En la primera, el autor circulaba a una velocidad de 290 km/h a lo largo de la M-50 y en un tramo que engloba el túnel de Perales del Río, llegando en algún punto a pasar de los 300 km/h. Otra de las difusiones mostraba al mismo motorista alcanzando los 213 km/h en la autovía A-42, sentido Madrid, mientras que en la siguiente volvía a coger los 290 km/h en la M-50.
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La cuarta y última ubicaba al infractor dentro de la capital, en la parte que sale de Plaza Elíptica dirección al paseo de Santa María de la Cabeza, a una velocidad de 115 km/h en un tramo limitado a 50 y a 280 donde el límite se encuentra establecido en 90 km/h. Que nadie saliera herido se puede catalogar de milagro.
Ya el año pasado, dos conductores, fueron cazados a bordo de una moto y un coche, respectivamente, tras filmarse a más de 200 en las carreteras madrileñas y presumir de 'proeza' en TikTok. Uno de ellos, además, añadía al inicio de un vídeo, en el que superaba los 250 km/h al paso por San Fernando de Henares, el siguiente rótulo: «La vida es corta». Segundos después, y ya en pleno pico de aceleración, completaba la leyenda con otro mensaje: «Cómprate una moto y hazla aún más corta».
Al igual que ahora, los investigadores (en este caso, agentes de la Guardia Civil del Sector de Tráfico de Madrid) pudieron comprobar por las redes que el motorista conducía por una zona de la M-45 donde la velocidad máxima está limitada a 120. Las averiguaciones terminaron con la identificación de un joven de 23 años, vecino de Torrejón de Ardoz. El otro imprudente, un varón de 19 años, 'solo' llegó a los 209 km/h en la M-14 (una carretera limitada a 80 dentro de la ciudad), con la particularidad de que conducía un coche, incrementándose más si cabe el riesgo de atropello o colisión.
Al evidente riesgo se añade el llamado factor ciego: una parte de estos sujetos conducen mientras sujetan el móvil con una mano, variando así el plano de la grabación para que salga el frente del vehículo, el medidor de velocidad y los turismos que van dejando a los lados. Unas prácticas, antaño reducidas a la clandestinidad, que el auge de las redes ha catapultado ahora peligrosamente.
Cabe recordar que este tipo de conductas suponen un delito contra la seguridad vial (artículo 379 del Código Penal), para todo aquel que supere los «sesenta kilómetros por hora en vía urbana o en ochenta kilómetros por hora en vía interurbana a la permitida reglamentariamente». Los responsables se exponen a ser castigados «con la pena de prisión de tres a seis meses o con la de multa de seis a doce meses o con la de trabajos en beneficio de la comunidad de treinta y uno a noventa días», además de verse privados «del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años».
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