La valenciana accidentada en Tailandia ya es capaz de abrir un ojo: «La recuperación es lenta pero ascendente»

Según ha confirmado la familia en un nuevo comunicado, Ángela ya es capaz de abrir uno de sus ojos, aunque continúa en un estado de consciencia (vegetativo). «Ver ese verde reflejado en su pupila es un rayito de luz que nos ayuda a sentirla más cerca, aunque es duro, muy duro», relatan.

Así, ante las buenas noticias que llegan «de a poquito», sus parientes más cercanos destacan la importancia de la terapia y la estimulación de la valenciana nacida en la localidad de Godelleta desde una perspectiva integral. Ahora, los siguientes objetivos que se marcan son que «su cabecita empiece a cumplir órdenes sencillas» y «poder encontrar la manera de comunicarse» aunque «todavía no pueda ser con palabras».

No obstante, después de pasar las fiestas navideñas entre visitas al Hospital La Fe de Valencia, la familia no se muestra del todo agradecida con la labor de algunos de los sanitarios. «Tenemos un sabor agridulce y un gran descontento con una parte del personal médico», insisten.

«Ser profesional implica hacer las cosas con corazón y empatía, y más aún cuando hablamos de una persona que por el momento no puede comunicar cuando tiene dolor o necesita ayuda», siguen, aunque prometen «contar más sobre esto», porque «en ocasiones está siendo una auténtica pesadilla».

Por último, en el mensaje recién publicado en sus redes sociales, la familia de Ángela Agudo pide a sus seguidores que «sigan mandando su calor y fuerza para nuestra pequeña»: «Del creer al crear sólo hay una letra de distancia. La distancia que nos separa de la orilla. Donde deseo que estéis esperándola con los brazos abiertos, porque volverá y alucinará con todo el amor que le espera, de la que ahora se ha convertido en su gente», se dirige a sus followers.

Conforme ha venido informando ABC sobre el caso, Ángela Agudo llegó a comienzos de noviembre a España después de que sus padres y su pareja se gastaran 240.890 euros en un avión medicalizado privado, gracias al dinero recaudado a través de un crowdfuding hospedado en la plataforma GoFundMe, donde sumaron hasta 301.611 euros.

Desde entonces, han ido publicando las facturas de todos los gastos, incluidos los médicos del hospital tailandés, donde la permanencia de Ángela en la UCI costaba alrededor de 5.000 euros al día. Asimismo, prometieron compartir los gastos que se devengara la Agencia Tributaria por las donaciones, que según expertos consultados por este periódico, podrían ascender hasta los 110.000 euros del montante total. Más otros 15.000 que pagaron de comisión a la intermediaria por crear la campaña de microdonaciones.

«El único destino de todo lo recaudado es Ángela y el sobrante será donado y publicado, por si aún cabe alguna duda», insistieron. «Son momentos muy difíciles para la familia y toda nuestra energía está focalizada en transmitir calor y fuerza a Ángela, para que pronto pueda abrir sus preciosos ojos verdes», explicaron.

Pese recaudar tal cantidad, en todo momento trataron de conseguir la ayuda gubernamental a través de los Ministerios de Asuntos Exteriores y Defensa para que fletaran una aeronave militar que transportara a la joven de manera más segura, como ocurrió el pasado mes de mayo con el bilbaíno Álex García, también desde Tailandia.

Sin embargo, la petición de auxilio fue denegada y comunicada por la propia titular de Defensa, Margarita Robles, a la alcaldesa de Godelleta, Amparo Pardo, a la que informó personalmente de que el Gobierno tenía todos sus aviones medicalizados de la Unidad Médica de Aeroevacuación del Ejército del Aire y del Espacio (UMAER) desplegados en Canarias.