Dos cosas que hay que hacer para que las redes sociales no nos provoquen envidia ni baja autoestima

Sin duda, las redes sociales han venido para quedarse porque nos facilitan la vida, pero también traen consigo una serie de aspectos que no nos hacen ningún bien. Por ejemplo, la envidia. En el pasado, todos los nacidos en el siglo pasado - no tanto los de este- es posible que hayamos envidiado a nuestro compañero del colegio por tener un estuche de lápices más bonitos, o al vecino que se ha comprado el coche por el que llevamos ahorrando un año. También ese conocido del pueblo que viajó al extranjero y nos suscitó unas increíbles ganas de copiarle el viaje... Son envidias aisladas de aspectos de la vida de los demás que hemos visto en momentos puntuales, pero en el mundo actual la cosa ha cambiado... Ahora llevamos a todas horas máquinas de comparación en forma de teléfonos móviles.

Cuando muchos usuarios perciben las vidas perfectas de los demás, aunque rara vez son tan perfectas como parecen en la pantalla, comienzan a sentir que su propia vida está vacía de contenido, que no hacen planes tan espectaculares como los de los demás, que si no compartes lo que has hecho es que no has hecho nada... Es decir, las comparaciones y las envidias son el pan de cada día de muchas personas que no saben gestionar las redes sociales.

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Conchita Sisí, psicóloga especializada en psicología de adultos jóvenes y CEO de Clínica Salud en Mente recalca que, como poco, las redes sociales sí provocan baja autoestima: «Lo recogen numerosos estudios y se informa de un impacto tanto a nivel de percepción interna (autoestima) como de carácter físico (autoconcepto)».

La experta comenta que la envidia, al final, es una emoción más, no tiene por qué ser mala a priori, aunque sí es muy posible que se suscite al consumir contenido en redes. «Habría que explorar si se produce de forma desmedida resultando en problemas más graves», dice.

Algunos puntos en contra de las redes sociales serían los siguientes:

1. Comparación social: el uso de redes sociales puede llevar a la comparación social y la envidia, ya que las personas tienden a comparar sus vidas con las de otros usuarios, lo que puede contribuir a sentimientos de inferioridad, insatisfacción y baja autoestima.

2. FOMO (Fear of Missing Out): numerosos estudios recogen este efecto directo en individuos que abusan de las redes, se experimenta un sentido de presión para participar constantemente y estar al tanto de lo que están haciendo los demás, lo que puede causar ansiedad y estrés por el temor a perderse eventos o experiencias importantes.

3. Distracción y procrastinación: «El uso excesivo de redes sociales puede interferir con el rendimiento académico, laboral y otras responsabilidades al distraer a las personas y fomentar la procrastinación, lo que puede tener consecuencias negativas en su bienestar y productividad», expone.

4. Cyberbullying: cada vez existen más casos de utilización de las redes como plataformas para el acoso y la intimidación en línea, lo que puede tener un impacto significativo en la salud mental y el bienestar emocional de las víctimas, aumentando el riesgo de depresión, ansiedad y otros problemas de salud mental.

5. Sobrecarga de información: el constante flujo de información en las redes sociales puede ser abrumador para algunos, lo que puede generar estrés y ansiedad al tratar de procesar y filtrar la gran cantidad de contenido disponible.

Aunque no a todos nos afecta por igual. Tal como indica Conchita Sisí, hay dos indicadores muy claros en la evidencia acumulada al respecto: limitar el tipo y el tiempo de uso. «Por la parte del tiempo, es fundamental gestionarse de manera que no sustituya o quite tiempo de realizar otras actividades placenteras para la persona», explica. En lo que se refiere al tipo, la psicóloga comenta la importancia de combinar varios tipos de contenido «para poder mirar con perspectiva y no absorber todo lo que vemos si lo volcamos en un único tipo de contenido». Por ejemplo tener compaginadas cuentas informativas y de noticias, de estilo de vida, de humor, de hobbies, etc.

Cnchita Sisí ha encontrado varios aspectos a favor de tener redes sociales. Estos son algunos de ellos:

1. Conexión social: pueden ayudar a las personas a sentirse conectadas y a mantener relaciones sociales, lo que puede tener un impacto positivo en su bienestar emocional al proporcionarles un sentido de pertenencia y apoyo social.

2. Autoexpresión: ofrecen a las personas un medio para expresar sus pensamientos, sentimientos y experiencias, lo que puede contribuir a su autoestima y satisfacción personal al permitirles compartir su identidad y creatividad con otros.

3. Apoyo emocional: tal como señala Conchita Sisí, las redes sociales pueden servir como espacios donde las personas pueden buscar y recibir apoyo emocional de amigos, familiares y miembros de la comunidad en momentos de necesidad, lo que puede ayudarles a superar el estrés y las dificultades emocionales.

4. Oportunidades de aprendizaje: también pueden proporcionar acceso a una amplia gama de recursos educativos, como tutoriales, cursos en línea y grupos de estudio, que pueden ayudar a las personas a adquirir nuevas habilidades y conocimientos, lo que contribuye a su desarrollo personal y profesional.

5. Conciencia y educación sobre la salud mental: «Las redes muchas veces desempeñan un papel importante en la concienciación sobre la salud mental y la reducción del estigma asociado con los trastornos mentales al permitir que las personas compartan sus experiencias y accedan a información y recursos de apoyo», concluye la CEO de Clínica Salud en Mente.