La región aplaude la exclusión de la lavanda como producto tóxico y espera que los Consejos de la UE lo aprueban

Al igual que Anipam, el Gobierno de Castilla-La Mancha se ha congratulado por la aprobación, este pasado lunes en el Parlamento europeo, de una enmienda que excluye a los aceites esenciales de productos botánicos como la lavanda y el lavandín de la lista negra de sustancias tóxicas, un asunto «muy importante» para la región, que esta ha «encabezado».

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Raquel C. Pico

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La consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, ha otorgado al presidente autonómico, Emiliano García-Page, el papel de líder de esta enmienda y ha recordado que ahora les tocará «pelear» para que esta decisión se convierta en una enmienda definitiva.

Algo que se hará, ha dicho, «trabajándolo con las distintas autoridades europeas», aunque en cualquier caso no ha podido evitar mostrar su «satisfacción» por la decisión tomada por el Parlamento europeo.

Por su parte, la vicesecretaria general del PSOE y eurodiputada, Cristina Maestre, ha destacado el «logro» alcanzado por la comunidad autónoma al haber conseguido que el Parlamento Europeo saque a los aceites esenciales de productos botánicos como la lavanda y el lavandín de la «lista negra de sustancias tóxicas», ya que es «un primer paso, pero muy importante» en la defensa de este sector ante la modificación del Reglamento europeo sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas.

Finalmente, el presidente de Anipam, Abelardo Carrillo, reclamó a las administraciones que se preocupen por conocer cuál es la realidad del sector, entendiendo que hoy por hoy es «de grave falta de rentabilidad». Pidió que se investiguen las causas por las cuáles el mercado está en la situación en la que se encuentra.

Se calcula que en Castilla-La Mancha la lavanda cuenta con más de 120 productores en 68 municipios, la mayoría de ellos de Guadalajara, con 2.500 hectáreas dedicadas a este cultivo y con municipios, como Brihuega, muy «singularizados» y que han hecho de la lavanda un reclamo turístico.

La siega y recolección de los campos comienza en verano en el momento en el que la flor toma un color grisáceo. Esta labor termina entre la segunda o tercera semana de agosto, despidiendo así la temporada de la floración.

Solo en estos campos se recolectan 2.500 kilos diarios de esencia. En Brihuega hay más de mil hectáreas de lavanda y se ha establecido una planta de tratamiento y producción de perfumes.