El esperado realojo de Peironcely, 10: «La fotografía de Capa de 1936 nos ha cambiado la vida a 13 familias»
Comienza la mudanza de los vecinos del edificio de Entrevías fotografiado en la Guerra Civil. Tras su marcha a viviendas nuevas, el inmueble será destinado a un uso cultural
Marta R. Domingo y David Conde (vídeo)
Hubo días durante el confinamiento en los que la depresión invadió el ánimo de Mihaela Gherghe. Llegó con su marido a Peironcely, 10, en Entrevías (Puente de Vallecas), hace seis años. En un habitáculo de 24 metros cuadrados han nacido sus dos hijos, ... que ahora tienen tres y cinco años. Conviviendo con humedades y condiciones que nadie querría para criar a su familia, la pareja convirtió su salón en su dormitorio y, con mucha creatividad, también en el espacio de juegos de sus niños. Tras años de lucha y desesperanza, su suerte cambiará de forma drástica en cuestión de días. «La foto de Robert Capa nos ha cambiado la vida radicalmente» , expresa a ABC mientras visita el que será su nuevo hogar, una vivienda a estrenar, con tres luminosas habitaciones.
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La emoción empaña sus ojos cuando habla de su futuro más próximo, un porvenir que ya toca con los dedos, literalmente. La Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo (EMVS) entregará hoy las llaves a las primeras de las trece familias que serán realojadas en estos pisos situados en el barrio de Numancia, también en Puente de Vallecas. Así se cierra una historia que en realidad comenzó en 1936.
«Lidiamos con ratas y cucarachas y con Filomena creíamos que se nos caía el techo encima»
Las marcas de los bombardeos que aún permanecen en la fachada del edificio, a pesar de que su dueño trató de borrarlas con yeso, dio la pista al fotógrafo José Latova. Había localizado el inmueble que dio la vuelta a Europa en plena Guerra Civil , un icono universal del horror de la batalla. Los reporteros Endre Ern Friedmann y Gerda Taro, que publicaban sus trabajos bajo el seudónimo de Robert Capa , retrataron en otoño de 1936 a unos niños jugando ajenos al dolor de la contienda en la puerta de esta humilde casa baja ametrallada.
Su descubrimiento impulsó la creación de la plataforma #SalvaPeironcely, 10, quienes, tras mucho ahínco y reivindicaciones, lograron evitar que la piqueta acabara con el complejo levantado en 1927 y que hace dos años fuera incluido en el Catálogo de Elementos Protegidos . Se trata, además, del único vestigio neomudéjar que se mantiene en pie en el distrito.
Humedad que mina la salud
Hace un par de semanas, el Ayuntamiento finalizó el proceso de expropiación de Peironcely 10 , trámite por el que el Consistorio se hizo con la titularidad del inmueble por 870.000 euros . Así se evitó que el propietario derribara el bloque sobre el que pretendía construir uno nuevo. Con este paso finalizó el proceso administrativo y ya solo es cuestión de horas que los vecinos inicien sus nuevas vidas.
«Cada vez que mi hijo mayor jugando se golpeaba con algo, me preguntaba siempre que cuándo podríamos mudarnos a una casa más grande. Vivir aquí llega a ser agobiante . Pero, por fin, van a tener su propio cuarto donde jugar y hacer los deberes. Deseábamos mucho tener este espacio, así les puedo dar un futuro mejor », expresa Mihaela mientras carga sus enseres en la furgoneta.
La Plataforma impulsora plantea la creación de un museo Robert Capa tras el realojo
Un pozo cegado en medio del patio comunica las trece infraviviendas en las que se divide el inmueble . Esta infraestrucutura recuerda, de forma paradójica, que este tipo de hogares construidos por la Ley de Casas Baratas eran entonces «las residencias de los ricos». Cuando se levantó este bloque, hace ahora 94 años, el agua era símbolo de prosperidad, pero estas familias recalaron en Peironcely, 10 por motivos opuestos a tener una vida acomodada. «Llegas aquí porque no te queda otra opción», reconoce Neira Montero, otra de las vecinas más veteranas. Esta mujer ha tenido que sobrevivir durante seis años en un espacio contraindicado para su salud . Su hogar mina cada día su calidad de vida.
Trabajó durante años como auxiliar de geriatría, pero debido a la enfermedad crónica autoinmune por la que tanto ha padecido desde que le declararon incapacidad laboral en 2016 apenas tiene recursos económicos. Por si fuera poco, el confinamiento y el azote de Filomena han sido las últimas piedras en el camino que han tenido que sortear. «Cuando llegó la nieve teníamos miedo de que se nos viniera el techo encima », recuerda. «El invierno aquí es muy duro, por la humedad, y el calor en verano es sofocante. También hemos lidiado con las cucarachas, ratas y todo tipo de cosas ... Pero hemos aguantado porque no teníamos otras posibilidades económicas, al menos no nos hemos quedado en la calle », reflexiona.
Por suerte, todas esas dificultades ya quedarán solo en su memoria. Las dos promociones Sierra Toledana donde serán realojadas gran parte de estas familias tienen la máxima calificación energética posible, ya que cuentan con paneles solares y bombas de calor. «Cuando vi mi nueva casa sentí una emoción muy grande, es un giro 180 grados. Todavía me parece un sueño », confiesa Neira.
«Estas viviendas son sostenibles, eficientes energéticamente y promueven el ahorro en la factura de los vecinos», señaló ayer el concejal delegado de Vivienda, Álvaro González (PP). Además, ninguno pagará por el alquiler más del 30% de sus ingresos, bastante menos que ahora que abonan rentas de 500 euros. Para que llegar hasta aquí, los vecinos son conscientes del empuje de personas como José María Uría, coordinador de la plataforma #SalvaPeironcely, 10 y la Fundación Anastasio de Gracia . «Se merece un monumento por todo lo que ha hecho por nosotros», expresan los inquilinos, unánimes. «Es una alegría inmensa para toda la plataforma que se hayan conseguido los dos objetivos que nos marcamos: proteger el edificio para la memoria internacional por el trágico suceso que allí ocurrió y una alegría inmensa saber qué les deparará a los inquilinos en sus nuevas casas», valora Uría, con satisfacción, tras años de trabajo altruista.
El edificio será una dotación cultural, pero dependerá de la delegada de Cultura, Andrea Levy, determinar si llevarán a cabo el proyecto para establecer en él un museo de Robert Capa para la interpretación de los bombardeos aéreos en Madrid, que presentó la plataforma y fue elevado al pleno por la edil del PSOE Mar Espinar en 2018. «Espero con ansia la siguiente fase del proceso para la futura dotación cultural», valora a ABC la edil, que se muestra «contenta» por blindar el edificio, pero más «satisfecha aún con el trabajo realizado para que las 13 familias ahora vivan en una casa digna».
En Peironcely, 10, ayer, se respiraba un ambiente festivo, un caos alegre. Las furgonetas abiertas de par en par en la acera y el ir y venir de cajas reflejaba una imagen cargada de significado. Era el último viaje, el último esfuerzo para dejar atrás años de penurias y obstáculos.
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