Fitboxing o cómo perder hasta 1000 calorías en 47 minutos

Mientras que para cualquier otra actividad necesitas un periodo de preparación y aprender unas nociones básicas para luego poder trabajar con alguien o en un grupo, el Brooklyn Fitboxing, donde solamente trabajas con tu propio saco, ya estás en un grupo desde el primer día. «Con muy pocas sesiones lo vas pillando y cada 'x' semanas se va cambiando la combinación de golpeo para que vuelvas a retarte aprendiéndote una nueva», dice el experto. Eso, en vez de ser un problema, es un aliciente porque si uno en concreto no se te estaba dando muy bien, seguramente el siguiente sí.

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Raquel Alcolea

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Y aunque la importancia del entrenamiento es aprender a golpear el saco y convertirnos en todos unos expertos del fitboxing, lo cierto es que en Brooklyn Fitboxing se hace una sesión de 'fullbody' en toda regla. De esta forma, en los intervalos que hay entre asalto y asalto, hacer abdominales, por ejemplo, puede servir de compensación.

Por tanto, en las sesiones, que duran aproximadamente 47 minutos, se alterna golpeo al saco y movimientos de boxeo y fitboxing al ritmo de la música con entrenamiento funcional. «En una sesión de fitboxing se pueden llegar a quemar hasta 1000 calorías. Parece increíble pero al alternar el trabajo d alta intensidad con ejercicios de entrenamiento funcional y fuerza, se pueden llegar a quemar todas esas calorías.

Según afirma Jesús Blanco, hay bastante competición, «y la primera es con uno mismo» porque mientras entrenas se va puntuando tu desempeño en el entreno, y eso hace que quieras superarte a ti mismo pero también competir contra los demás.

El fitboxing es una alternativa a los deportes de contacto y es la actividad perfecta en ese caso, aunque también para quienes quieren desconectar, liberar estrés y mejorar la salud mental.

Y tanto trabajo para el cuerpo se tiene que animar de alguna forma, ¿no? Hacer ejercicio sin música se hace mucho más aburrido, especialmente para aquellos que necesitan algún tipo de incentivo para mover el cuerpo. En las clases de Brooklyn Fitboxing, este es un componente indispensable. Y no hablamos de cualquier música, sino de la que tienen propia. Jesús Blanco cuenta que la producen ellos mismos y la diseñan específicamente para los entrenamientos, por lo que es importante que cuadre el ritmo con las combinaciones.

«No te vas a encontrar canciones de Shakira, Rihanna o Rosalía, pero animan igual. De hecho, encajan mejor que una canción conocida porque está hecha con ese propósito. El objetivo es acompañar el entrenamiento porque no se entiende un entrenamiento de fitboxing sin música», afirma.