La playa de Cataluña poco popular por estar cerca de una central nuclear que destaca por sus aguas cristalinas y su naturaleza
Esta cala de Tarragona no dispone de servicios y tiene un fácil acceso en coche pero está muy poco frecuentada
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Cataluña, es sabido, cuenta con unos 580 kilómetros de costa mediterránea y ello lo convierte en una región ideal para los amantes de la playa. Las provincias de Gerona, Barcelona y Tarragon tienen centenares de calas, cada una de ellas con una marcada ... identidad particular y que en todo caso satisfacen a todo tipo de gustos playeros. Además, gozan de una excelente calidad y prueba de ello son las 101 banderas azulas conseguidas este 2025.
Así, es cierto que los turistas suelen estar llamados por la tantas veces publicitada belleza abrupta de la Costa Brava, con calas pequeñas y escondidas y unas aguas claras y limpias. En cambio, muchos prefieren las playas urbanas de la Costa del Maresme y Barcelona, de fácil acceso, mientras que las familias tienden a priorizar la Costa Dorada por sus playas amplias y de arena fina, con aguas poco profundas. En el extremo sur, quedan las cada vez menos desconocidas playas del Delta del Ebro, mucho más salvajes.
Precisamente el sur ha ido cogiendo más notoriedad desde que llegó la pandemia y muchos tuvieron que pasar el verano en territorio catalán. En los últimos tiempos muchos se han sorprendido con el hecho de que algunas calas de allí recuerden a la Costa Brava o a las Baleares. La zona está repleta de sorpresas playeras, aunque pocos se imaginarán que alguna de ellas destaque por estar al lado de una central nuclear y por la calidad que tiene.
Así es la cala Justell, una de las menos frecuentadas de Cataluña
De hecho, la cala Justell es una zona muy poco frecuentada porque su carta de presentación quizás no invita a muchos a plantar allí la toalla. Quienes la han probado, sin embargo, no dudan en repetir. ¿Qué tiene de especial esta cala? Sin duda, su emplazamiento, en el término municipal de Vandellós y L'Hospitalet de l'Infant y a unos pocos metros de la central nuclear Vandellós II, suele ser uno de sus aspectos más destacados.
Pero Justell tiene mucho más. Para empezar, está incluida dentro del Espacio Natural Protegido de la Rojala-Platja del Torn, una zona húmeda catalogada por su valor, y cuenta con una de las comunidades naturales más ricas y saludables de la zona. Como resaltan desde los portales locales, Justell, que es una playa como las de toda la vida, tiene un gran interés paisajístico.
La playa Justell tiene unos 170 metros de longitud y unos 40 de amplitud. Sus aguas suelen ser tranquilas y con una gran transparencia y las dunas se alternan con arena fina y dorada así como con guijarros y rocas. Al generar un cierto recelo por su emplazamiento cercano a la nuclear, pero también por estar lejos de las zonas urbanizadas, no suele ser una plaza muy frecuentada.
Además, la playa no tiene servicios, por lo que sus visitantes solo encuentran mar, arena y vegetación. Está ubicada en una zona que se ha recuperado en los últimos años y gracias a este trabajo actualmente se está tratando de reincorporar alguna especie autóctona, como el samarugo (un tipo de rana).
Para llegar a Justell se tiene que ir en coche, o en barco por vía marítima. La carretera o vía más cercana es la N-340 así como la A-7. La cala cuenta además con un pequeño aparcamiento, eso sí, no vigilado. También por sus condiciones sin servicios no obtiene ninguna bandera azul pero los esfuerzos por conservarla como espacio natural son perceptibles a simple vista.
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