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¿Con cuánto margen podemos predecir una catastrófica tormenta solar?

Esta es una de las cuestiones que pretende abordar la misión Solar Orbiter, que pondrá rumbo al Sol febrero de 2020

Interacción del viento solar con la magnetosfera de la Tierra NASA
Patricia Biosca

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Eran los últimos días de agosto de 1859 cuando un extraño fenómeno empezó a mostrarse por todo el hemisferio norte: las auroras boreales , típicas de latitudes cercanas a los polos, se dejaban ver en lugares como Colombia , Florida, Cuba ... o Hawai . El Diario de Menorca recogía en sus páginas el día 4 de septiembre: «Anteayer a hora avanzada de la noche vio una persona fidedigna dos auroras boreales, que si bien eran más diminutas que la que vimos años atrás no dejaron de causar un efecto maravilloso». Incluso se vieron en Madrid . Pero no todo fue bonito : las recién estrenadas líneas del telégrafo de Estados Unidos y Europa empezaron a fallar. El mundo había documentado la primera tormenta solar de su existencia, el evento Carrington .

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