Almeida: «Hay una estrategia de acoso y derribo contra mí»

—Sale de una crisis, la del PP, y ahora le salta otra, la de la presunta estafa en la compra de mascarillas. ¿Desde cuándo y hasta dónde conocía usted la operación en la que aparece implicada una de sus manos derechas en el ayuntamiento, Matilde García Duarte, y un familiar suyo?

—En ese momento recibíamos multitud de ofrecimientos. Mi primo no conocía a Luis Medina, sino que es una conocida común la que le indica que él podía hacer un ofrecimiento. Mi familiar se dirige a Matilde García Duarte y le pregunta si hay alguna forma de que contacte con el ayuntamiento y se le proporciona un correo electrónico que teníamos establecido. Hasta ahí la intervención de mi familiar. Y la de García Duarte es la misma que se tuvo con todos los que se acercaron al ayuntamiento. No hay más, y la prueba es que la Fiscalía, tras quince meses de investigación, no hace ninguna referencia ni a que hubiera una responsabilidad del ayuntamiento, mía ni de mi familiar. Lo que se pretende por parte de la izquierda es que dimita por dar una dirección de correo electrónico pública.

—Su primo figura como administrador único de una empresa que suministra productos sanitarios. ¿Le ha pedido explicaciones? ¿Puede garantizar que no se llevó un euro público?

—La exclusiva intervención de mi primo es a instancias de una conocida común y sin conocer previamente a Luis Medina. Se le dio el mismo correo electrónico que a cualquiera que se ponía en contacto con el ayuntamiento.

—¿No les llamó la atención el elevado precio teniendo en cuenta que otras ciudades compraron por menos?

—El Banco de España pagó más por las mascarillas que nosotros en ese contrato; también otros ayuntamientos e incluso el Gobierno de la Nación. Las farmacias las vendían a 25 euros. No había mercado; era una jungla en la que las administraciones nos lanzamos a tratar de comprar suministros para el personal que estaba saliendo a la calle.

—¿Pese a la urgencia, no se podía haber tomado algún tipo de control previo para evitar este tipo de estafas?

—Lo único que hicimos fue pagar a una empresa que nos suministró; en ningún caso pagamos a los dos intermediarios. Difícilmente podíamos saber que luego ese dinero iba a acabar en manos de estas personas y con esa cuantía. Obviamente, cuando se trata de cometer un delito nadie avisa que lo va a cometer. Lo cierto es que, si se ha cometido un delito, nosotros somos los estafados y por eso nos hemos personado inmediatamente en la causa.

—¿Tiene miedo de que Carromero hable en la comisión de investigación sobre el supuesto espionaje a Ayuso?

—La mejor prueba es que el PP ha pedido su comparecencia.

—¿Por qué cree que Mercedes González quiere ir a declarar?

—Va a ser la candidata del PSOE a la Alcaldía de Madrid y es obvio que está en campaña electoral. Cualquier situación para su promoción la va a aprovechar. Tampoco entiendo por qué está citada cuando ni siquiera es concejal.

—¿Cree que actúa de forma desleal como delegada del Gobierno?

—No cabe confundir ser delegada del Gobierno con ser la candidata y alguna vez, alguna, ya lo ha confundido.

—Se ha hablado mucho sobre el director de comunicación de la EMVS e incluso se ha deslizado que pudo haber contactado con el espía. ¿Qué papel cree que jugó?

—No lo sé, no he tenido contacto. Ante el comité de ética de la EMVS negó que pudiera tener alguna intervención en esta cuestión si se hubiera producido.

—¿Y por qué no fue a la comisión de investigación a explicarlo?

—Esa pregunta no la puedo responder. Se me está pidiendo que responda por los que no han ido. ¿Qué hago? ¿Voy a sus casas, les cojo de las solapas y los traigo? Todo es una operación de desgaste a Almeida. Lo asumo. Entiendo que a la izquierda no le guste como alcalde. Entiendo que para el sanchismo Madrid es una pieza de caza mayor y que hay una estrategia de acoso y derribo contra mí desde hace ya mucho tiempo y que da lugar a operaciones como las que se están produciendo ahora. Ya sabemos que el sanchismo no se caracteriza por los escrúpulos ni por el respeto institucional. Todos tenemos que ser conscientes de que en Madrid estamos en el punto de mira del sanchismo. 

—¿Cuál cree que es la motivación de Ignacio González para acudir a la comisión? ¿Le incomoda que vaya?

—No sé cuáles son los motivos para que Ignacio González haya sido citado a declarar en una comisión de investigación en la que no tiene nada que ver. Esto prueba que la oposición ha decidido que como aquí no hay nada, porque no ha habido ni encargo ni dinero público tiene que convertir esa comisión en un circo. Pero a mí no me incomoda que vaya nadie. No tengo ningún miedo.

—Aunque no se llegase a gastar dinero público, la tentativa de espiar con recursos municipales a la presidenta ya es bastante grave.

—Permítame decir que al principio decían que podían haber contratos... Ahora ya se ha descartado la premisa de la que partía esta comisión.

—¿Villacís pidió la cabeza de Carromero para mantener al gobierno?

—No. No es cierto.

—No es la primera vez que su nombre tambalea las relaciones con Cs. A Carromero también se le implicó en una supuesta captación de ediles de Cs hacia el PP. 

—¿Que Ángel Carromero estuvo en una operación de captación de concejales de Cs? No, eso no es cierto. Yo no tengo constancia ninguna de que participara en ninguna operación de ese tipo. Hemos sido especialmente escrupulosos porque entenderá usted que en un gobierno de coalición de PP y Cs en el que hemos tenido que pasar lo que hemos pasado en los últimos tres años no se hubiera podido sostener si no es porque ha habido un escrupuloso respeto.

—Después de todo lo que ha pasado, ¿cómo define la relación con Villacís? ¿Se ha roto la confianza?

—En lo personal, cordial; y en lo profesional, que este es el mejor gobierno que puede haber en la ciudad de Madrid en los últimos años.

—¿El fantasma de la moción de censura sigue por los pasillos de Cibeles?

—Villacís no ha dicho menos de diez veces en estas semanas, que no va a haber moción de censura. Duermo tranquilo porque creo que tenemos el mejor gobierno que se puede tener en Madrid.

—Parece que vivía un idilio con los ediles carmenistas, pero en el último pleno pidieron a Villacís que impulsara una moción de censura. ¿Por qué se ha roto la magia?

—Es obvio, pese a lo que algunos decían, que no hay afinidad ideológica entre esos ediles y el PP. ¿Quiere decir que no se pueden llegar a acuerdos? No. Y creo que los madrileños agradecen que fuerzas políticas de distintos signos, y más en los tiempos que corren, puedan llegar a pactos, como fue en los presupuestos y en la ordenanza de Movilidad, cuando coincidamos que es lo mejor para la ciudad. ¿Quiere decir que nosotros somos comunistas? No, ni mucho menos.

—¿Vox vuelve a ser socio preferente?

—Pese a que Vox no ha estado precisamente cariñoso, hemos respetado el pacto de investidura y ejecutándolo.

—¿Hay afinidad pese a que le han llamado mentiroso y traidor?

—La política, en ocasiones, también se compone de fuegos artificiales.