Enrique Pérez Romero
El exportavoz de Sánchez en Extremadura: «A quienes no podíamos ser manipulados nos apartaban»
Enrique Pérez Romero cuestiona la deriva del que fue su partido durante años y augura el peor resultado de la historia de los socialistas en la región: «De los posibles candidatos, Gallardo es el peor»
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Badajoz
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Iniciar sesiónEnrique Pérez Romero fue, en su día, el altavoz de Pedro Sánchez en Extremadura, cuando el presidente del Gobierno apenas aspiraba a vencer a Susana Díaz en la disputa interna por el sillón de Ferraz. Fue quien espoleó su campaña en territorio extremeño. Llegó, ... de hecho, a enfrentarse al recientemente fallecido Guillermo Fernández Vara en unas primarias regionales que perdió. Después, ocupó cargos de relevancia a nivel regional y finalmente acabó marchándose de un partido que había sido su vida. Hoy, es una de las pocas voces con pasado socialista que, en Extremadura, se atreve a cuestionar el funcionamiento del partido a nivel nacional y regional, donde los socialistas se enfrentan, el próximo 21 de diciembre, al peor resultado de su historia en la comunidad autónoma.
¿Cómo se pasa de ser portavoz a azote de Sánchez?
Conociendo a Sánchez (entre risas). En 2016 muchos militantes no le conocíamos bien, había tenido poco recorrido y estaba solo en la oposición. En lo que coincidíamos es en que veíamos injusto lo que se le estaba haciendo, y sobre esas primeras impresiones se montó un movimiento de apoyo. Durante los meses de primarias, Sánchez empieza a apoyarse en personas como Santos Cerdán, Ábalos, Lastra o Paco Salazar. Desde Madrid, aparecen perfiles indeseables que comienzan a decirnos a los territorios qué hacer. Ahí nos empezamos a dar cuenta de quién era Sánchez.
«Sánchez empieza a apoyarse en personas como Santos Cerdán, Ábalos, Lastra o Paco Salazar. Desde Madrid, aparecen perfiles indeseables que comienzan a decirnos a los territorios qué hacer»
¿Proyectaba la imagen que ahora se tiene de él?
No del todo. Yo tenía claro que no era brillante políticamente ni tenía grandes convicciones, pero había que elegir entre Susana Díaz y Sánchez. A Susana se le podía aplicar lo mismo y además su operación dañaba al partido. A Sánchez lo convierten en víctima quienes intentaron sacarlo por las malas. Es verdad que entonces no estaba claro ni que fuera tan mentiroso, ni que abusara del poder, ni esa inercia autoritaria que después ha mostrado.
Sobre Cerdán y Ábalos
«Estaba claro que concebían el poder como disfrute personal, no como vocación de servicio. Escogían a gente con perfiles bajos para poder manipular»
¿Recuerda el momento en el que decide no seguir?
Hay dos. El primero, durante las primarias de 2017, cuando Adriana Lastra me dice que ellos deciden quiénes son las personas de Sánchez en Extremadura y que los militantes no pintan nada. Ese día supe, definitivamente, quién era Sánchez.
El segundo, fue estando ya en la Ejecutiva Regional con Fernández Vara. Me refiero al tratamiento del tema catalán, que me resultaba vomitivo. No podía ser cómplice de esas barbaridades que estaban haciendo con tal de congraciarse con el independentismo.
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Ya desde fuera, ¿le ha sorprendido lo de Ábalos, Cerdán y compañía?
Con Ábalos traté poco, aunque su imagen ya daba pistas. Con Cerdán sí me sorprende desde el punto de vista de la corrupción; si finalmente lo condenan, en aquel momento no lo habría dicho.
Sí estaba claro que concebían el poder como disfrute personal, no como vocación de servicio. Escogían a gente con perfiles bajos para poder manipular. A quienes no podíamos ser manipulados nos apartaban, como ocurrió en casi todas las comunidades. Pero, siendo sincero, no hubiera dicho entonces que Cerdán fuera a ser corrupto.
En todo ese entramado que rodea a Sánchez aparece Extremadura. El hermano, Gallardo, la Diputación… ¿En 2017 ya se oía algo?
No recuerdo que se hablara, y si se llegó a hablar fue de pasada. En Extremadura estamos acostumbrados a ver los mismos apellidos en las diputaciones; casi no sorprende. Me escandaliza más que no se investigue eso: apellidos ilustres del PSOE en puestos a los que se accede por oposición. En ese contexto, la presencia del hermano del presidente hubiera parecido «uno más». Lo que ocurre es que adquiere volumen cuando quien era responsable de la Diputación es luego candidato, un error de libro del PSOE extremeño.
Gallardo defiende que él no era de Sánchez, sino de Susana Díaz. ¿Lo recuerda así?
Sí, al principio era de Susana Díaz. Pero muchos políticos del PSOE extremeño fueron cambiando de bando o guardando silencio cuando vieron que Susana no iba a ganar. Gallardo, con sus tácticas habituales, también se movió. Demostrar si fue suya la decisión de que entrara el hermano del presidente será casi imposible, pero era el presidente de la Diputación, y eso le obliga a asumir responsabilidades.
«De lo poco que podía ser 'candidatable', (Gallardo) era lo peor»
No le parece el candidato ideal...
De lo poco que podía ser 'candidatable', (Gallardo) era lo peor. Está imputado, lo cual es una locura para un candidato. No se comunica bien, no tiene buena dicción, ni relación con la prensa, ni capacidad de oratoria suficiente. Mucha gente se pregunta cómo pudo presidir la Diputación tanto tiempo. En el PSOE los candidatos no son los mejores, sino los que tienen poder. Si no estás en esos núcleos de poder, por bueno que seas, no tienes nada que hacer.
¿Está tan roto el PSOE extremeño como parece?
Sí, y no solo en Extremadura. Más que roto, diría que estupefacto. Muchos callan por lealtad al partido, pero casi todos están sorprendidos por lo que ocurre a nivel nacional y regional. Esa estupefacción genera parálisis. El PSOE tiene pocas herramientas para hacer relevos o encontrar gente excelente. Por eso ahora vemos aparecer a Ibarra en medios: tras el fallecimiento de Vara no hay nada. Hay un candidato sin consolidar y sin buen camino. Y el periodo de Ibarra queda ya lejano y con claroscuros. Esto es aplicable al PSOE en general, pero en Extremadura más, por los últimos acontecimientos.
¿Tiene futuro el Partido Socialista?
Yo escribí, hace unos días, que no. El partido está dominado por redes clientelares, por su capacidad de dar trabajo o colocar gente. A medida que pierde poder, esa capacidad se reduce y ya no puedes exigir lealtad a tanta gente. Cuando la principal motivación para militar es esa, el retorno es muy difícil.
Sánchez ha anulado casi por completo la participación de la militancia; los órganos internos apenas cuentan. Si sumamos las contradicciones ideológicas y el problema catalán, es una tormenta perfecta de la que es muy difícil salir.
Dudo que el PSOE pueda sobrevivir a largo plazo y dudo que a corto o medio plazo pueda gobernar con solidez. Siempre he dicho que el socialismo español solo tiene dos ángulos: el italiano y el francés, es decir, desaparición o irrelevancia, o el alemán, que es pactar con el PP. Y no perdamos de vista esta opción, también en Extremadura: según cómo queden las elecciones, veo a Gallardo perfectamente capaz de pactar con el PP para mantener cuotas de poder.
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