Argentina es mucho más

Será la gran novedad en el debut de Argentina frente a Arabia Saudí. Un partido para testar si la revolución albiceleste tiene buen fin. Diecinueve debutantes en el torneo universal. Muchos son. Incluso algunos casi novicio, como Enzo Fernández, con sólo dos partidos internacionales. Pero los que saben auguran una buena nueva porque los envuelve el mejor. Messi estará bien rodeado, como tantas veces pidió. Maradona ganaba casi en solitario. Diez guerreros y el ser divino. Al actual delantero del PSG nunca le ha valido. Necesita más. Y ahora lo tiene. Veteranía, garra y emergentes.

De un apellido inglés a uno español. Álvarez, de los Álvarez de toda la vida. Julián de nombre. Nacido en 2000. La nueva sensación. Sólo Scaloni sabe si debutará ante Arabia Saudí. Si apuesta por su esquema habitual (4-4-2) lo verá desde el banquillo, ya que arriba estará Messi junto a Lautaro. Si varía al 4-2-3-1 el joven atacante del Manchester City tiene opciones. De Calchín, en la provincia de Córdoba, al infinito. Rápido y matón. Es de esos jóvenes por los que se pelean Real Madrid y Barcelona. Llegó a probar incluso en Valdebebas, pero la política de fichajes de menores de 13 años le envió de nuevo a su tierra. La morriña también le pudo. Necesitaba a sus papás cerca. La Araña probó en Boca y en Argentinos Juniors, pero tejió la red en River Plate. Firmó su primer contrato profesional con 18 años y ya le pusieron una cláusula de 15 millones. Al final por dos más se lo llevó el potentado club de Pep Guardiola, donde se hace grande al lago del gigante. Haaland acapara el foco pero el pequeñín deslumbra. Y golea. Con los millonarios anotó 54 goles y dio 29 asistencias en 122 partidos.

Será protagonista, seguro, en un equipo hecho a imagen y semejanza de su entrenador. Scaloni ha optado por futbolistas que pueblan Europa (sólo hay uno que practica en Argentina, el portero Armani) y por un grupo hercúleo. «Hay que saber atrincherarse», ha manifestado el técnico en alguna ocasión. Estos son sus principos. Un clásico del fútbol argentino como Javier Zanetti lo definió a la perfección: «Es un equipo atrevido, pero consciente. Es peligroso, pero precavido. Es agresivo y astuto. Tiene madurez». Palabra de mito.

El plantel tiene de todo. Bonito y batallador. Una defensa sin florituras, un centro del campo al servicio de los demás y la fantasía la guarda para la vanguardia. Y eso que en estos días pasados todos han respirado aceleradamente. Llega el entrenamiento y por allí no aparecía Messi. ¿Dónde está? ¿Qué hace? ¿Está triste? ¿Está bien? El crack estaba resguardadito en el gimnasio, protegiendo su gemelo cargado. La veteranía le permite gestionar la carga de trabajo. Pero estará en el debut ante Arabia. ¿Alguien lo dudaba? Será su quinta aparición en un Mundial. Seguramente la última. Y no puede fallar. Ni a él ni al fútbol. Y llega enchufado, con diez goles en los últimos cuatro partidos que ha disputado. 35.000 seguidores de Argentina paladearán en el estadio de Lusail el buen gusto del exbarcelonista, el coronamiento de una selección que lleva tres años invicta. Es cierto que ante rivales de fuste intermedio, pero aquí cualquiera te da un susto.

Ante la Arabia Saudí de nombres ilegibles (Al-Faraj en el centro del campo y Al-Dawsari en el ataque son los más destacados), Scaloni sólo tiene dos dudas: el lateral izquierdo y el inteior. En la defensa presumiblemente optará por Acuña y en el medio por Mac Allister, aunque el sevillista Papu Gómez tiene opciones. El resto del once lo tiene claro, clarísimo. Y lo bueno de este plantel es que en el banquillo tiene mil opciones. Se le cayeron Nicolás González y Joaquín Correa por lesión antes de dar la lista y entraron Ángel Correa y Thiago Almada. También está Dybala, siempre imprevisible, pero si está bien puede ser el mejor amigo de Dios.

En Argentina temen el arbitraje. Los medios de comunicación han machacado estos días la inseguridad del juez. Pues en el debut se encontrarán con Slavko Vincic, que en 2020 fue detenido en Bosnia en una redada relacionada con prostitución y drogas. Estaba en una cabaña junto a otros 25 hombres y 9 mujeres. Dijo que estaba en el sitio equivocado en el momento equivocado. Al final quedó desligado de la causa y pudo seguir su carrera profesional. Y tendrá la oportunidad de ver más de cerca que nadie el debut de una de las aspirantes a sustituir a Francia como campeón del mundo. Y a gozar de Messi. Suertudo.