El mensaje del doctor Pedro Cavadas que permitió a Pablo Motos superar la pandemia del coronavirus

El cirujano valenciano fue, de hecho, de los primeros en alertar de la peligrosidad del Covid-19 , del que llegó a decir, allá por enero del año pasado, que «no parece una broma ni un truco para vender mascarillas».

El doctor, incluido por Forbes en su prestigiosa lista de los cien mejores médicos , marcó un antes y un después con sus declaraciones respecto al coronavirus. Auguró que una pandemia pordría «diezmar la población mundial». Alertó, también con atino, de que la producción de vacunas en tiempo récord supondría la aparición de efectos adversos. Y sorprendió a propios y a extraños cuando, una vez había recibido las dos dosis contra el coronavirus, calificó el fármaco de Moderna como la vacuna de «fregar» .

Los mensajes de Pedro Cavadas sobre el Covid-19 han convertido al prestigioso cirujano en un fenómeno de masas en las redes sociales y en una suerte de gurú de la pandemia que cosecha casi a partes iguales partidarios como detractores, quienes le calificaron de «alarmista y propagador de bulos» .

Pedro Cavadas protagonizó la entrevista televisada con mayor audiencia en España el pasado año. Fue en «El Hormiguero» , cuyo presentador, el también valenciano Pablo Motos ha admitido que llegó a pensar en cancelar el espacio por la pandemia.

[El presagio del doctor Pedro Cavadas tras recibir la vacuna de Moderna: «Me han puesto la de fregar»]

Sin embargo, al presentador de Requena le vino a la cabeza una frase del doctor Pedro Cavadas que le hizo cambiar de opinión. Según relató Pablo Motos , en una ocasión le preguntó a su paisano si los pacientes a los que ha operado de graves enfermedades siguen teniendo ganas de vivir. Pedro Cavadas recurrió entonces a una metáfora: «La vida es como un niño en un tiovivo, da igual las vueltas que dé que el niño se va a ir llorando a casa, porque para él nunca es buen momento para irse, para morirse en este caso».

Pedro Cavadas le había narrado la historia de una mujer que había perdido, literlamente, la cara. Sin embargo, optó por no rendirse. Como el niño que se resiste a abandonar el tiovivo. Pablo Motos pensó entonces que «nunca es un buen momento para morirse» y optó por no echar la toalla ante la pandemia del coronavirus.