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Los astrónomos, desconcertados ante el hallazgo de un estallido rápido de radio en una galaxia como la nuestra

Hasta ahora se creía que estos eventos, los más energéticos del Universo, se producían solo en galaxias muy distintas de la Vía Láctea

La ilustración muestra la localización del FRB180916, cuyo hallazgo ha aumentado el misterio alrededor de estos eventos Danielle Futselaar
José Manuel Nieves

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¿Cómo es posible que una galaxia espiral como la nuestra, tranquila y estable, sea capaz de producir los fenómenos más energéticos del Universo? El hallazgo del segundo FRB múltiple de la historia desmonta lo poco que se sabía hasta ahora sobre estas potentísimas emisiones de radio.

Señales, señales por todas partes. No hacemos más que recibir señales de todos los rincones del Universo . Algunas son claras y su origen es evidente. Otras, sin embargo, son tan rápidas y potentes que los científicos no son capaces de determinar su origen, ni tampoco qué tipo de fenómenos podrían liberar en un instante tales cantidades de energía. Y no es que estemos hablando necesariamente de civilizaciones extraterrestres, sino de un gran número de fenómenos (muchos de ellos de extrema violencia) que se producen en el Universo que nos rodea. Supernovas en plena explosión, agujeros negros fusionándose, estrellas de neutrones en rápida rotación... Todo emite radiación, en todas las longitudes de onda. Y muchas de esas radiaciones llegan hasta la Tierra y son detectadas por nuestros telescopios.

Tanta energía como 500 millones de soles

Sin embargo, y entre todas las emisiones que recibimos de «ahí fuera», los estallidos rápidos de radio (FRB por sus siglas en inglés) son sin duda las más misteriosas e impresionantes. De hecho, se trata de las señales más escurridizas y potentes jamás detectadas en el espacio, y aunque duran apenas unos pocos milisegundos, pueden generar, en ese breve tiempo, la misma cantidad de energía que 500 millones de soles. Hasta ahora, nadie ha logrado averiguar qué clase de sucesos podría ser capaz de producir ondas de radio de tan extraordinaria intensidad.

La primera vez que se supo de su existencia fue en el año 2007, y desde entonces astrónomos de todo el mundo han tratado de «cazar» esos brillantes e inesperados destellos en el firmamento. Se trata, por supuesto, de una cuestión de suerte, ya que los FRBs son imposibles de predecir y la única forma de detectarlos es que los instrumentos estén observando continuamente, con la esperanza de que uno de esos breves eventos se produzca dentro de su radio de acción.

Una misteriosa fuente de señales

Pero el año pasado sucedió algo extraordinario: por primera vez, se descubrió un FRB que no era un único «flashazo» en el cielo, sino que se repetía. De hecho, los investigadores encontraron entonces que por lo menos 16 FRBs procedían del mismo punto del espacio , una única fuente mucho más allá de nuestra Vía Láctea. Fue tal el desconcierto que varios físicos de Harvard llegaron incluso a proponer que las misteriosas señales podrían ser la prueba de una tecnología alienígena extraordinariamente avanzada.

Y ahora ha vuelto a suceder. Un equipo de investigadores de la West Virginia University acaba de hacer pública en « Nature » la detección de un segundo FRB múltiple, solo que esta vez llega desde mucho más cerca y ¡Oh, sorpresa!, de una galaxia muy similar a la nuestra. Incluyendo este caso, es la quinta vez (entre cientos de detecciones) que se consigue determinar el punto de origen de un FRB. Aunque el hallazgo, lejos de despejar dudas, no ha hecho más que ahondar aún más, si cabe, el misterio.

Los FRBs que se repiten

Kshitij Aggarwal, coautora del estudio, explica que hasta ahora conocemos dos tipos diferentes de FRBs: los que constan de un único destello; y los que se repiten, lanzando auténticas ráfagas de ellos, todos procedentes del mismo punto. La presente observación constituye la segunda vez que se consigue determinar la ubicación de un destello rápido de radio repetitivo.

Sin embargo, para Sarah Burke-Spoalor, otra de las firmantes del artículo de Nature, la localización de este FRB en particular no es tan importante como el tipo de galaxia en el que parece haberse generado, que es sorprendentemente similar a la nuestra. «Identificar la galaxia anfitriona de un FRB es fundamental para saber en qué tipo de entornos surgen estos fenómenos y, por lo tanto, qué podría estar produciéndolos. Una pregunta para la que los científicos aún no tenemos una respuesta".

«Lo que resulta muy interesante en este FRB repetitivo –explica por su parte Kevin Bandura, otro de los autores del trabajo– es que se encuentra en el brazo de una galaxia espiral similar a la Vía Láctea y que es, además, el más cercano a la Tierra localizado hasta ahora . Esta proximidad única y el hecho de que se repita podrían permitir observarlo en otras longitudes de onda y estudiarlo con más detalle para comprender qué puede estar generándolo».

Una región de siete años luz de diámetro

Utilizando una técnica conocida como Interferometría de Línea de base muy Larga, el equipo consiguió un nivel de resolución lo suficientemente alto como para localizar el estallido en una región de aproximadamente siete años luz de diámetro, una hazaña comparable a la de un individuo en la Tierra que fuera capaz de distinguir a una persona en la Luna.

Gracias a ese grado de precisión, los investigadores pudieron analizar el entorno del que emanaba la señal utilizando un telescopio óptico. Pero, como se ha dicho, lo que encontraron no ha hecho más que añadir un nuevo capítulo al misterio que rodea los orígenes de los FRBs.

La razón es que este FRB en particular se está produciendo en un entorno que es totalmente diferente al que han revelado otros estudios. Y es que el anterior FRB repetitivo, el primero que se encontró, fue descubierto en una pequeña galaxia enana, rica en metales y en estrellas ya formadas. Una galaxia que nada tiene que ver con nuestra Vía Láctea.

En palabras de Burke-Spoalor: «El hallazgo de aquel primer FRB alentó muchas publicaciones que sostenían que, muy probablemente, los FRBs repetitivos eran producidos por magnetares (estrellas de neutrones con campos magnéticos de enorme potencia). Y aunque eso todavía es posible, el hecho de que este FRB rompa ese molde anterior significa que habrá que considerar la posibilidad de múltiples orígenes para comprender qué es lo que produce estos estallidos rápidos de radio».

A «solo» 500 millones de años luz de distancia de la Tierra, la fuente de este nuevo y misterioso fenómeno, bautizado como FRB180916, está siete veces más cerca que el otro FRB múltiple conocido por la Ciencia, y más de 10 veces más cerca que cualquiera de los pocos estallidos no repetitivos que los científicos han logrado identificar hasta ahora.

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