Marián Rojas Estapé: «Las personas vitamina no nos juzgan y atienden con interés»

Marian Rojas Estapé lo ha escrito durante la pandemia, la gran tormenta Filomena y una baja maternal. Sus cuatro hijos han estado presentes de forma intensa durante todo el proceso de escritura, por lo que, según ella, «lo que ha perdido de perfección por las circunstancias adversas y complicadas, lo ha ganado en verdad y en realismo».

El libro está diseñado para permitir varias formas de lectura complementarias. Aunque la autora aconseja leerlo de principio a fin, también se puede acudir al índice y subrayar los epígrafes que más interesen, ojearlos y navegar por ellos para ir encontrando respuestas a muchos interrogantes como, por ejemplo, aprender a encontrar a nuestras personas vitamina, cómo sanar las heridas y la importancia de ser empático.

Resulta difícil no leer el título de su libro e inmediatamente nuestro cerebro busca nombres. ¿Cómo definiría a las personas vitamina y de dónde nace este concepto?

Las personas vitamina son aquellas que nos inyectan ilusión, optimismo y bienestar cuando estamos cerca de ellas. Sacan lo mejor que llevamos dentro y nos alivian en un momento de sufrimiento. Me gusta pensar que son aquellas que no nos juzgan, sino que nos escuchan y atienden con interés.

¿Tener este tipo de personas a nuestro lado qué nos aporta?

Lo más importante, ¡nos baja el cortisol, la hormona del estrés y estimula la oxitocina, hormona del vínculo! Esto significa que mejora nuestra salud física y psicológica.

Las relaciona con la empatía... ¿Qué tienen que ver?

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro y las personas vitamina emplean esa herramienta, evitan juzgar y buscan entender y comprender a la persona que tienen delante.

En el libro nos ayuda a encontrar a estas personas pero, ¿cómo saber si lo somos nosotros? ¿Qué tenemos que tener para convertirnos en una de ella o que se nos considere como tal?

Para estar bien con alguien, lo más importante, es estar bien con uno mismo. Frenar, analizar y observar cómo nos sentimos, cómo es nuestra relación con los demás y qué señales nos envía nuestro cuerpo (la somatizacion), nos puede ayudar a saber cómo estamos realmente.

Si notamos que nuestro organismo está en tensión, si vemos que nos cuesta concentrarnos y que nuestras relaciones son complejas; conviene parar e intentar gestionar nuestras emociones y sanar lo que pueda estar dañando. A veces es lento y difícil pero a la larga muy gratificante.

¿Hace falta haberse cruzado con personas tóxicas para saber diferenciar quiénes son 'vitamina'?

No conozco a casi nadie que no se haya topado en su vida con alguien que le sube el cortisol. El problema es que a veces no somos capaces de darnos cuenta que alguien nos perjudica y es tóxico porque mantenemos relaciones de dependencia, de inseguridad o por miedo a perderlas. A veces, un consejo de alguien que nos conoce y quiere, puede abrirnos los ojos.

¿Nos anulan mentalmente las personas tóxicas? ¿Nos quitan energía?

Nos agotan y nos tensan, física y psicológicamente hablando. Es decir, se produce tanto un proceso bioquímico como mental cuando estamos con alguien tóxico.

¿Qué hace que conectemos tanto con unos y tan poco con otros?

Depende de muchos factores. Todos tenemos sistemas de creencias y estereotipos sobre estilos de personas que cuando se cruzan en nuestras vidas nos resultan familiares y atractivos y buscamos generar vínculos.

Eso también nos sucede al contrario; nuestro cerebro bloquea ciertos estímulos porque le resulta dañino o tóxico.

La doctora Marian Rojas Estapé es psiquiatra licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad de Navarra. Trabaja en el Instituto Español de Investigaciones Psiquiátricas, en Madrid, y su labor profesional se centra, principalmente, en el tratamiento de personas con ansiedad, depresión, trastornos de personalidad, trastornos de conducta y en terapias familiares.