Peldaño 12: Lo que se esconde detrás de la «maravillosa» ignorancia

El error que cometí durante muchos años descrito en el peldaño anterior estaba causado por otro error no menos considerable. En mi deseo de «llamar a las cosas por su nombre» , albergaba en mí una intrínseca necesidad de aplaudir lo bueno y denunciar lo malo. Y cuando alguien intentaba justificar «lo malo», entonces yo no sólo denunciaba lo malo, sino que además denunciaba su justificación de lo malo. Y curiosamente estaba convencido de que actuaba correctamente, ya que actuaba en base a lo que yo consideraba la defensa de la verdad, pero en realidad era víctima del maniqueísmo (ver todas las cosas como sólo buenas o sólo malas). Y por supuesto, se ama lo bueno, no lo malo. «A un malhechor hay que denunciarlo», pensaba yo. Por suerte hoy creo que a un malhechor hay que amarlo (independientemente de que sus actos haya que intentar detenerlos). ¿Por qué? Porque si estuviéramos en su lugar, el ciento por ciento de los que lo estamos apuntando con el dedo habríamos cometido exactamente los mismos errores que él cometió, ya que estar en su lugar implica ser él y también sus circunstancias: tener los mismos padres que él tuvo, sufrir los mismos percances que él sufrió, pasar por las mismas dificultades por las que el pasó.

Cuando alguien intentaba comprender esas circunstancias que llevaron a esa persona a cometer un mal, para mí eso suponía el «mal de la relativización» . Un maniqueísta (mi yo de antes) ve el mundo en blancos y negros, y relativizar es justo lo contrario.

Es ver más allá del juicio y comprender por qué sucede lo que sucede. No es una justificación de lo malo, pero sí un intento de comprensión de sus causas. Y, cuando haces el esfuerzo de intentar comprender, lo cual es todo menos fácil, aumentas tu compasión y reduces tu deseo de enjuiciar, condenar y castigar, y al hacerlo, ganas luz interior.

Pero ¿cómo poder comprender a un delincuente o a alguien que hace el mal? Primero entendiendo que todos llevamos un delincuente potencial dentro. La mayor parte de las veces que no hemos delinquido no fue porque no tuviéramos la capacidad de hacerlo, sino porque no se dieron las circunstancias extremas necesarias para que sucediera. Si esto es así, entonces deberíamos pensar dos veces antes de sacar nuestro dedo acusador para apuntar a alguien.

Pero el motivo mayor es el segundo.

En el proceso evolutivo que describían los belts del peldaño 5 , ¿sabes qué separa a alguien del Belt 1 de alguien del belt 8? Única y exclusivamente: la ignorancia .

¿Por qué la gente es egoísta ? Por ignorancia. ¿Por qué delinque? Por ignorancia. ¿Por qué vive en el victimismo , en el rencor o en la envidia? Porque aún no ha conseguido superar la ignorancia que le impide transcenderlas. Entender esto es tener la fórmula mágica del perdón , ya que encierra un secreto que casi nadie entiende: el saber que nadie te hace mal para buscar tu sufrimiento, sino como fruto de su ignorancia.

Imagínate un señor que lleva 20 años comiendo a diario en un restaurante que se encuentra al lado de su trabajo, el cual tiene por costumbre servir comida del día anterior a todos sus clientes. Un día descubre que justo al lado se encuentra otro que sirve la comida más deliciosa del mundo por exactamente el mismo precio. ¿Crees que se plantearía dejar de frecuentar el primero y empezar a almorzar en el segundo? Por supuesto. ¿Por qué no lo hacía antes? Única y exclusivamente por desconocimiento (ignorancia). Pues igual que nadie se plantearía no dejar el malo una vez conoce el bueno, nadie que descubre el poder de vivir con más luz elegiría vivir con menos. Por eso la gente no hace cosas malas porque albergue el mal. Hace cosas malas porque vive en la ignorancia. Es la ignorancia, y no otros motivos, la que los hace permanecer en un Belt (nivel evolutivo) bajo.

¿Y por qué es la ignorancia tan maravillosa? Porque gracias a ella ya es posible pasar a comprender en lugar de condenar cada vez que alguien haga algo que consideremos «malo». Con ella se justifica la compasión. El día que yo aprendí esto pude desprenderme de la losa del juicio. Las personas no son o buenas o malas.

Simplemente tienen mayor o menor grado de ignorancia. Cuando te encuentras gente que te envuelve con su energía positiva arrolladora, sencillamente es que ha desarrollado su éxito interior (luz) y ha ido dejando atrás capas y capas de ignorancia (sombra).

¿Cuál es el propósito de este libro? Justo ése. Reducir las capas de ignorancia con las lecciones de cada peldaño .

— Anxo, ¿entonces hay que aplaudir a todos los malhechores de este mundo, dejarse robar cuando venga un ladrón y dejarse maltratar cuando venga un maltratador?

Por supuesto que no. Pero eso lo dejo para el siguiente peldaño.

#88PeldañosGenteFeliz

«Perdonar es como escalar montañas. Desde abajo dan pereza. Desde arriba, libertad».

@Anxo