Los tentáculos del crimen organizado se expanden por Cataluña
La ejecución de un sicario serbio en Barcelona, por un ajuste de cuentas entre bandas dedicadas al narcotráfico, confirma lo que los investigadores llevan años alertando: que el territorio es destino preferente de los clanes europeos
El ejecutado en el centro de Barcelona es un serbio buscado por la mafia balcánica
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Su situación geoestratégica, con vías rápidas de comunicación con el resto de Europa, o algo tan prosaico como el buen clima, son algunos de los motivos que llevan a los prófugos a buscar refugio en Cataluña, tal y como apuntan los agentes del Grupo ... de Fugitivos, especializados en darles 'caza'. La afluencia de turistas y 'expats' les permite pasar desapercibidos y no llamar la atención como ocurriría, por ejemplo, en una localidad de pocos habitantes. Precisamente eso fue lo que pasó con el sicario serbio ejecutado en un piso del centro de la capital catalana, este pasado martes. Sobre la víctima, Filip Knežević, de 36 años, pesaba una orden de detención internacional, por asesinar a dos integrantes de la banda Skaljari, en la isla de Corfú, en 2020. Lo habría hecho por orden de un mafioso serbio, viejo conocido de las autoridades del país, Veljko Belivuk. Pero ninguno de sus vecinos sabía quién era, tal y como explicaron a este diario pocas horas después del suceso. Fue Elea, una mujer sudafricana que habita en los bajos del edificio del 200 de Consell de Cent, quien localizó el cadáver, con varios disparos, a las 16.18 horas, cuando alertó a Emergencias. «Lo vi tendido bocabajo, lleno de sangre y me quedé en shock», explicaba al día siguiente, cuando junto a los buzones de la finca podían verse orificios causados por los tiros, y restos de los reactivos empleados por la Científica de los Mossos para tratar de localizar huellas de su atacante.
La víctima recibió cuatro. Uno en la cabeza, y otros tres en el tórax. A pesar de ser acribillado en el portal, a plena luz del día, su asesino consiguió escapar sin ser visto. Tras la ejecución de Knežević: el crimen organizado, ya que se enmarca en un ajuste de cuentas entre dos bandas rivales, Kavac y Skaljari. Según la Fiscalía griega, junto con tres cómplices que también se dieron a la fuga, Knežević tendió una emboscada a las dos víctimas, Alan Kozar y Damir Hadzic, en el exterior de una villa que ambos habían alquilado en Corfú, el 23 de julio de 2020. Sus atacantes los rodearon y abrieron fuego contra su vehículo, disparando más de 30 balas. Tras el asesinato, logró huir y por eso se emitió contra él una orden internacional de detención. De hecho, uno de los ejecutados entonces, Hadzic, también estaba en busca y captura por el crimen en 2018 de uno de los principales miembros de la mafia Kavac, Davorin Baltic.
Así, todo apunta a que la ejecución de Knežević en Barcelona esta semana sería obra del clan Skaljari. Y es que uno de los aspectos que más preocupa a los investigadores ante la implantación del crimen organizado en Cataluña es la proliferación de incidentes con armas de fuego, algunas de ellas de guerra, como ocurrió en Salou (Tarragona), en mayo de 2023, cuando dos hombres murieron tiroteados cuando veían un partido de fútbol en su móvil, desde un coche, ante un hotel. Desde otro vehículo les vaciaron el cargador de un fusil kalashnikov. Ambos eran integrantes del clan Yoda, y fueron ajusticiados por una banda rival: la DZ Mafia. La doble ejecución respondía a la guerra entre bandas por el control del tráfico de drogas en Marsella.
La mafia marsellesa cruza la frontera con una doble ejecución en Tarragona
Una 'scort' traicionó a dos miembros del clan Yoda y desveló su paradero a la banda rival, la DZ Mafia
Precisamente, la mayoría de incidentes con armas de fuego en la comunidad están vinculados al crimen organizado. En su mayoría, con el narcotráfico. Y es que la Policía catalana lleva años alertando del incremento de la violencia asociada a esta modalidad delictiva, principalmente, al cultivo de marihuana, a través de los denominados vuelcos o narcoasaltos, por los que unas organizaciones sustraen los alijos a sus rivales. Sólo durante el año pasado, los Mossos detectaron 87 en Cataluña -cabe recordar que lo habitual es que no se denuncien-. De estos, la gran mayoría vinculados al cannabis, y en los que en un 35 por ciento de las ocasiones hubo presencia de armas de fuego. «Comienza a ser una normalidad muy peligrosa», advertía hace unos días el subinspector Carles Martínez, jefe de la División de Investigación Criminal (DIC) en Gerona.
Por eso es objetivo prioritario de los Cuerpos de seguridad evitar la implantación de organizaciones transnacionales en el territorio. En 2022, los Mossos, junto a la Policía Nacional, abortaron los tentáculos financieros de la 'Mocro maffia' holandesa, que había comenzado a desplegar un entramado para blanquear las ganancias de su actividad ilícita en Cataluña. También el crimen organizado sueco intentó penetrar en la comunidad hace unos años. Los investigadores consiguieron «frenarlo con muchos recursos, tras algunos homicidios y narcoasaltos», apuntaba entonces el máximo responsable de la DIC, Ramon Chacón.
Clanes serbios
La ejecución del sicario serbio esta semana en el centro de la capital catalana no es la primera incursión de las mafias del país en Cataluña. Y es que en octubre de 2024, en el centro de Barcelona la Policía Nacional 'cazó' a Nikola Vušović, apodado 'Johnny de Vracar' o 'Johnny el Loco'. Se encontraba en busca y captura, reclamado por las autoridades serbias, acusado de homicidio. El fugitivo era uno de los líderes del clan Kavac, algunos de cuyos integrantes, precisamente, estaban siendo juzgados -entre otros, por haber envenenado a un testigo- cuando los investigadores arrestaron a Vušović, que llevaba huido desde 2022.
Junto a 'Jhony el Loco', los investigadores detuvieron, también en la capital catalana, a su lugarteniente, buscado igualmente por homicidio en Serbia; por secuestro en Austria y por lesiones en España, enfrentándose a una pena de 40 años de cárcel. En su caso, se encontraba fugado desde marzo de 2020, cuando participó en la ejecución de un integrante de un clan rival, cuyo cuerpo encontraron un mes más tarde, cerca de Sopot (Serbia), con una herida de bala.
Barcelona, 'casa nostra' para los fugitivos de la mafia
Destino migratorio y vacacional de los italianos, permite a los mafiosos pasar desapercibidos. Blanquean el dinero del narcotráfico con negocios en el sector hostelero e inmobiliario. Pese a las precauciones que adoptan, es la visita de un familiar la que suele facilitar su detención
Tras varios años de pesquisas de los Cuerpos policiales, bajo coordinación de Europol, el Grupo de Fugitivos pudo localizarlo en Barcelona. Y es que los ajustes de cuentas entre miembros de Kavac y sus rivales del clan Skaljari, que se han saldado ya con más de 60 muertos, tienen su origen en 2014, con la incautación de un cargamento de cocaína en el puerto de Valencia.
Las de Vušović y su lugarteniente son solo dos de las 166 detenciones de prófugos internacionales que la Policía Nacional efectuó en Cataluña durante 2024. La mayoría de ellas -131-, en Barcelona. En total, sumando también a aquellos reclamados por España, fueron 1.920 los arrestados con una reclamación judicial vigente. En su mayoría, en el caso de los extranjeros, buscados por homicidios, tráfico de drogas y pertenencia a organización criminal.
«Las organizaciones criminales son líquidas, no rígidas ni estables. Colaboran entre ellas, y forman parte de un 'hub' criminal instalado en Cataluña desde hace muchos años. El mercado de la droga multinacional se ha asentado de forma sólida» en el territorio, apuntaba el subinspector Martínez. Sobre todo marihuana, pero también es zona de paso para transportar hachís y heroína a otros países de Europa, donde llega a triplicar su valor.
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