Balañá, silencio y discreción

Sin embargo, uno busca información sobre esta empresa y aparece el denominado Grup Balañá, del que Pedro Balañá Forts era presidente. En la página web corporativa nos encontramos una amplísima oferta de ocio en los principales cines y teatros de la Ciudad Condal, y hasta una pormenorizada historia, casi día a día, de los hitos que han marcado su trayectoria. Pero, que nadie piense que allí va a encontrar ni una sola mención al gran negocio taurino que ha sido Balaña desde 1927. Silencio y discreción, se le puede llamar. Ese silencio y esa discreción que ha acompañado a los Balañá, especialmente cuando los toros se ponían sobre la mesa.

En la web del Grup Balañá, nada. Ni toda la gloria que dio a la Fiesta y a la ciudad de Barcelona Pedro Balañá Espinós, Don Pedro; ni la propiedad de la Monumental y otras plazas como las de Palma de Mallorca, Jerez y Linares, que todavía mantiene la empresa. Nada. Silencio y discreción. Hasta puede entenderse el criterio empresarial que te lleva a esconder tu propia historia, si eso significa lastrar el negocio; aunque en ese negocio haya una parte muy importante de sentimientos, los de los aficionados, que hicieron grande la Barcelona taurina.

Tras el adiós a Pedro Balañá Forts, queda la gran incógnita del destino de la Monumental barcelonesa. La plaza se encuentra en perfecto estado. Desde aquel domingo de septiembre de 2011, el coso se ha mantenido inmaculado, para poder dar toros cualquier día. Pero ahora el aficionado recuerda la frase de quien ahora representa a la tercera generación de los Balañá; aquello que "de momento" no habrá toros. Silencio y discreción.