La familia de la valenciana accidentada en Tailandia pagará más de 135.000 euros en impuestos a Hacienda por las donaciones

Tal y como ha confirmado su hermano Diego en declaraciones a este periódico, parte del dinero recaudado a través de las donaciones ha ido parar a una fundación sin ánimo de lucro. Conforme ha adelantado el diario Las Provincias y ha corroborado ABC, la elegida ha sido la Fundación Ángel Nieto, creada en 2018 y que tiene como objetivos principales prestar todo tipo de ayudas a colectivos de víctimas y familiares afectados por los accidentes de tráfico, así como proteger el legado del histórico piloto español y apoyar a jóvenes deportistas. «Pensamos en varias asociaciones, pero por lo que le pasó a mi hermana y porque también soy un fanático de las motos y fan de Ángel Nieto, pensamos que era la mejor opción», explica Diego Agudo.

En total, han sido unos 78.000 euros de una primera cuenta bancaria que abrió el hermano de Ángela pocos días después del accidente por el que la joven de 24 años quedó en coma. Según detalla, con total transparencia, en ella recibieron donaciones por valor de una cantidad que ascendía ligeramente por encima de los 200.000 euros. De este dinero, la mitad fue destinado al pago del avión medicalizado para que la joven natural de Godelleta regresara con total garantía sanitaria.

Asimismo, ya ha pagado unos 32.000 euros a la Agencia Tributaria en relación a este dinero. «Llevé un taco enorme de papeles», relata Diego, que tuvo que presentar la tributación individual donación por donación. Con todo ello, señala que esta cuenta corriente ya ha quedado vacía tras los transferencias del avión medicalizado, Hacienda y la Fundación Ángel Nieto.

No obstante, los pagos de la familia de Ángela a Hacienda no quedarán ahí. Según explica su hermano, de la otra cuenta en la que otro familiar vinculó el crowdfunding por el que recibieron 301.000 euros a través de 27.000 donaciones después de que se viralizara el caso en redes sociales, tendrá que tributar más del 35%. En detalle, deberán pagar unos 104.000 euros aproximadamente.

La diferencia entre ambas cuentas reside en que en esta última la intermediaria GoFundMe, donde se alojó la campaña de donaciones, les realizó un pago único de unos 285.000 euros, después de cobrarse unos 15.600 en concepto de comisión. Así tendrán que «tributar casi el máximo», según la normativa autonómica sobre el impuesto de sucesiones y donaciones, mientras que en la primera pagaron «el mínimo» al tener que detallar pago por pago, aunque fuese de un euro o cien, pero nunca por encima de 7.000, cantidad que abre la siguiente horquilla.

«El dinero era para Ángela. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido, ya que nadie está preparado para algo así», explica Diego, que sigue colaborando en tareas de limpieza y reconstrucción tras la dana del 29 de octubre, después de demostrar la cantidad sobrante que han donado a una causa benéfica vinculada a la tragedia que padeció su hermana hace tres meses en la isla tailandesa de Samui. Cabe recordar que esta última cuenta pagaron los otros 140.000 euros para el avión medicalizado privado, que costó 240.000.

Hace un par de semanas publicaron el resto de facturas en redes sociales, en las que detallaban los pagos del transporte aéreo que les denegó el Gobierno a través del Ministerio de Defensa y los costes médicos de 5.000 euros diarios por el ingreso de la joven en el hospital tailandés. Sobre la respuesta política, Diego señala a este periódico que meses después la única persona que sigue interesada por el estado de salud de su hermana es la alcaldesa de Godelleta, Amparo Pardo, y que nadie del Ejecutivo central les ha llamado para saber sobre su evolución.

En cuanto a su recuperación, Ángela llegó al Hospital La Fe de Valencia a finales del mes de octubre, donde permanece ingresada en estado vegetativo. Según han confirmado sus familiares ya es capaz de abrir un ojo pero el proceso está siendo lento, pues todavía no responde a estímulos. «En comparación a cómo llegó ha mejorado un poco. Le hablamos mucho, la ayudamos con los ejercicios de fisioterapia y esperamos que llegue el día que nos responda, aunque pase un año o lo que haga falta», cuenta Diego.