Shi Hen Yi, maestro shaolin: «Las dos medicinas para ser feliz son meditación y movimiento»

Como heredero de las enseñanzas ancestrales chinas que combinan budismo con artes marciales para vivir mejor y ser más feliz, el divulgador, cuyos vídeos con reflexiones siguen millones de personas en redes sociales, lo hace además con una atención, concentración y detalle que revelan su disciplina. Le gusta hacerse entender valiéndose de ejemplos, metáforas y hasta movimiento, por cuanto para la escuela shaolin cuerpo y mente no pueden dividirse ni descuidarse en la búsqueda de la plenitud.

¿Qué es shaolin?

Empezaré por el principio. Desde que el ser humano puebla el planeta, en todas las culturas y civilizaciones, siempre ha habido alguien que se ha preguntado cuál es el sentido de la vida. En la actualidad hay distintas religiones y diferentes tradiciones, budismo, taoísmo, cristianismo, islam, y todas ellas buscan dar una respuesta. Lo que hace a la escuela shaolin especial es que no es solo algo espiritual, sino que está enfocada a la forma de pensar. No se trata solo de estudiar e interpretar textos sagrados o rituales como en otras religiones, sino que debes investigar, observar y usar tu cuerpo.

Es un camino para llegar a la mente.

Algo muy básico: miro una articulación, y el rango de movimientos que realiza. Me doy cuenta de que cada una tiene una función. Observo mis ojos, mi piel, mis músculos y tendones, los líquidos, los órganos internos, y aumenta la comprensión de lo que nos hace humanos. Mientras descubrimos más sobre nosotros mismos, vemos que todo en el universo es circular y cíclico igualmente, como nuestra circulación y funcionamiento. Digamos que el camino shaolin añade una dimensión física a la comprensión de la mente y del espíritu. Mediante nuestro cuerpo y su movimiento podemos expresar las leyes del universo.

Así se os puede ver haciendo grandes destrezas vinculadas a las artes marciales, por ejemplo.

Si ves a alguien que ha practicado durante mucho tiempo kung fu compruebas que tiene una habilidad extraordinaria para moverse, o que puede partir palos con sus brazos, hay distintas formas de manifestarlo. Eso es posible porque alcanzas un alto nivel de entendimiento, te ves como una pieza más de la naturaleza y estás en armonía con ella, no en su contra.

¿Veis al cuerpo como un camino para alcanzar la mente, para calmarla, o están cuerpo y mente al mismo nivel?

El aspecto principal vinculado a vivir de la mejor manera posible nuestra experiencia vital es mental. Así que es la mente lo más importante que tenemos las personas. Pero si me dices, 'vale, entonces me voy a centrar en su entrenamiento únicamente', te preguntaría cómo lo harás. ¿Leyendo libros? No se consigue así. La mente aprende de la experiencia, tus habilidades mentales se desarrollan a través de ella, por lo que cuanto más experimentes mayor será tu grado de consciencia y alcanzarás un mayor nivel de desarrollo personal. Así que usamos el cuerpo para crear esas experiencias necesarias, para tenerlas, y ellas son las que alimentan la mente. Se puede entender también pensando por ejemplo en las enfermedades psicosomáticas, creadas en el cuerpo por la mente. Si estamos deprimidos o tristes o muy preocupados, nuestro cuerpo enferma. Si tu mente enferma, tu cuerpo enferma. A la inversa, decimos en shaolin, si tu cuerpo está fuerte, tu mente también. Funciona en ambos sentidos.

• Shi Heng Yi

El camino Shaolin (Ed. Temas de hoy)

"Shaolin es meditación dentro de la forma"

El libro se llama 'El camino Shaolin'. ¿Hacia dónde lleva esa senda?

Nuestra filosofía nació en el templo shaolin de China hace más de 1.500 años. Era un templo budista, con lo cual para entender nuestro fin último hay que hablar de budismo. Hay diferentes tradiciones y escuelas budistas, la nuestra es la única que incorpora esta parte física, que se vale del movimiento para moldear la mente. ¿Y qué hacemos luego con la mente? La mente puede llevarte a un paraíso o a vivir en el infierno. Ambos son creados allí, en nuestra cabeza. El fin último del budismo es situarte en el primer escenario, de manera que vivas tu mejor vida posible el tiempo que te toque estar en este mundo, sean 50, 75 ó 100 años. Sabemos que la nuestra es una experiencia finita, queremos que sea plena. No sirve de nada una creencia o filosofía si vivimos enfadados, amargados o infelices. Demuestra ser inútil para la vida.

¿Cómo se llega entonces a ese paraíso?

Para que la mente esté allí, debemos educarla. Debemos ver qué forma de pensar es buena para mí, y cuál es mala. Si vamos al supermercado y vemos un ultraprocesado que además tiene un montón de azúcar no lo cogemos, elegimos algo más saludable, porque ya sabemos qué es mejor para nutrir nuestro cuerpo. Pero para el cerebro no lo sabemos tanto. Además de plantearnos qué hemos desayunado por la mañana, deberíamos mirar con qué hemos alimentado nuestra cabeza para arrancar el día.

Todo esto viene de la cultura china, pero tu templo está en Alemania. ¿Hay que adaptar un poco la filosofía shaolin para que lo entendamos los europeos?

Desde que empecé a divulgar shaolin, en 2011, en todas mis charlas, entrevistas y videos en redes sociales verás que no hablo de religión. Nunca. Tú y yo tenemos un cuerpo, una mente y unas emociones y sentimientos, todos los humanos compartimos esto. Pueden variar los motivos que nos causan enfado, pero todos sentimos enfado, o tristeza o alegría, la emoción sí es común a todos.

Usted utiliza las redes sociales para divulgar su mensaje. Pero para la mayoría de nosotros, se han convertido en una enorme pérdida de tiempo y en una fuente de distracción y hasta ansiedad.

Esto tiene que ver con la habilidad para observar y observarse, que es fundamental para ver lo que nos sucede. Por ejemplo, por la mañana, hay que conectar con nuestros sentidos y estado antes de mirar el móvil, de sacar nuestra atención fuera. Primero hay que establecer conexión con nosotros mismos. Si quieres respuestas, búscalas dentro. Pero para eso hay que establecer esa mirada interior. Ahí es clave la meditación, trabaja ese aspecto. Para algunas personas esto es muy difícil, lo de aquietarse, meditar, lo encuentran tremendamente aburrido. Ahí es cuando entra el movimiento y la ayuda que aporta la escuela shaolin. Si te pones a respirar y a ejecutarlo se produce una combinación de actividad con ese trabajo de introspección.

En el libro hace mucho hincapié en la respiración, un asunto generalmente subestimado e ignorado.

Lo hacemos todo el tiempo de manera espontánea, y por tanto no solemos prestarle atención. Pero es fundamental hacerlo. El aire que inspiramos y espiramos es la fuente de nuestra energía vital, tan necesario para subsistir como la comida y el agua. Lo que ingerimos determina nuestra salud y estado, también lo hace nuestra forma de respirar.

¿Cuánto tiempo habría que dedicarle a su método, cuánto hay que meditar o ejercitarse?

Esto es muy personal, es una elección. El balance es importante. La mayoría de la gente en nuestro entorno tiene trabajos de oficina, lo que supone que se levantan, toman café y se van a trabajar, están sentados al menos ocho horas y vuelven sentados también a casa, cenan y se acuestan nuevamente. ¿Cuándo usaron su cuerpo? Hay demasiada actividad en el cerebro y poca en el organismo, y de ahí viene el aumento de la depresión, ansiedad y estrés. Cuando empiezan a hacer actividad física enseguida notan que se sienten mejor, y es porque recuperan el balance necesario para ello. Nota lo mismo alguien que no para nunca cuando viene al templo y empieza a meditar, y aprende a estar quieto y en silencio. Las dos cosas son medicina: meditación y movimiento, hay que aplicarse más de la que más necesitamos.

¿Cuántas horas entrena usted cada día?

Al menos tres, de artes marciales y meditación. En otra época eran seis u ocho, ahora estoy muy dedicado a divulgar el mensaje shaolin.

También dice que el autocontrol no implica menos libertad o espontaneidad.

El fin último de toda religión, escuela filosófica o método espiritual es alcanzar la verdadera libertad. Pero, ¿qué es libertad? Pongamos un ejemplo. En la actualidad, si tienes algo de dinero, puedes comprar un billete e ir a cualquier lugar del mundo que te apetezca. En cualquier ciudad encuentras variedad de alimentos que puedes comprar y consumir. Es decir, tienes una gran libertad de elección. Significa eso que si yo esta mañana al levantarme hubiera pensado, «tengo una entrevista, pero no me apetece, prefiero salir con mis amigos», y luego más tarde mi madre hubiera preparado la comida pero yo dijera, «no quiero comer eso, voy a pedirme una pizza», o estando casado y enamorado, como soy libre y hay tantas mujeres, decidiera ligar con ellas… ¿estoy ejerciendo mi libertad? Esto no es libertad, eso nos destruye en lugar de liberarnos. Aquí en el templo comemos tres veces al día, a las 8, a las 13 y a las 18. Al principio, tienes hambre todo el resto del tiempo, pero debemos aprender a disciplinar nuestros hábitos y nuestra mente. Debemos aprender a no hacerle caso a lo que nos dice en esos momentos. Sientes el hambre, pero no cedes a él, porque sabes que estarás bien. Esa es la auténtica libertad, la de aceptar lo que la vida te traiga. Muchas personas creen que el universo atenderá a sus sueños y deseos, que debe hacerlo. Cuando miro a las galaxias, me resulta difícil pensar que está al servicio de este minúsculo y anónimo ser. Es la forma equivocada de ver la vida. Más bien, hay que verla como una oportunidad para descubrir y experimentar sus maravillas. Y para eso hay que estar abiertos, tanto como podamos, para caminar por nuestra existencia tomando lo que nos ofrece. No se trata de demandarle, sino de vivirla al máximo. De abrazar la tristeza, el enfado, el amor, el éxito, el fracaso. Porque es inevitable sentir todo eso alguna vez. La cuestión radica en qué aprendemos del dolor.

El fin último de toda religión, escuela filosófica o método espiritual es alcanzar la verdadera libertad

Shi Heng Yi

Maestro shaolin

Es decir, enfrentarlo.

Esto es muy importante para un shaolin. Hoy, por ejemplo, tengo un brazo rojo e inflamado por algo que hice en mi entrenamiento ayer. No ignoro el dolor, aprendo de él, me enseña algo, me impulsa a mejorar, a practicar más para que no me suceda. Si huyes del dolor, no creces ni aprendes.

¿El camino shaolin es para cualquiera, a cualquier edad?

Absolutamente. Cuanto antes lo empieces, antes construirás tu vida y verás el mundo cómo realmente son. Es decir, dejarás de vivir en una ilusión, como se dice en el budismo.

¿Qué supone esa ilusión?

En el mundo occidental, todo se trata de ser más o mejor, más rico, más exitoso, más joven, más guapo. Pero la vida tiene enfermedad, fracaso, caídas. Hay día, y hay noche. Hay inhalación y exhalación, derecha e izquierda, arriba y abajo, frío y calor. Hay que ampliar la perspectiva y el entendimiento. La mano derecha y la mano izquierda van unidas, necesitamos ambas. Nuevamente, es cuestión de balance.

Habla de desarrollo personal y trabajo interior. ¿Cómo enfrentar un mundo hostil y los desafíos de vivir en sociedad?

No podemos cambiar a los demás, no podemos cambiar el mundo exterior. Pero cuanto más te conozcas y más y mejores herramientas tengas, mejor podrás modularte y mejor podrás lidiar con él. Además hará que retomes el control sobre tu vida, que decidas cómo quieres vivirla y cómo quieres sentirte. Otros pueden provocarte y desafiarte, pero está en ti reaccionar. Debes aceptar la responsabilidad total sobre tu vida. No hay a quien culpar realmente.