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la dorada tribu

Isabella Rossellini, la musa de sí misma

Fue lombriz, fue pavo real, fue mantis religiosa. El despido de Lancome fue, en el fondo, el fichaje eterno de Lancome

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Ángel Antonio Herrera

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Anda por ahí Isabella Rossellini de musa de unas joyerías planetarias, pero Rossellini, como todas las grandes, no anuncia nada más allá o más acá de sí misma, porque su fama es mitológica. Todo anuncio promocional es, en rigor, un spot de sí misma. ... La expulsaron, por cierto, de Lancôme, con la excusa de que a los cuarenta años «ya no representaba la idea de juventud». Y aquel despido resultó una bendición, o casi. Podía haberse hundido, pero aprovechó la cosa para estudiar biología, levantar una granja en Long Island, y reinventar la que en rigor ya era. «Aprende a hacerte el que eres», escribió Píndaro, y esto sirve siempre para Rossellini. En esa granja de retiro nacieron sus proyectos más insólitos y deliciosos: 'Green Porno', 'Seduce Me', 'Mammas'. Estamos ante monólogos surrealistas en los que interpretaba a animales explicando su sexualidad y sus rituales, desde un humor bien vestido, y un rigor científico que sorprendió incluso a los especialistas.

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