Por qué hay personas que no se valoran y así lo demuestran

La falta de autovaloración o la denominada baja autoestima, puede ser causada por varios factores. Miren Eguiara, terapeuta con especialización familiar-sistémica en Instituto Cláritas, desarrolla varias razones que pueden llevar a una persona a no valorarse:

- Experiencias negativas del pasado como una exposición a críticas constantes o bullying pueden dejar heridas emocionales y generar que una persona no se valore a sí misma.

- Una continua comparación con los demás y una consiguiente sensación de estar siempre por debajo puede llevar a una baja autovaloración.

- Una autoexigencia excesiva en la que los estándares son demasiados altos y el error no está permitido puede conducirnos a una baja autoestima.

- Son individuos que tienen una voz crítica muy marcada, llena de creencias negativas sobre sí mismos, tienden a valorarse poco.

- La falta de apoyo y validación emocional de familiares o amigos.

- La ansiedad y depresión que sufren algunas personas pueden tener un impacto significativo sobre la autovaloración.

Las personas con baja autoestima suelen compartir una serie de comportamientos y características. Todos somos vulnerables a sufrirla, incluso las personas que más se aman a sí mismas y que mayor seguridad tienen. «Basta que dejemos de aceptarnos incondicionalmente y empecemos a sentirnos culpables por ser como somos, para que la imagen que tenemos de nosotros mismos se vea perjudicada», explican desde Therapyside. Miren Eguiara enumera algunas conductas que

- Autocrítica excesiva donde el foco está puesto en los defectos y errores.

- Falta general de confianza en las habilidades y capacidades propias.

- Búsqueda constante de la validación y aprobación externa. Se le da un gran valor a la opinión de los demás.

- Una evitación de desafíos debido al miedo a fracasar o ser rechazados.

- Dificultad para poner límites y decir que no.

- Autoaislamiento y evitación de interacciones sociales que tiene origen en la creencia de no ser suficientemente buenos.

«Estas personas suelen mostrar signos y comportamientos que nos pueden ayudar a reconocer que están lidiando con una baja autoestima», dice la experta, y muchas de estas señales son las que se han mencionado previamente. Algunas más que podemos añadir son, entre otras: una autocrítica constante, necesidad de aprobación de los demás, dependencia emocional en relaciones en las que buscan sentirse valiosos o un autodescuido en su salud física y emocional.

Tal como indica Miren Eguiara, mejorar la autoestima es posible y fundamental para mejorar nuestra salud mental y bienestar general: «Es un proceso gradual que lleva tiempo, tenemos que ser pacientes con nosotros mismos». Algunas estrategias que se pueden emplear para aumentar la autoestima son:

1. Autocuidado. Es fundamental practicar el cuidado con uno mismo. Esto se traduce en llevar una alimentación saludable, hacer ejercicio, dormir bien, reservar tiempo para el ocio…

2. Autoconocimiento. Reflexionar sobre nuestras fortalezas, debilidades, intereses, metas… «Cuanto más nos conocemos, más sencillo será construir una imagen positiva de nuestra persona», apunta la terapeuta.

3. Aceptar los errores. También es importante comprender y aceptar que todos cometemos errores y que no es sano castigarnos por ellos. Los errores son oportunidades para crecer, aprender y mejorar.

4. Metas realistas. «Establecer metas alcanzables nos hará confiar más en nosotros mismo y en nuestras capacidades», dice Eguiara.

5. Poner límites. Aprender a decir que no y poner límites priorizando nuestro bienestar.

6. Cambiar los pensamientos negativos. Al parecer, es muy útil realizar el ejercicio de identificar pensamientos negativos y cambiarlos por unos más realistas y constructivos.

7. Fomentar las relaciones sociales. Buscar apoyo y hablar con personas de confianza es crucial para mejorar la autoestima.

8. Celebrar los éxitos. Reconocer nuestros logros y celebrar las victorias personales va a ayudar a reforzar la confianza.

El secreto reside en tener una autoestima equilibrada, ajustada a las capacidades reales cada uno y a los valores y principios afines a nuestro sentir.