Feijóo deshoja la margarita: ya tiene ministro de Justicia y tres candidatos para Exteriores

Al presidente del PP le preocupa el efecto que vayan a tener las altas temperaturas en la participación. Para Feijóo la primera incertidumbre es el calor. ¿Cuántos mayores van a ir a votar? ¿Cuánta gente dejará de votar por el calor? ¿Habrá ese día alerta roja por el calor en algunos territorios? Todas esas preguntas rondan la cabeza de Feijóo y de su equipo.

En el PP no ven factible en estos momentos un escenario en el que Pedro Sánchez pueda reeditar el Gobierno. Pero sí uno en el que pueda haber un bloqueo. En la mente de Feijóo siempre hay espacio para un condicionante: ¿qué va a pasar en el PSOE si Sánchez se tiene que ir? ¿De verdad nadie le va a apoyar para no tener que pactar con Vox? ¿Nadie en el PSOE defiende esto? Lo cierto es que, lo defiendan o no, va a depender más del resultado del 23J y de las lecciones que extraigan que de otra cosa.

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Feijóo va a tantear el terreno tras la noche electoral. No quiere renunciar a que el PSOE se abstenga. También tiene en mente a Vox: asume el presidente del PP que tendrá que entenderse con ellos para el día a día legislativo. Pero cualquiera de los dos caminos conduce al gran objetivo de Feijóo: que el 23J establezca las condiciones para presentarse a una investidura para gobernar en solitario. Circula en el ambiente de la campaña entre políticos y periodistas un tercer movimiento: que sea Sumar quien se abstenga para limitar la presencia de Vox. Y así diferenciarse del PSOE y permitir un arranque de legislatura con un gobierno en minoría. No es muy factible en un contexto de retroceso de ese espacio. Pero cuidado. Es un debate que ya planeó sobre Más Madrid. La mayoría absoluta de Isabel Díaz Ayuso les permitió respirar aliviados.

Lo cierto es que Feijóo oscila entre esas dudas sobre las temperaturas o un eventual bloqueo y unas decisiones que dan a entender que él siente que va a ser presidente. De hecho sigue avanzando, en estricta soledad, en la configuración del que sería su futuro Gobierno. Ya dijo tener claro quién sería su vicepresidenta y su ministro de Economía. Sobre esto, dos cuestiones: no es descartable que al final haya dos vicepresidencias. En sus gobiernos en Galicia Feijóo tuvo momentos en que no hubo ninguna, luego una y terminó con dos. Y sobre el ministro de Economía: no es del PP. Esto quiere decir que no milita en el PP. Pablo Vázquez, presidente de la fundación Reformismo21, no milita. Tampoco el ex de Ciudadanos Luis Garicano, que colabora con esta fundación. Ni, por supuesto, Pablo Hernández de Cos, gobernador del Banco de España. Feijóo se muestra hermético.

Pero estos días ha compartido con algunos periodistas que cubren la campaña que ya tiene decidido quién será su ministro de Justicia. No es cuestión menor. Ahí tiene muchas decisiones de calado que tomar. Y una de las primeras es la Ley Orgánica del Consejo General del Poder Judicial con la que pretende modificar el mecanismo de elección. Una norma cuyo texto Feijóo tiene ya redactado. Pero es que también se ha comprometido a cambios en el Código Penal: tipificar la convocatoria de referéndum ilegal y restablecer el delito de sedición.

Otro puesto en el que Feijóo ya ha pensado es Exteriores. No está decidido. Pero ya tiene diseñada una terna de candidatos. También aquí importantes decisiones a abordar de inmediato. La presidencia de turno de la UE. El presidente del PP ya ha hablado con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para advertirle de que no dispone de documentación e información facilitada al respecto por el Gobierno. Y otra cuestión: Marruecos.

En lo que tiene que ver con la estructura del próximo Ejecutivo, Feijóo también tiene claro que Igualdad no tendrá un ministerio propio. Dependerá orgánicamente del presidente del Gobierno y funcionalmente de algún otro ministerio. Son tiempos de cábalas en el PP. Pero apenas hay certezas. Se da por hecho que figuras como Cuca Gamarra, Elías Bendodo, Borja Sémper o Juan Bravo podrían ser ministros. Todos forman parte actualmente del Comité de Dirección y aportarían continuidad y fondo político. Luego quedarían cerca de una decena de ministerios en los que habrá espacio para figuras de perfil más técnico. No obstante, nadie sabe nada. «En estas cosas Feijóo es peor que Rajoy», dicen en Génova.

Si el resultado del 23 de julio permite a Feijóo gobernar en solitario, tendrá mucho margen para diseñar su Gobierno. Hasta el 17 de agosto no se constituyen las Cortes. Primera piedra de toque. En el PP hay personas que aconsejan a Feijóo que no debe ceder la Presidencia del Congreso a Vox. La ronda de consultas del Rey no se espera hasta la semana del 21 de agosto. Como pronto.