España se queda atrás en la NBA más europea

Tampoco es sitio para románticos la NBA pues Damian Lillard, uno de los anotadores más feroces del torneo, ha abandonado los Portland Trail Blazers, tras una década en sus filas y escudo al que le había jurado fidelidad absoluta. Su nuevo destino, tras toneladas de rumores, serán los Milwaukee Bucks, campeones en 2021, donde formará una dupla tremenda con el griego Giannis Antetokounmpo. Los de Wisconsin parten como favoritos en la Conferencia Este y son los míticos Boston Celtics, a priori, sus grandes rivales por un puesto en la final. Los verdes han hecho una profunda reconstrucción de plantilla, con fichajes como el base Jrue Holiday o el ala pívot letón Kristaps Porzingis, que, junto con Jayson Tatum y Jaylen Brown, podrían poner fin a la sequía de la franquicia, 15 años sin gloria.

Pero no todo va de expectativas deportivas. También hay polémicas jugosas, como el futuro de Ja Morant, estrella de los Memphis Grizzlies, que se perderá los primeros 25 partidos, sancionado el base por su inexplicable adicción a mostrar en público armas de fuego. Incluso habrá novedades en el calendario pues, por primera vez en la historia, la NBA contará con una copa, el 'In-Season Tournament'. Tendrá una fase de grupos que dará paso a una suerte de Final Four, al estilo de la Euroliga, a un partido las semifinales y la final en Las Vegas, la ciudad del pecado según la retina puritana. Medio millón de dólares en metálico será el premio para los vencedores.

Y en medio de este mejunje de historias, aparece una no tan satisfactoria, al menos desde el prisma español. En la inminente campaña solo habrá tres participantes españoles, la cifra más baja en los últimos 18 años. Hay que remontarse a la temporada 2005-06 para encontrar una cifra peor, momento en el que solo había dos atletas nacionales, Pau Gasol (Memphis Grizzlies) y José Manuel Calderón (Toronto Raptors). Ahora los representantes son Santi Aldama (Grizzlies), Usman Garuba (Golden State Warriors) y Ricky Rubio (Cleveland Cavaliers). Jugadores que además tienen un asterisco, pues no está claro que vayan a tener un papel relevante en sus equipos o si incluso van a jugar.

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Es Aldama, 23 años, el mejor posicionado. El ala pívot canario, que comienza su tercer año en la liga, se ha convertido en una pieza fundamental de los de Tennessee, que la temporada pasada fueron la gran revelación tras clasificarse como segundos en la Conferencia Oeste. Su versatilidad en la cancha le ha permitido ser uno de los suplentes con más minutos de la franquicia, además de primera opción si alguno de los dos titulares (Jackson, Adams) caía lesionado. Este año, tras un buen Mundial con España, se espera que dé un paso adelante, pues se juega la renovación con los Grizzlies.

En la posición de plata aparece Garuba, que, tras dos años de lesiones, falta de minutos y traspasos, ha fichado por los Golden State Warriors, la última gran dinastía de la liga. El de Azuqueca, a sus 21 años, parece haber caído en un proyecto propicio para su baloncesto (distribución en el poste alto, capacidad defensiva). Pero el problema está en su contrato. Es dual, lo que significa que solo podría jugar 50 de los 82 encuentros que componen la temporada regular y, en caso de que los de San Francisco se clasifiquen para los playoffs, casi una certeza, el español no podría disputarlos. Además, solo cobrará medio millón de dólares, una cifra muy inferior a la que recibía en su primer equipo, los Houston Rockets, unos 2,4 millones. De momento, solo ha jugado nueve minutos en los cuatro partidos de pretemporada.

Para cerrar la aportación española está Ricky Rubio, aunque su futuro es una incógnita. El base, a sus 32 años, decidió retirarse del baloncesto por problemas de salud mental el pasado agosto durante la preparación para el Mundial con la selección. Desde entonces, el catalán se ha apartado del foco mediático y no se sabe si volverá a jugar al baloncesto. Su equipo, los Cleveland Cavaliers, con los que tiene contrato hasta 2025, le han apoyado, pero lo que es seguro es que no comenzará la temporada con ellos.

Las vacas flacas españolas contrastan con la corriente predominante en la NBA, donde son los europeos los que dominan los encuentros con puño de hierro. No en vano, cuatro de los últimos cinco MVPs (premio a mejor jugador) han sido para jugadores del viejo continente, dos para el griego Giannis Antetokounmpo (2019, 2020) y dos para el pívot de los actuales campeones, los Denver Nuggets, el serbio Nikola Jokic (2021, 2022). De hecho, heleno y balcánico son, junto al esloveno Luka Doncic (Dallas Mavericks) y el actual MVP, el camerunés Joel Embiid, los principales aspirantes al galardón. Tras años de gloria y campeones en la NBA, a España le toca dejar espacio a las nuevas nacionalidades de moda aunque, como ha demostrado la historia, los nuestros siempre vuelven. Mientras, toca volver a disfrutar de la NBA.