La insólita foto en una terraza de bar: «Mira que hemos visto cosas que los clientes se dejan»
Un olvido en el restaurante desata los chascarrillos sobre un supuesto «milagro» y la sospecha de una baja laboral fraudulenta
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Alicante
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Iniciar sesiónLa imagen habla por sí sola o da pie para echarle mucha imaginación acerca de lo ocurrido en la terraza de un bar. Tras difundirla el influencer valenciano Jesús Soriano, sus seguidores han lanzado todo tipo de conjeturas con mucho humor ... .
«Mira que hemos visto cosas que los clientes se dejan en el bar o restaurante, ¿pero esto?», ha dejado caer el titular de la cuenta @soycamarero en X, junto a la foto de una mesa vacía rodeada de una silla de ruedas entre los otros asientos para personas sin discapacidad.
La interpretación que más se repite apunta a un «milagro», ya que la mayoría ironizan con que el ocupante de este medio de transporte personal para alguien con problemas de movilidad ha debido curarse repentinamente y se ha marchado caminando por su propio pie.
De paso, se insinúa más o menos abiertamente un trasfondo de picaresca. «Iba tan despistado a cobrar el subsidio de invalidez que se le olvidó la silla de minusválido en el bar. Esas cosas ocurren a veces...», apunta un internauta, mientras otro corrobora que «esto es una falsa baja o un despistado» y un tercero abunda en que «estaría veraneando de baja y no se dio cuenta; suele pasar».
Y, entre ellos, el más contundente: «Te sorprendería la cantidad de gente que de cara al médico tiene que ir en silla de ruedas por los problemas de cadera que tiene, pero que luego, con un poco de suerte y timing, los ves andando por la playa sin problemas. No sabemos el enorme fraude que tenemos encima».
En el hilo, se repite también varias veces la célebre frase «levántate y anda», de la referencia bíblica a Lázaro y su resurrección, aunque también hay otras tesis más mundanas, como que el olvidó se debió a un intento de 'simpa' o (más repetido) a una «borrachera». Incluso algunos profesionales de la hostelería dan su testimonio de haberlo visto con relativa frecuencia.
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«¿Cervezas milagrosas? Nos pasaba un montón en el polideportivo que trabajaba. Muletas y sillas. Muy, muy pocas, reclamadas en objetos perdidos. Nunca lo entendí. Llegué a pensar que el polideportivo ese, era Lourdes a veces», relata uno de ellos.
Tal vez quien más se acerque a la realidad, por dar una explicación verosímil, es un participante en este intercambio de mensajes que habla de su propia experiencia: «No es tan anormal como parece, yo no puedo caminar mucho por mi secuela de polio y suelo alquilar sillas de ruedas cuando voy a pasear a algún lado, pero puedo caminar hasta el baño u otro lugar que no quede muy lejos».
Seguramente así pierde un poco de misterio y jocosidad esta anécdota, aunque más vale un análisis soso que vivir olvidos ciertamente con un mayor riesgo: «Tengo una conocida que en un par de ocasiones se dejó el carrito del bebé... con el bebé dentro».
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