ABC, en el hospital donde están ingresados los dos madrileños con coronavirus

Si no fuera por un cartel en la entrada, una píldora informativa sobre el Covid-19 que insiste en que «solo se debe acudir a Urgencias si es necesario», nadie diría que la epidemia se ha introducido en el hospital madrileño . Como este panfleto, otros cuelgan en las paredes; mencionan la gripe común y las patologías tropicales. Más allá, los pasillos y sus transeúntes son un remanso de paz.

Con todo, en la misma recepción del hospital, en el punto de información, reparten mascarillas . «Mucha gente viene a pedirlas», asegura la mujer detrás del mostrador. No obstante, no se avista ni un solo dispositivo protector entre las decenas de personas que aguardan su turno en las salas de espera. «Los trabajadores que están dentro, en los mostradores del fondo, sí que llevan mascarillas buenas», cuenta una mujer que, sin embargo, no cree que se trate de una medida por la enfermedad de Wuhan.

Atenta para expulsar a los periodistas que se introducen en el edificio, una guardia de seguridad asegura que es «un día normal» . «Quizá sí hay gente que ha decidido no venir, pero no se ha notado», comenta. «Tampoco hay que ser estúpido como para no preocuparse», señala una mujer, a las puertas del hospital, que ha acudido con su hija para solicitar una cita médica. Ambas desconocían que los infectados se encontraban en ese mismo centro y, no obstante, están tranquilas. «Pasó igual con el ébola, la gripe aviar, las vacas locas... Prudencia, sí; alarmismo, no », declara un hombre en silla de ruedas, mientras fuma un cigarrillo.

El conocido como el «hospital del ébola» está preparado para este desafío. Tras tratar, en agosto de 2014, al primer español contagiado por el virus africano en Europa, el fallecido sacerdote Miguel Pajares, el centro diseñó una Unidad de Aislamiento de Alto Nivel . Hasta la fecha, se ha activado en cuatro ocasiones por infecciones de alto riesgo: tres pacientes con el virus del ébola y uno con fiebre hemorrágica de Crimea Congo. Y, por ahora, no es necesario que los únicos dos enfermos de la capital ingresen en la unidad, que puede atender a dos pacientes de forma simultánea.

El clima de tranquilidad se reproduce en el Hospital Fundación Jiménez Díaz , la primera parada del segundo joven contagiado, que poco después fue trasladado al Hospital Carlos III. «No tenemos mascarillas», responde la recepcionista, tajante. «Estamos bien, todo normal», traslada una dependienta de una pequeña tienda de revistas a la entrada del centro, aunque reconoce que sí ha visto a algunos, durante la mañana, protegidos con una mascarilla. «Yo vengo aquí muchos días y está todo igual», afirma una mujer. Junto a otras dos personas, ha acudido al hospital para visitar a un amigo al que han operado. «Por él si estoy más preocupado», reconoce uno de ellos. El trío insiste en que están tranquilos, aunque una apunta: «Cuando alguien tose, sí que miras más» . La inquietud por la epidemia, que ya suma una decena de casos en España, no va más allá.

De hecho, el consejero de Sanidad, Enrique Ruíz Escudero , transmitió este miércoles un «mensaje de calma» porque el sistema sanitario de la región «está preparado» para afrontar esta situación. Además, recordó que los dos casos madrileños son «importados», ya que ambos viajaron a Milán, la «zona roja» italiana. «Son pacientes jóvenes sin factores de riesgo asociados y clínicamente están bastante estables , tienen una sintomatología bastante leve», informó, en la misma rueda de prensa, la directora de Salud Pública , Yolanda Fuentes.