El día que el Paseo de Coches de El Retiro fue los Campos Elíseos

El cuadro de actores, de fama internacional –a los ya citados se les unía también Claudia Cardinale– paseó palmito por el Palacio Real, el antiguo Circo Price –del que solo queda una placa en recuerdo–, o el parque de El Retiro. «¡Gilda en Madrid!», anunciaban algunos periódicos, en referencia a la más famosa de las interpretaciones de la actriz de origen español Rita Hayworth. Otros destacaron que en su estancia en Madrid estuvo «retraída y solitaria», saliendo del hotel donde se hospedaba «en un Cadillac que la productora puso a su disposición» para pasear por «los barrios viejos de Madrid». Era casi Navidad y en Madrid, se sabe, los inviernos son recios. De ahí que las grandes figuras se ayudaran a sobrellevar el frío con tragos de coñac o alguna otra bebida capaz de calentar el corazón.

El rodaje –que obligó a cerrar El Retiro durante varios meses– fue toda una odisea. No sólo por los caprichos de las 'stars', sino por el difícil carácter del director de la película, Henry Hathaway , y por las dificultades añadidas de una escena en concreto, la del gran incendio de la carpa del circo, que terminó con Wayne con quemaduras leves y sufriendo una ligera intoxicación por humo.

Los madrileños convivieron, casi sin saberlo, durante varios meses con algunas de las más rutilantes estrellas de Hollywood. A veces incluso se mezclaron con el pueblo llano: sucedió cuando Wayne, con las dos protagonistas femeninas de la mano, acudió al cine Palafox para asistir al estreno de '55 días en Pekín '. Coincidió allí con el entonces príncipe Juan Carlos y a la princesa Irene de Grecia, y en alguna foto de la época se les ve departiendo con la Cardinale.

Le debió gustar la experiencia de escucharse en español, porque volvió él solo a otro cine de los de la Gran Vía. Y cuentan las crónicas que se hizo tanta gracia que estalló en carcajadas en plena sala, provocando las quejas del resto de asistentes. Sólo cuando las luces se encendieron y la gente le pudo identificar, el enfado se trocó en aplausos.

Y cuando se terminó de rodar en Madrid, el elenco de actores hizo un último regalo a la ciudad: el 5 de enero, víspera de Reyes, y como parte de la promoción de la película, el circo al completo –salvo las estrellas, que ya rodaban en otras partes del mundo– participaron en la Cabalgata. Así lo relataba ABC el 7 de enero de 1964 , contando con todo detalle cómo fieras y equilibristas saltaron del cine a la realidad, recorriendo las calles desde las inmediaciones del estanque, de donde salía la marcha, hasta la Plaza de la Villa.

Un millón de personas, según los cronistas, vieron aquella Cabalgata Real en la que participaron más de 2.000 personas, un centenar de caballos , varios elefantes, 15 camellos y el circo al completo, cedido expresamente por el productor de la película, Samuel Bronston.