Endesa, propietaria de la central nuclear de Garoña junto a Iberdrola, se ha visto obligada a cerrar la planta burgalesa por motivos «única y estrictamente» económicos y, por el momento, no hay novedad alguna que lleve a sus propietarios a cambiar su decisión, informaron ayer a Efe fuentes de la compañía. Está previsto que la central, operada a través de Nuclenor, cierre definitivamente en julio -tiene licencia hasta el día 6-, aunque hay informaciones que apuntan a que el Gobierno estaría negociando con ambas eléctricas mantenerla abierta hasta 2019. Endesa aseguró ayer que en 2012 su resultado neto de explotación se redujo un once por ciento, por el deterioro contable de los activos de minería y de Garoña.