Atletismo
Estrellas y estrellados del Mundial: Duplantis iluminó Tokio
Los campeonatos del mundo se cierran con un dominio arrollador de Estados Unidos en el medallero y un único récord mundial, el del prodigio sueco
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Iniciar sesiónMondo y Sydney. Son los dos nombres propios de los Mundiales que se han clausurado en el Estadio Nacional de Tokio. Duplantis, el pertiguista sueco de Louisiana, logró un récord mundial (6,30 metros) que ya plantea dudas sobre si será capaz de subir más ... alto en el futuro. Por su parte, McLaughlin, una vallista reciclada este año a velocista, no fue capaz de lograr la plusmarca mundial de los 400 metros lisos pero fue se anotó un récord moral bajo la lluvia. A los 47.60 de Marita Koch le quedan poco tiempo en el libro de récords si la de Nueva Jersey se fija esta prueba de nuevo como su objetivo para 2026.
El récord de Duplantis ha quedado como la gran joya de los campeonatos. Ignacio Sola, plusmarquista olímpico de salto con pértiga, señala a ABC que Duplantis «ha demostrado una vez más que es un pertiguista de una perfección absoluta. Sin ser un portento en su aspecto físico, suple su falta de estatura con un ángulo de ataque más cerrado y con una velocidad y precisión en su talonamiento que son impresionantes. Y a todo eso hay que añadir su seguridad, templanza y la tremenda confianza que tiene en sí mismo y sus posibilidades».
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Además de lograr el único récord mundial de los campeonatos, el hijo de Greg Duplantis ha mostrado una vez más que es el producto de mayor brillo en el escaparate del atletismo mundial. Jamás falla, atrapa la atención del público durante horas y sus marcas han conseguido empequeñecer a toda una leyenda como Sergei Bubka.
Sydney McLaughlin es la otra gran estrella del deporte rey. Aburrida de sus interminables victorias en 400 vallas (en Tokio dejó el oro en bandeja a la neerlandesa Femke Bol), la estadounidense se ha centrado este año en los 400 lisos. Su victoria en Tokio ha estado a punto de ser coronada por un récord que habría sido legendario pero le sobraron 18 centésimas para borrar el registro de Marita Koch, que ya cumple 40 años. Su oro en el relevo largo culminó un Mundial de ensueño para ella.
Otra gran triunfadora ha sido Melissa Jefferson, quien ha arrollado a todas las velocistas en Tokio. La atleta de Carolina del Sur dominó los 100 metros el primer fin de semana y supo rematar con un sensacional 200 y una victoria contundente en el 4x100 con Estados Unidos. Su formidable actuación, en condiciones de excesiva humedad y con una pista que no ha demostrado ser rápida, es la confirmación de una magnífica progresión.
Beatrice Chebet, la reina keniana del fondo, ha vuelto a dominar las carreras de largo aliento. Arrancó los Mundiales con una gran victoria en los 10.000 y cerró su actuación el sábado con un triunfo muy convincente en unos 5.000 metros que se disputaron a ritmo lento y con un final frenético. Entre sus víctimas en esta final estuvo su compatriota Faith Kipyegon, dominadora absoluta de los 1.500.
Noah Lyles ha sido otra de las estrellas. El velocista de Florida, aunque derrotado por los jamaicanos en la final de 100 metros, supo reponerse y añadió dos oros de mucho brillo. Venció en los 200 metros con una vibrante exhibición de potencia en la recta final (su cuarto título mundial en el doble hectómetro) y finalizó con otro primer puesto en el 4x100 masculino, donde los americanos vencieron sin oposición ante la ausencia de Jamaica.
Estados Unidos ha arrasado una vez más en el medallero. Y lo ha hecho con aún más fuerza que en los Mundiales de Budapest. Si hace dos años logró 12 medallas de oro en la capital húngara (por delante de las cuatro que lograron Canadá y España), en este caso la escuadra estadounidense ha alcanzado 16, frente a la siete de Kenia y las 3 de Canadá. A ellas suma cinco de plata y otras tantas de bronce, para un total de 26 metales.
Debacle noruega
Aparte de las estrellas, el estadio tokiota también ha visto atletas… estrellados. Uno de ellos ha sido Jakob Ingebrigtsen, aunque, en justicia, el noruego llegó a los Mundiales arrastrando una lesión tendinosa y su participación ha sido más bien un ejercicio de valentía y de saber estar a las duras y las maduras. Eliminado en las series de 1.500 metros, el de Sandnes se clasificó con mucha dificultad para la final de 5.000 y en ella, aunque intentó ser valiente tomando la cabeza de la prueba a falta de 1.300 metros, acabó sucumbiendo, sin fuerzas para responder los cambios de ritmo del final. Entró en la meta en la décima posición.
Otro noruego, Karsten Warholm, tampoco ha brillado en estos Mundiales. El vallista, que lograra aquella galáctica plusmarca mundial de 45.94 en 2021 (en la misma pista), estuvo desafortunado en los 400 metros vallas y sólo pudo ser quinto, con 47.58. Quizá un cambio temporal de prueba, como el de McLaughlin, podría hacerle bien a Warholm. Las victorias ininterrumpidas, con los años, desgastan.
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