El PP da orden de exprimir el caso Salazar y lo lleva a la campaña extremeña
Génova da por hecho que el escándalo hace más daño que la trama de corrupción en sí, y llena los mítines de discursos contra la «hipocresía» del PSOE
El PP vuelve a ver la posibilidad de arrebatar voto femenino, clave para los socialistas
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Madrid
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Iniciar sesiónEl PP tenía diseñado otro plan para el arranque de campaña en Extremadura. En Génova llevaban días pensando en los asuntos prioritarios para el discurso de Alberto Núñez Feijóo. La política energética con la central de Almaraz en el centro y los casos ... de corrupción que afectan al Gobierno, con especial incidencia en el del hermano del presidente, David Sánchez, y el propio candidato socialista a estos comicios, Miguel Ángel Gallardo. Pero el caso de Paco Salazar, una persona de la estricta confianza de Pedro Sánchez en la Moncloa durante años -varias mujeres han denunciado acoso sexual en medios de comunicación- lo ha cambiado todo.
En la dirección nacional del PP asumen que «el discurso hipócrita» del PSOE con el feminismo es, de lejos, lo que más daño le hace al partido de Sánchez. El asunto de Salazar es especialmente sangrante, dicen en Génova: «Le apartaron. No han investigado nada. Lo han intentado tapar y encima lo rehabilitan a escondidas. Si no sale en los medios el PSOE no hace nada».
Llueve sobre mojado y en Génova hay orden de exprimir al máximo esta nueva crisis. El tema es muy sensible para la izquierda y especialmente para los socialistas, que tienen por bandera la defensa de las mujeres, la igualdad, la lucha contra la violencia de género y la abolición de la prostitución. En los últimos meses son ya varios escándalos los que afectan a sus filas, impactando directamente sobre la línea de flotación del discurso. La derivada sobre prostitución en la trama Koldo -con audios que desvelaron conversaciones de José Luis Ábalos y su asesor repartiéndose a mujeres; y novias colocadas en empresas públicas- hizo más daños al PSOE, según sus propios cuadros, que las corruptelas en sí.
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El reciente escándalo de las pulseras antimaltrato defectuosas en el Ministerio de Igualdad ha sumado presión. Y ahora que aflora de nuevo el asunto sobre Salazar -y el caso de Torremolinos- la sensación en el PP es que «será difícil remontar» para el partido del Gobierno.
En términos electorales el asunto es capital. No solo porque en las generales del 23 de julio el PSOE aguantó el resultado -que le permitió sumar con todos sus socios para gobernar- gracias al voto de las mujeres. El miedo a la ultraderecha -la gran estrategia de Sánchez, insistiendo en los retrocesos que implicaría un Gobierno de PP y Vox- caló, sobre todo, en el electorado femenino. Y por eso hace meses, cuando empezaron a conocerse las relaciones de Ábalos con la prostitución durante su etapa como ministro, en Génova detectaron que empezaba a producirse un trasvase de voto femenino a sus siglas por la decepción con el PSOE.
Ahora, el asunto del acoso de Salazar refuerza esa estrategia y el PP no lo dejará pasar. Feijóo debutó en Don Benito (Badajoz) el jueves pasado, antes de la pegada electoral, con un mensaje muy duro: «El PSOE es un partido peligroso para las mujeres». El día anterior tachó al asesor de Sánchez en Moncloa como «un guarro». Y desde entonces en todas sus intervenciones el discurso principal se ha dirigido en el mismo sentido. «Como mínimo, la denuncia sobre el acoso del PSOE y sus mentiras con el feminismo van a estar en el mismo plano que la corrupción. O más», anticipan en el PP, dejando claro que la campaña extremeña estará llena de estos mensajes. Extremadura, una tierra tradicionalmente de izquierdas donde María Guardiola ganará las elecciones y busca una mayoría absoluta, es sensible a la materia. El objetivo del PP extremeño es, además, arrebatar buena parte del voto a los socialistas.
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La semana que viene en la sesión de control al Gobierno el PP también volcará sus esfuerzos en este sentido. Es el último control antes del parón navideño y no habrá otro pleno hasta febrero. Y hay tres grandes objetivos: María Jesús Montero, Pilar Alegría y Pilar Bernabé. La primera, admiten los populares, como vicepresidenta y número dos del PSOE. Entienden que su responsabilidad habría sido, precisamente, actuar. La ministra de Educación es también la portavoz del Gobierno. A eso suma una amistad y una relación cercana a Salazar, como quedó claro hace unas semanas cuando se desveló una foto comiendo con él, después de haber sido apartado.
Sobre Pilar Bernabé: «No cayó por la dana. Veremos si esto se la lleva por delante»
Y Bernabé, delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana y candidata del PSOE a la alcaldía de Valencia, es la responsable de Igualdad. El PP está decidido a atacar a Bernabé por todos los flancos posibles. Es también la dirigente que el PSOE ha ungido en el último año frente a la crisis de la dana y Carlos Mazón, a pesar de que Diana Morant sea la candidata rival en la Generalitat. «No cayó por la dana. Veremos si esto se la lleva por delante», zanjan.
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